Podcast: ¿La colocación de un tubo respiratorio con ayuda de vídeo (videolaringoscopia) aumenta el éxito y la seguridad del procedimiento en los recién nacidos?

Colocar un tubo de respiración a un recién nacido es una tarea especialmente difícil y se han investigado diferentes formas de hacerlo. En mayo de 2023, Mohan Pammi y otros revisores del Baylor College of Medicine, el Hospital Infantil de Filadelfia y el Hospital Infantil de Boston, actualizaron la revisión Cochrane sobre la comparación de la videolaringoscopia con el método tradicional de laringoscopia directa y en este podcast se describen los últimos hallazgos.

Este podcast ha sido traducido por Yasmín García del Centro Cochrane Iberoamericano y locutado por Ania Torres Pombert del centro afiliado Cochrane: Centro Nacional Coordinador de Ensayos Clínicos (CENCEC) de Cuba.

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Colocar un tubo de respiración a un recién nacido es una tarea especialmente difícil y se han investigado diferentes formas de hacerlo. En mayo de 2023, Mohan Pammi y otros revisores del Baylor College of Medicine, el Hospital Infantil de Filadelfia y el Hospital Infantil de Boston, actualizaron la revisión Cochrane sobre la comparación de la videolaringoscopia con el método tradicional de laringoscopia directa y en este podcast se describen los últimos hallazgos.

Este podcast ha sido traducido por Yasmín García del Centro Cochrane Iberoamericano y locutado por Ania Torres Pombert del centro afiliado Cochrane: Centro Nacional Coordinador de Ensayos Clínicos (CENCEC) de Cuba y con la colaboración del Ministerio de Sanidad de España.  

Aproximadamente uno de cada cien recién nacidos puede necesitar que se le inserte un tubo respiratorio debido a dificultades para respirar. Se trata de un procedimiento que salva vidas y que se debe realizar en la sala de partos o en las unidades de cuidados intensivos neonatales. Puede ser un reto técnico, precisa práctica y el éxito de la intubación requiere la visualización adecuada de las vías respiratorias y las estructuras relacionadas. La anatomía peculiar de las vías aéreas neonatales disminuye la visibilidad adecuada, lo que dificulta la formación de colegas noveles en este procedimiento. Una visualización deficiente puede provocar intentos de intubación prolongados o repetidos, lo que puede causar lesiones en las vías respiratorias o hipoxia en el bebé. La videolaringoscopia puede facilitar mucho la visualización de las vías aéreas, aumentando el éxito del procedimiento y disminuyendo los efectos adversos.
Cuando forman colegas noveles, los supervisores de la formación en intubación se basan principalmente en los comentarios del alumno y no en la confirmación visual. Por lo tanto, los instructores a menudo no pueden reconocer el problema del alumno y puede que tengan que relevarlos y realizar ellos mismos la intubación traqueal. La videolaringoscopia puede ayudar tanto al instructor como al alumno a identificar las estructuras anatómicas de las vías aéreas y mejorar el éxito de la intubación. Por lo tanto, se intentó averiguar si la videolaringoscopia mejora el éxito de la intubación y es más segura en comparación con la laringoscopia directa tradicional, sin vídeo. En concreto, interesaba saber cuánto tiempo se tardaba en realizar el procedimiento y el número de intentos necesarios para lograr una intubación satisfactoria.
En esta revisión actualizada se incluyeron ocho ensayos aleatorizados elegibles en recién nacidos, que proporcionaron datos sobre 759 intentos de intubación. Los estudios se realizaron en Australia, Canadá, China, Egipto, India, Reino Unido y Estados Unidos. Los participantes en estos estudios no sólo eran aprendices, sino también profesionales que dominaban la intubación neonatal, lo que pone de relieve el uso de la videolaringoscopia no sólo como herramienta de enseñanza, sino también como ayuda en la atención clínica. La síntesis de los datos de los estudios muestra que la videolaringoscopia aumenta el éxito de la intubación en el primer intento, disminuye el número de intentos y reduce las lesiones de las vías respiratorias, pero aumenta el tiempo hasta la intubación.
Esta evidencia se debe considerar en un contexto de creciente interés por la videolaringoscopia como herramienta de enseñanza clínica, a raíz de las restricciones de las horas de trabajo y la disminución de las oportunidades para que los alumnos adquieran competencia en el procedimiento. El número de oportunidades de intubación disminuye aún más por la presencia de profesionales avanzados adicionales, como terapeutas respiratorios y personal de enfermería especializado, así como el uso creciente de la asistencia respiratoria no invasiva en los recién nacidos prematuros. Sin embargo, los costes de la adquisición y el mantenimiento de los videolaringoscopios pueden ser prohibitivos, y la disponibilidad de estos dispositivos puede ser limitada en entornos de bajos recursos.
En resumen, evidencia de certeza moderada a baja indica que el uso de la videolaringoscopia por parte de los profesionales en formación y otros profesionales aumenta el éxito en el primer intento de intubación, disminuye el número de intentos, disminuye las lesiones de las vías respiratorias, pero no disminuye el tiempo hasta la intubación. Se promueve la realización de más estudios de investigación en forma de ensayos aleatorizados adecuadamente diseñados para confirmar la eficacia, la seguridad y la coste-efectividad de la videolaringoscopia para la intubación endotraqueal en recién nacidos. Estos ensayos deben incluir tanto a aprendices como a expertos en laringoscopia directa.

Para obtener más información sobre la evidencia actual y estar atento a las futuras actualizaciones de la revisión a medida que se disponga de evidencia adicional, visite la Biblioteca Cochrane y busque “videolaringoscopia y neonatos”.

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