Existen preocupaciones en todo el mundo sobre la creciente incidencia de la diabetes tipo 2, lo que aumenta la importancia de la evidencia de formas efectivas de prevenir esta afección. En una actualización de diciembre de 2017 de la Revisión Cochrane, Bianca Hemmingsen del Hospital Universitario Herlev en Dinamarca y sus colegas han resumido las últimas pruebas sobre los efectos de la dieta y la actividad física para las personas con hiperglucemia intermedia o prediabetes. En este podcast, se le pidió a Bianca que explicara qué encontraron.
Este podcast ha sido traducido por Elisenda Parellada y grabado por Salomé Planas, del Centro Cochrane Iberoamericano.
Narrador: Existen preocupaciones en todo el mundo sobre la creciente incidencia de la diabetes tipo 2, lo que aumenta la importancia de la evidencia de formas efectivas de prevenir esta afección. En una actualización de diciembre de 2017 de la Revisión Cochrane, Bianca Hemmingsen del Hospital Universitario Herlev en Dinamarca y sus colegas han resumido las últimas pruebas sobre los efectos de la dieta y la actividad física para las personas con hiperglucemia intermedia o prediabetes. En este podcast, se le pidió a Bianca que explicara qué encontraron.
Este podcast ha sido traducido por Elisenda Parellada y grabado por Salomé Planas, del Centro Cochrane Iberoamericano.
Bianca explicó lo siguiente: Cada vez más personas tienen hiperglucemia intermedia o prediabetes, debido a los hábitos alimenticios y los niveles de actividad física. Aunque algunas personas con prediabetes nunca desarrollarán diabetes tipo 2, los estudios de intervención y de observación han demostrado una disminución en la diabetes tipo 2 con una reducción de la ingesta de calorías y una mayor actividad física en las personas con este diagnóstico; y en las guías internacionales para personas con prediabetis se recomienda una dieta con actividad física. En esta actualización de la Revisión Cochrane de julio de 2008, investigaron si la dieta, la actividad física o ambas podrían prevenir o retrasar la diabetes tipo 2 y sus complicaciones asociadas en las personas con mayor riesgo. También buscaron evidencia sobre si estas intervenciones podrían estar asociadas con eventos adversos graves, como lesiones traumáticas causadas por diferentes tipos e intensidades de actividad física. Se realizaron búsquedas de ensayos aleatorios en los que se asignaron personas con hiperglucemia intermedia a una intervención basada en la dieta, la actividad física o ambas; o a un grupo de control con una intervención estándar o ninguna intervención relacionada con la diabetes. Su revisión actualizada incluye 12 ensayos, con aproximadamente 5200 personas. Once ensayos compararon dieta y actividad física con tratamiento estándar o ningún tratamiento. Dos ensayos compararon la actividad física con el tratamiento estándar y un ensayo comparó una intervención únicamente de dieta con una intervención de actividad física o tratamiento estándar. Las intervenciones dietéticas a menudo incluían la ingesta reducida de calorías y grasa, mientras que las intervenciones de actividad física solían incluir ciclismo, caminar o algo similar. No encontraron evidencia firme de que una dieta sola o la actividad física por ella misma influyera en el riesgo de diabetes tipo 2 en comparación con el tratamiento estándar. Sin embargo, una dieta y actividad física previno o retrasó la incidencia de diabetes tipo 2 en personas con intolerancia a la glucosa. No hay datos suficientes sobre el efecto de la dieta más la actividad física en personas con hiperglucemia intermedia definida por otras variables glucémicas. Del mismo modo, no hay suficientes datos para analizar los efectos sobre las complicaciones asociadas con la diabetes, el estado socioeconómico o la calidad de vida relacionada con la salud. En resumen, existe evidencia de calidad moderada de que la dieta más actividad física reduce o retrasa el riesgo de diabetes tipo 2 en personas con intolerancia a la glucosa. Sin embargo, no hay evidencia clara sobre si este beneficio se lograría para las personas con mayor riesgo definido por otras variables glucémicas, como la glucosa alterada en ayunas o los niveles elevados de hemoglobina glicosilada A1c (HbA1c); o si la dieta sola o la actividad física tiene un impacto. Todavía no está claro si la reducción en la incidencia de diabetes mellitus tipo 2 con dieta y actividad física en personas con intolerancia a la glucosa disminuirá sus complicaciones a largo plazo. Esto debe estudiarse en ensayos futuros, que también deben investigar los efectos en personas con alteración de la glucosa en ayunas o HbA1c moderadamente elevada, y centrarse en los resultados importantes para el paciente.
Narrador: Si desea leer esta versión actual de la revisión y estar al día de las actualizaciones en caso de que se realicen esos ensayos, puede encontrarla en línea, con una búsqueda en Internet de " cochrane dieta y actividad física para prevenir la diabetes”.