Pregunta de la revisión
¿La realimentación con el aspirado gástrico en los lactantes prematuros promueve el crecimiento sin causar problemas de alimentación?
Antecedentes
La monitorización de los aspirados gástricos para diagnosticar la intolerancia alimentaria y la enterocolitis necrosante es una práctica frecuente en los lactantes prematuros que reciben alimentación por sonda. No hay consenso sobre si se debe realimentar con el aspirado gástrico o desecharlo. Aunque la realimentación con los aspirados puede reemplazar la leche parcialmente digerida y las secreciones gastrointestinales que son esenciales para la maduración gastrointestinal, la realimentación con los aspirados anormales puede resultar en vómitos, enterocolitis necrosante o sepsis. Se buscó evidencia de ensayos clínicos que evaluaran si la monitorización sistemática de los aspirados gástricos es beneficiosa o perjudicial en los lactantes prematuros.
Características de los estudios
La búsqueda bibliográfica completa está actualizada hasta febrero de 2018. Solo se encontró un ensayo controlado aleatorio pequeño (con 72 lactantes prematuros) que abordó esta cuestión.
Resultados clave
No se sabe si la realimentación con el aspirado gástrico tiene un efecto sobre resultados importantes como la incidencia de enterocolitis necrosante, la mortalidad antes del alta, el tiempo para recuperar el peso al nacer, el tiempo para alcanzar la alimentación enteral completa, la duración de la nutrición parenteral y la duración de la estancia hospitalaria.
Calidad de la evidencia
La evidencia disponible es insuficiente para apoyar o refutar la realimentación con el aspirado gástrico en los lactantes prematuros. Se necesitan más ensayos para examinar si la realimentación con el aspirado gástrico es beneficiosa o perjudicial en lactantes prematuros.
Solo se encontraron datos limitados de un ensayo pequeño no cegado sobre la eficacia y la seguridad de la realimentación con los residuos gástricos en los lactantes prematuros. La calidad de la evidencia fue baja a muy baja. Por lo tanto, la evidencia disponible es insuficiente para apoyar o refutar la realimentación con los residuos gástricos en los lactantes prematuros. Se necesita un ensayo controlado aleatorio pragmático grande que aporte datos de calidad y precisión suficientes para informar la política y la práctica.
La monitorización sistemática de los residuos gástricos en los lactantes prematuros con alimentación por sonda nasogástrica es una práctica común en muchas unidades de cuidados intensivos neonatales y se utiliza para guiar el inicio y el avance de la alimentación. No se dispone de guías ni consenso sobre si se debe realimentar con los residuos gástricos aspirados o desecharlos.. Aunque la realimentación con los residuos gástricos puede reemplazar la leche parcialmente digerida, las enzimas gastrointestinales, las hormonas y las sustancias tróficas que ayudan en la digestión y promueven la motilidad y la maduración gastrointestinal, la realimentación con residuos anormales puede resultar en vómitos, enterocolitis necrosante o sepsis.
Evaluar la eficacia y la seguridad de la realimentación con los residuos gástricos en comparación con desecharlos en los lactantes prematuros. La asignación debía comenzar en la primera semana de vida y continuar al menos hasta que el lactante alcanzara la alimentación enteral completa. El investigador podía optar por desechar el residuo gástrico en el grupo de realimentación, si la calidad del mismo no era satisfactoria. Sin embargo, debían predefinirse los criterios para desechar los residuos gástricos.
Realizar un análisis de subgrupos basado en la edad gestacional (≤ 27 semanas, 28 semanas a 31 semanas, ≥ 32 semanas), el peso al nacer (< 1000 g, 1000 g a 1499 g, ≥ 1500 g), el tipo de leche (leche materna o maternizada), la calidad del residuo gástrico (leche fresca, leche cuajada o residual gástrico manchado de bilis), el volumen del residuo gástrico reemplazado (volumen total, 50% del volumen, volumen del siguiente alimento, volumen del siguiente alimento o volumen predefinido, con independencia del volumen del aspirado, p.ej. 2 ml, 3 ml) y si el volumen gástrico residual que es utilizado para una nueva alimentación se incluye o excluye del volumen de la próxima alimentación (ver «Análisis de subgrupos e investigación de la heterogeneidad»).
Se utilizó la estrategia de búsqueda estándar del Grupo Cochrane de Neonatología en el Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (CENTRAL; 2018, Número 1), MEDLINE vía PubMed (1966 hasta el 19 febrero 2018), Embase (1980 hasta el 19 de febrero 2018) y en Cumulative Index to Nursing and Allied Health Literature (CINAHL; 1982 al 19 de febrero 2018). También se buscaron ensayos controlados aleatorios y cuasialeatorios en las bases de datos de ensayos clínicos, las actas de congresos y las listas de referencias de los artículos recuperados.
Ensayos controlados aleatorios y cuasialeatorios que compararon la realimentación versus el desecho de los residuos gástricos en lactantes prematuros.
Dos autores de la revisión evaluaron la elegibilidad de los ensayos y el riesgo de sesgo y de forma independiente extrajeron los datos. Se analizaron los efectos del tratamiento en los ensayos individuales y se informó el cociente de riesgos y la diferencia de riesgos para los datos dicotómicos y la diferencia de medias para los datos continuos, con los intervalos de confianza del 95% respectivos. Se utilizó el enfoque GRADE para evaluar la calidad de la evidencia.
Se encontró un ensayo elegible que incluyó 72 lactantes prematuros. Este ensayo no estaba cegado.
No se conoce el efecto de la realimentación con los residuos gástricos sobre los resultados de eficacia, como el tiempo para recuperar el peso al nacer (diferencia de medias [DM] 0,40 días, intervalo de confianza [IC] del 95%: -2,89 a 3,69 días; evidencia de calidad muy baja), el tiempo para alcanzar las alimentación enteral ≥ 120 ml/kg/d (DM -1,30 días, IC del 95%: -2,93 a 0,33 días; evidencia de calidad muy baja), el número de lactantes con retraso del crecimiento extrauterino al alta (cociente de riesgos [CR] 1,29; IC del 95%: 0,38 a 4,34), duración de la nutrición parenteral total (DM -0,30 días; IC del 95: -2,07 a 1,47 días; evidencia de calidad muy baja) y la duración de la estancia hospitalaria (DM -1,90 días; IC del 95%: -25,27 a 21,47 días; evidencia de calidad muy baja).
De manera similar, no se conoce el efecto de la realimentación con el residuo gástrico sobre los resultados de seguridad, como la incidencia de enterocolitis necrosante en estadio 2 o 3 y la perforación intestinal espontánea (CR 0,71; IC del 95%: 0,25 a 2,04; evidencia de calidad muy baja), el número de episodios de interrupción de la alimentación que duraron ≥ 12 horas (CR 0,80; IC del 95%: 0,42 a 1,52; evidencia de calidad muy baja) o la mortalidad antes del alta (CR 0,50; IC del 95%: 0,14 a 1,85; evidencia de calidad baja). No se conoce el efecto de la realimentación con el residuo gástrico en los subgrupos de lactantes alimentados con leche materna y maternizada. No se encontraron datos sobre otros resultados como el crecimiento lineal y de la cabeza durante la estancia hospitalaria, el crecimiento posterior al alta, el número de lactantes con enfermedad hepática asociada a la nutrición parenteral y los resultados del desarrollo neurológico.
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