¿Los monitores de actividad ayudan a los adultos con accidente cerebrovascular a realizar más actividad física?

Pregunta de la revisión

Se examinó la evidencia disponible con respecto a la efectividad de dispositivos portátiles comercialmente disponibles (por ejemplo, podómetros, Fitbit y relojes Garmin) y aplicaciones de teléfonos inteligentes (por ejemplo, la aplicación Runkeeper, Fitbit) para aumentar los niveles de actividad física en los pacientes con accidente cerebrovascular.

Antecedentes

La promoción de la actividad física es una intervención de salud importante para los pacientes con accidente cerebrovascular. Es bien conocida la asociación entre la salud y la actividad física. Los pacientes con accidente cerebrovascular se enfrentan a retos adicionales al realizar una actividad física suficiente para obtener beneficios de salud, y a menudo son muy inactivos. Es importante aumentar los niveles de actividad física en los supervivientes de un accidente cerebrovascular en contextos hospitalarios y comunitarios.

Proporcionar información a los supervivientes de un accidente cerebrovascular con respecto a los niveles de actividad física es una estrategia que podría cambiar su comportamiento y aumentar los niveles de actividad física. Los dispositivos portátiles que cuentan los pasos o miden la actividad, o las aplicaciones de teléfonos inteligentes que aportan información acerca de la actividad física podrían ser útiles. La comprensión de la efectividad de dichos dispositivos para aumentar la actividad física tiene el potencial de beneficiar a todos los pacientes después de un accidente cerebrovascular.

Características de los estudios

En esta revisión se incluyeron cuatro ensayos con 245 participantes, con edades comprendidas entre los 22 y los 92 años. Tres ensayos midieron los resultados de la actividad física después del período de tratamiento. Los ensayos se realizaron en contextos hospitalarios y comunitarios. Todos los participantes se podían comunicar y proporcionar un consentimiento informado y todos podían caminar al menos cinco pasos sin supervisión o asistencia. Los grupos experimentales de los ensayos recibieron retroalimentación, al menos diariamente, sobre el número de pasos realizados.

Fecha de la búsqueda

Se buscaron estudios hasta el 3 de marzo 2018.

Resultados clave

Se encontró que el uso de monitores portátiles de actividad para proporcionar retroalimentación sobre la actividad física no aumentó los niveles de actividad física en los pacientes con accidente cerebrovascular. No es posible establecer conclusiones con respecto a la influencia de la gravedad del accidente cerebrovascular, la capacidad de marcha, la edad de los supervivientes del accidente cerebrovascular ni los resultados posteriores al accidente cerebrovascular. Los cuatro estudios incluidos se realizaron en diferentes contextos y utilizaron diferentes medidas de resultado, lo que limitó la capacidad de combinar los datos. Ningún estudio informó si el uso de monitores de actividad física provocó efectos perjudiciales. Se necesitan más estudios de investigación para determinar si son efectivos.

Calidad de la evidencia

Mediante los criterios GRADE se consideró que la calidad de la evidencia fue baja a muy baja debido al número pequeño de estudios, los tamaños de la muestra pequeños y porque ningún estudio pudo realizar el cegamiento de los participantes ni de los terapeutas que administraron la intervención (conocían que se utilizaba un dispositivo y la información proporcionada por el dispositivo).

Conclusiones de los autores: 

Solo cuatro ECA pequeños con 274 participantes (tres con pacientes en rehabilitación en el hospital y uno en la comunidad) han examinado la eficacia de los monitores de actividad para aumentar la actividad física después del accidente cerebrovascular. Aunque estos estudios mostraron que los monitores de actividad se podría incorporar en la práctica, actualmente no hay evidencia suficiente para apoyar el uso de monitores de actividad para aumentar la actividad física después del accidente cerebrovascular.

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Antecedentes: 

El accidente cerebrovascular es la tercera causa principal de discapacidad en todo el mundo. La actividad física es importante para la prevención secundaria del accidente cerebrovascular y para promover la recuperación funcional. Sin embargo, los pacientes con accidente cerebrovascular son más inactivos que los controles saludables pareados por edad. Por lo tanto, las intervenciones para aumentar la actividad después del accidente cerebrovascular son vitales para reducir la discapacidad relacionada con el accidente cerebrovascular.

Objetivos: 

Resumir la evidencia disponible con respecto a la efectividad de los monitores de actividad portátiles comercialmente disponibles y las aplicaciones de teléfonos inteligentes para aumentar los niveles de actividad física en los pacientes con accidente cerebrovascular.

Métodos de búsqueda: 

Se hicieron búsquedas en el registro de ensayos del Grupo Cochrane de Accidentes Cerebrales Vasculares (Cochrane Stroke Group Trials Register), CENTRAL, MEDLINE, Embase, CINAHL, SPORTDiscus, y en los siguientes registros de ensayos clínicos: WHO International Clinical Trials Registry Platform, Clinical Trials, EU Clinical Trial Register, ISRCTN Registry, Australian and New Zealand Clinical Trial Registry, y en el Stroke Trials Registry hasta el 3 de marzo 2018. También se realizaron búsquedas en las listas de referencia, búsquedas hacia delante en la Web of Science, y Google Scholar, y se estableció contacto con los autores de los ensayos para obtener datos adicionales cuando fue necesario. La búsqueda no se restringió por el idioma ni el estado de publicación.

Criterios de selección: 

Se incluyeron todos los ensayos controlados aleatorizados (ECA) y los ensayos aleatorizados cruzados que incluyeron el uso de monitores de actividad versus ninguna intervención, otro tipo de intervención u otro monitor de actividad. Los participantes tenían 18 años de edad o más, presentaban un diagnóstico de accidente cerebrovascular y se encontraban en el hospital o vivían en la comunidad. Las medidas de resultado primarias fueron los pasos por día y el período de actividad de intensidad moderada a vigorosa. Los resultados secundarios fueron el tiempo sedentario, el tiempo de actividad física de baja intensidad, la duración de la caminata, la fatiga, el estado de ánimo, la calidad de vida, la participación comunitaria y los eventos adversos. Se excluyeron los monitores del miembro superior que sólo medían la actividad del miembro superior.

Obtención y análisis de los datos: 

Se siguió la metodología Cochrane estándar para analizar e interpretar los datos. Al menos dos autores de la revisión examinaron, de forma independiente, los títulos y resúmenes para inclusión. Los desacuerdos se resolvieron mediante consulta con un tercer autor de la revisión. Los siguientes datos de los estudios incluidos se extrajeron a una plantilla estandarizada: tipo de estudio, población participante, contexto del estudio, intervención y cointervenciones, marco temporal y resultados. Los niveles de sesgo se consideraron alto, bajo o incierto, y la calidad de la evidencia se evaluó para cada resultado mediante los criterios GRADE.

Resultados principales: 

Se recuperaron 28 098 referencias, de las cuales se identificaron 29 artículos potenciales. Cuatro ECA (en 11 informes) cumplieron los criterios de inclusión. Los tamaños de la muestra variaron de 27 a 135 (total 245 participantes). El tiempo posterior al accidente cerebrovascular varió desde menos de una semana (n = 1), a uno a tres meses (n = 2) o una mediana de 51 meses (n = 1). La gravedad del accidente cerebrovascular varió de una mediana de 1 a 6 en la National Institutes of Health Stroke Scale (NIHSS). Tres estudios se realizaron en un contexto de rehabilitación en el hospital, y uno en un laboratorio universitario. Todos los estudios compararon el uso de un monitor de actividad más otra intervención (p.ej. un programa de reentrenamiento de la marcha o un programa de rehabilitación en el hospital) versus la otra intervención sola. Tres estudios informaron sobre el resultado primario recuento de los pasos diarios.

No hubo un efecto claro del uso de monitores de actividades junto con otras intervenciones sobre el recuento de pasos en un contexto comunitario (diferencia de medias [DM] -1930 pasos, intervalo de confianza [IC] del 95%: -4410 a 550; un ECA, 27 participantes; evidencia de calidad muy baja), ni en un contexto de rehabilitación de pacientes hospitalizados (DM 1400 pasos, IC del 95%: -40 a 2840; dos ECA, 83 participantes; evidencia de calidad muy baja). Ningún estudio informó sobre el resultado primario actividad física moderada a vigorosa, pero uno informó el tiempo dedicado a la actividad de intensidad moderada y vigorosa por separado; este estudio informó que un monitor de actividades además de la rehabilitación habitual del paciente hospitalizado aumentó el tiempo dedicado a la actividad física de intensidad moderada en 4,4 minutos por día (IC del 95%: 0,28 a 8,52; un ECA, 48 participantes; evidencia de calidad baja) en comparación con la rehabilitación habitual sola, pero no hubo un efecto claro del uso de un monitor de actividad más la rehabilitación habitual para aumentar el tiempo dedicado a la actividad física de intensidad vigorosa en comparación con la rehabilitación habitual (DM 2,6 minutos por día, IC del 95%: -0,8 a 6; un ECA, 48 participantes; evidencia de calidad baja). El riesgo general de sesgo fue bajo, aparte del alto riesgo con respecto al cegamiento de los participantes y el personal del estudio. Ninguno de los estudios incluidos proporcionó información relacionada con los efectos adversos.

Notas de traducción: 

La traducción y edición de las revisiones Cochrane han sido realizadas bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad del Gobierno español. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con Infoglobal Suport, cochrane@infoglobal-suport.com.

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