¿Los programas de ejercicios de las extremidades superiores funcionan para la maduración de la fístula arteriovenosa en personas con insuficiencia renal?

¿Cuál es el problema?

Una fístula arteriovenosa (FAV) es una conexión especial realizada entre una arteria y una vena, creando un vaso sanguíneo fuerte al que se puede acceder repetidamente durante el tratamiento de hemodiálisis. Una vez creado, suele tardar entre seis y ocho semanas en desarrollarse (o madurar) antes de poder utilizarlo. La maduración hace que la vena unida se haga más grande y sus paredes se vuelvan más gruesas y fuertes debido al aumento del flujo sanguíneo. Los programas de ejercicios podrían mejorar el tiempo de maduración tanto de la FAV como de su función. Sin embargo, sigue sin estar claro qué tipo de programa de ejercicios utilizar y cuándo se debe realizar (antes o después de la creación de la FAV).

¿Qué se hizo?

Se buscó en la literatura para encontrar estudios que describieran el uso del ejercicio de las extremidades superiores en la maduración de las FAV en personas con insuficiencia renal. Se recopiló información de los estudios y se combinó para identificar si una intervención fue útil. Se examinó la calidad de estas intervenciones para valorar hasta qué punto se podría tener certeza de que los efectos observados eran fiables.

¿Qué se encontró?

Se encontraron nueve estudios con 579 pacientes: dos estudios analizaron la realización de ejercicios antes de la creación de la FAV y siete estudios analizaron la realización de ejercicios después de la creación de la FAV. Desafortunadamente, solo fue posible analizar los siete estudios que realizaron los ejercicios después de la creación de la FAV. Los tipos de programas de ejercicios utilizados fueron isotónicos (ejercicios que ponen una cantidad constante de peso en los músculos mientras se mueven las articulaciones) e isométricos (contracción de los músculos sin ningún movimiento en las articulaciones circundantes).

El ejercicio isotónico podría mejorar la maduración evaluada por ecografía en comparación con ninguna intervención, mientras que el entrenamiento isométrico puede mejorar tanto la maduración evaluada mediante ecografía como la clínica, en comparación con el ejercicio isotónico. El ejercicio isométrico también podría aumentar el tamaño de las venas y el flujo sanguíneo de las arterias en comparación con el ejercicio isotónico. Ninguno de los estudios incluidos informó episodios adversos.

Hubo poca confianza en la información sobre los efectos de las intervenciones, ya que los estudios eran pequeños y los tipos de intervenciones variaban.

Conclusiones

Los hallazgos de esta revisión indican que la evidencia de los estudios de investigación actuales que examinan los programas de ejercicios para las extremidades superiores es de calidad baja, atribuible a la variabilidad en el tipo de intervenciones utilizadas y al escaso número general de participantes.

Conclusiones de los autores: 

Los hallazgos de esta revisión indican que la evidencia de los estudios de investigación actuales que examinan los programas de ejercicios para las extremidades superiores es de calidad baja, atribuible a la variabilidad en el tipo de intervenciones utilizadas y al escaso número general de estudios y participantes.

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Antecedentes: 

La falta de maduración de las fístulas arteriovenosas (FAV) es un problema importante en los pacientes con insuficiencia renal que requieren hemodiálisis (HD). La planificación preoperatoria es un factor importante para aumentar las FAV funcionales. Se ha recomendado el ejercitación de las extremidades superiores para conseguir la maduración de las FAV. Se han publicado estudios sobre ejercicios pre y posoperatorios de las extremidades superiores en pacientes con insuficiencia renal. Sin embargo, se desconoce cuál es el programa óptimo para esta población debido a la inconsistencia de los resultados entre estos programas.

Objetivos: 

El objetivo era determinar si la ejercitación de las extremidades superiores tendría efectos beneficiosos para la maduración de la FAV (antes y después de la creación de la FAV) en pacientes con insuficiencia renal y para mejorar los desenlaces de la FAV. Esta revisión también tuvo como objetivo identificar los eventos adversos relacionados con la ejercitación de las extremidades superiores.

Métodos de búsqueda: 

Se realizaron búsquedas en el Registro de estudios del Grupo Cochrane de Riñón y trasplante (Cochrane Kidney and Transplant) hasta el 15 de marzo de 2022 mediante búsquedas en CENTRAL, MEDLINE y EMBASE, resúmenes de congresos, en la Plataforma de registros internacionales de ensayos clínicos (ICTRP) y ClinicalTrials.gov, así como en otros recursos (p. ej., listas de referencias, contacto con personas relevantes y literatura gris).

Criterios de selección: 

Se incluyeron ensayos controlados aleatorizados (ECA) y cuasialeatorizados, que compararon programas de ejercicios de las extremidades superiores con ninguna intervención u otros programas control antes o después de la creación de la FAV en pacientes con insuficiencia renal. Las medidas de desenlace incluyeron el tiempo de maduración, la maduración evaluada mediante ecografía y clínica, el diámetro venoso, el flujo sanguíneo en la arteria de entrada, el indicador de eficacia de la diálisis, la función del acceso vascular (AVF funcional), las complicaciones del acceso vascular y los eventos adversos.

Obtención y análisis de los datos: 

Cuatro autores independientes seleccionaron los estudios y la extrajeron los datos. Dos autores forma independiente evaluaron los sesgos y la calidad. La estimación del efecto se analizó mediante la razón de riesgos (RR) con intervalos de confianza (IC) del 95% para los datos dicotómicos, o la diferencia de medias (DM) o la diferencia de medias estandarizada (DME) para los datos continuos. La confianza en la evidencia se evaluó mediante el método GRADE (Grading of Recommendations Assessment, Development and Evaluation).

Resultados principales: 

Se incluyeron nueve estudios (579 participantes) y se pudieron metanalizar siete estudios (519 participantes) que realizaron entrenamiento posoperatorio con ejercicios. Se realizaron tres comparaciones: (i) entrenamiento con ejercicios isotónicos versus ninguna intervención; (ii) entrenamiento con ejercicios isométricos versus ejercicios isotónicos; y (iii) entrenamiento con ejercicios isotónicos (alto volumen) versus entrenamiento con ejercicios isotónicos (bajo volumen). Debido a la cantidad insuficiente de datos, no fue posible analizar el entrenamiento preoperatorio con ejercicios. En general, el riesgo de sesgo fue bajo para el sesgo de selección y de notificación, alto para el sesgo de realización y de desgaste, e incierto para el sesgo de detección.

En comparación con ninguna intervención, el entrenamiento con ejercicios isotónicos podría dar lugar a poca o ninguna diferencia en la maduración evaluada mediante ecografía (dos estudios, 263 participantes: RR 1,09; IC del 95%: 0,94 a 1,25; I² = 0%; evidencia de certeza baja), pero podría mejorar la maduración clínica (dos estudios, 263 participantes: RR 1,14; IC del 95%: 1,02 a 1,27; I² = 0%; evidencia de certeza baja).

En comparación con el entrenamiento con ejercicios isotónicos, el entrenamiento con ejercicios isométricos podría mejorar tanto la maduración evaluada mediante ecografía (tres estudios, 160 participantes: RR 1,56; IC del 95%: 1,21 a 2,00; I² = 22%; evidencia de certeza baja) como la maduración clínica (tres estudios, 160 participantes: RR 1,80; IC del 95%: 1,18 a 2,76; I² = 53%; evidencia de certeza baja). El diámetro venoso (tres estudios, 160 participantes: DM 0,84 mm; IC del 95%: 0,45 a 1,23; I² = 0%; evidencia de certeza baja) y el flujo sanguíneo en la arteria de entrada (tres estudios, 160 participantes: DM 140,62 ml/min; IC del 95%: 38,72 a 242,52; I² = 0%; evidencia de certeza baja) podrían ser mayores con el entrenamiento con ejercicios isométricos. No está claro si el entrenamiento con ejercicios isométricos reduce las complicaciones del acceso vascular (dos estudios, 110 participantes: RR 2,54; IC del 95%: 0,38 a 17,08, I² = 47%; evidencia de certeza muy baja).

No se sabe con certeza si el entrenamiento con ejercicios isotónicos de alto volumen mejora el diámetro venoso (dos estudios, 93 participantes: DM 0,19 mm; IC del 95%: -0,75 a 1,13; I² = 34%; evidencia de certeza muy baja) o el flujo sanguíneo en la arteria de entrada (un estudio, 15 participantes: DM -287,70 ml/min; IC del 95%: -625,99 a 60,59; evidencia de certeza muy baja) en comparación con el entrenamiento con ejercicios isotónicos de bajo volumen.

Ninguno de los estudios incluidos informó sobre el tiempo de maduración, el indicador de eficacia de la diálisis, la función del acceso vascular o los eventos adversos.

Notas de traducción: 

La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.

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