Antipsicóticos para los síntomas de la fibromialgia en adultos

Conclusión

Puede considerarse la administración de quetiapina durante cuatro a 12 semanas para reducir el dolor, los trastornos del sueño, la depresión y la ansiedad en pacientes con fibromialgia que sufren depresión de carácter mayor. Se deben sopesar los posibles efectos secundarios como el aumento del peso en relación con los posibles efectos beneficiosos.

Antecedentes

Los pacientes con fibromialgia suelen sufrir dolor generalizado crónico (más de tres meses de duración), así como trastornos del sueño, dificultad para pensar y agotamiento. Por lo general, informan limitaciones graves en las actividades cotidianas y una calidad de vida deficiente. Los tratamientos se centran en la reducción de la discapacidad y los síntomas clave y en mejorar la calidad de vida relacionada con la salud. Además, muchos pacientes con fibromialgia sufren depresión. En algunos pacientes con fibromialgia, los medicamentos utilizados para tratar la depresión pueden reducir los síntomas principales. La quetiapina es un fármaco para el tratamiento de la psicosis (un trastorno mental anormal caracterizado por la pérdida de contacto con la realidad) y también está autorizada para el tratamiento de la depresión de carácter mayor en algunos países.

Características de los estudios

En mayo de 2016, se buscaron ensayos clínicos en los cuales se utilizaron antipsicóticos para tratar los síntomas de la fibromialgia en adultos. Se encontró un total de cuatro estudios con 298 participantes. Se encontraron tres estudios con 208 participantes con una duración de ocho a 12 semanas que compararon quetiapina, un antipsicótico, con un medicamento falso (placebo). Se diagnosticó depresión de carácter mayor a 166 participantes. También se halló un estudio con 90 pacientes que comparó quetiapina con un antidepresivo denominado amitriptilina que, por lo general, se utiliza en el tratamiento de la fibromialgia. En este estudio se diagnosticó depresión de carácter mayor a cinco personas.

Resultados clave y calidad de la evidencia

La quetiapina no fue mejor que la medicación falsa para lograr una reducción del dolor del 50% o más (evidencia de calidad muy baja). La quetiapina fue mejor que la medicación falsa para lograr una reducción del dolor del 30% o más, para reducir los trastornos del sueño y mejorar el estado depresivo y la ansiedad (evidencia de calidad muy baja). La quetiapina fue mejor que la medicación falsa para mejorar la calidad de vida relacionada con la salud. Un número menor de participantes se retiró del ensayo debido a la falta de eficacia con la quetiapina que con la medicación falsa (evidencia de calidad muy baja). No hubo diferencias en la tolerabilidad ni en la seguridad entre la quetiapina y la medicación falsa (evidencia de calidad muy baja). En algunos pacientes, la quetiapina produjo un aumento importante del peso y somnolencia.

La quetiapina y la amitriptilina (un antidepresivo que se suele utilizar para mejorar el sueño y reducir el dolor en pacientes con fibromialgia) no difirieron en la reducción de las puntuaciones medias de dolor, fatiga, trastornos del sueño, depresión, ansiedad ni en las limitaciones de la calidad de vida relacionada con la salud. Ninguno de los fármacos difirió en la proporción de pacientes que informó mareos, somnolencia y aumento de peso como efecto secundario (evidencia de calidad baja). En comparación con la amitriptilina, una cantidad mayor de pacientes presentó efectos secundarios y se retiraron del estudio debido a los efectos secundarios con quetiapina (evidencia de calidad baja). No se informaron efectos secundarios graves con ninguno de los fármacos (evidencia de calidad baja).

No se encontraron estudios relevantes con otros antipsicóticos diferentes de la quetiapina para la fibromialgia.

Conclusiones de los autores: 

La evidencia de calidad muy baja indica que la quetiapina puede tenerse en cuenta para un ensayo de tiempo limitado (cuatro a 12 semanas) para reducir el dolor, los trastornos del sueño, la depresión y la ansiedad en pacientes con fibromialgia que sufren depresión de carácter mayor. Los posibles efectos secundarios como el aumento de peso deben sopesarse en relación con los posibles efectos beneficiosos, tomando las decisiones de forma conjunta con el paciente.

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Antecedentes: 

Esta revisión forma parte de una serie sobre fármacos utilizados para tratar la fibromialgia. La fibromialgia es un trastorno crónico clínicamente bien definido y de etiología desconocida que se caracteriza por dolor crónico generalizado que a menudo coexiste con trastornos del sueño y fatiga. Afecta aproximadamente al 2% de la población general. Hasta un 70% de los pacientes con fibromialgia cumple con los criterios de un trastorno depresivo o de ansiedad. Los pacientes suelen informar altos niveles de discapacidad y un deterioro en la calidad de vida relacionada con la salud. La farmacoterapia se centra en la reducción de la discapacidad y de los síntomas clave además de la mejoría de la calidad de vida relacionada con la salud. Los antipsicóticos podrían reducir la fibromialgia y los síntomas de la salud mental relacionados.

Objetivos: 

Evaluar la eficacia, la tolerabilidad y la seguridad de los antipsicóticos en la fibromialgia en adultos.

Métodos de búsqueda: 

Se hicieron búsquedas en CENTRAL (2016, número 4), MEDLINE y EMBASE hasta el 20 mayo 2016, además de en las listas de referencias de los artículos y revisiones recuperados y en dos registros de ensayos clínicos. También se contactó con los autores de los ensayos.

Criterios de selección: 

Se eligieron los ensayos controlados con una duración mínima de cuatro semanas con cualquier formulación de antipsicóticos administrados para tratar la fibromialgia en adultos.

Obtención y análisis de los datos: 

Se extrajeron los datos de todos los estudios incluidos y dos autores de la revisión evaluaron, de manera independiente, los riesgos de sesgo de los estudios. Las discrepancias se resolvieron mediante discusión. Se realizó el análisis con tres niveles de evidencia. El primer nivel de evidencia se obtuvo a partir de los datos que cumplían con los mejores estándares actuales y que poseían un riesgo de sesgo mínimo (resultado equivalente a una reducción significativa en la intensidad del dolor, análisis por intención de tratar sin imputación de los abandonos, al menos 200 participantes en la comparación, duración de ocho a 12 semanas, diseño paralelo); segundo nivel de evidencia a partir de los datos que no cumplían con uno o más de estos criterios y que se consideró que poseían cierto riesgo de sesgo, pero con cantidades adecuadas en la comparación; y el tercer nivel de evidencia a partir de los datos que incluían pequeños números de participantes y que se consideró que era muy probable que estuvieran sesgados o que utilizaran medidas de desenlace de escasa utilidad clínica, o ambos. La calidad de la evidencia se calificó mediante el sistema GRADE (Grading of Recommendations, Assessment, Development and Evaluation).

Resultados principales: 

Se incluyó un total de cuatro estudios con 296 participantes.

Tres estudios con 206 participantes compararon la quetiapina, una antipsicótico atípico (segunda generación), con placebo. Un estudio utilizó un diseño cruzado y dos estudios utilizaron un diseño de grupos paralelos. La duración del estudio fue de ocho o 12 semanas. La quetiapina se utilizó en todos los estudios con una dosis al acostarse entre 50 y 300 mg/día. Todos los estudios tenían una o más posibles fuentes de sesgo de carácter mayor y en general se consideró que eran de riesgo de sesgo moderado. Los desenlaces principales de esta revisión fueron: el alivio del dolor informado por el participante del 50% o más, el cambio global de la impresión del paciente (PGIC, por sus siglas en inglés) con una mejoría grande o muy grande, el retiro debido a los eventos adversos (tolerabilidad) y los eventos adversos graves (seguridad).

La evidencia de segundo nivel indicó que la quetiapina no era estadísticamente superior al placebo en la cantidad de participantes con una reducción del dolor del 50% o más (evidencia de calidad muy baja). Ningún estudio informó datos sobre el PGIC. Una mayor proporción de participantes en el grupo de quetiapina informó una reducción del dolor del 30% o más (diferencia de riesgos [DR] 0,12; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,00 a 0,23; número necesario a tratar para lograr un resultado beneficioso adicional [NNTB]: 8; IC del 95%: 5 a 100) (evidencia de calidad muy baja). Una mayor proporción de participantes en el grupo de quetiapina informó una mejoría clínicamente relevante en la calidad de vida relacionada con la salud en comparación con el placebo (DR 0,18; IC del 95%: 0,05 a 0,31; NNTB: 5; IC del 95%: 3 a 20) (evidencia de calidad muy baja). La quetiapina fue estadísticamente superior al placebo para reducir los trastornos del sueño (diferencia de medias estandarizada [DME]: -0,67; IC del 95%: -1,10 a -0,23), la depresión (DME: -0,39; IC del 95%: -0,74 a -0,04) y la ansiedad (DME: -0,40; IC del 95%: -0,69 a -0,11) (evidencia de calidad muy baja). La quetiapina fue estadísticamente superior al placebo para reducir los riesgos de retiro del estudio debido a la falta de eficacia (DR: -0,14; IC del 95%: -0,23 a -0,05) (evidencia de calidad muy baja). No hubo diferencias estadísticamente significativas entre la quetiapina y el placebo en la proporción de pacientes que se retiraron debido a los eventos adversos (tolerabilidad) (evidencia de calidad muy baja), en la frecuencia de eventos adversos graves (seguridad) (evidencia de calidad muy baja) y en la proporción de participantes que informaron mareos y somnolencia como evento adverso (evidencia de calidad muy baja). En más participantes del grupo de quetiapina se observó un aumento de peso sustancial (DR: 0,08; IC del 95%: 0,02 a 0,15; número necesario a tratar para obtener un resultado perjudicial adicional (NNTH): 12,;IC del 95%: 6 a 50) (evidencia de calidad muy baja). Se degradó la calidad de la evidencia tres niveles y se alcanzó una calificación muy baja debido a las limitaciones del diseño del estudio, por medidas indirectas (se excluyeron a los pacientes con enfermedades o trastornos mentales importantes) y la imprecisión (se analizaron menos de 400 pacientes).

Un estudio de diseño paralelo con 90 participantes comparó la quetiapina (50 a 300 mg/día, flexible, al acostarse) con la amitriptilina (10 a 75 mg/día, flexible, al acostarse). El estudio tenía tres riesgos de sesgo importantes y se consideró que en general el riesgo de sesgo era moderado. Se degradó la calidad de la evidencia dos niveles y se alcanzó una calificación baja debido a medidas indirectas (se excluyeron a los pacientes con enfermedades o trastornos mentales importantes) y la imprecisión (se analizaron menos de 400 pacientes). La evidencia de tercer nivel indicó diferencias estadísticamente significativas entre ambos fármacos. Ninguno de los fármacos presentaba una diferencia estadísticamente significativa en la reducción de las puntuaciones medias del dolor, la fatiga, los trastornos del sueño, la depresión, la ansiedad y las limitaciones de la calidad de vida relacionada con la salud, y en la proporción de participantes que informó mareos, somnolencia y aumento de peso como efecto secundario (evidencia de calidad baja). En comparación con la amitriptilina, un número mayor de participantes dejaron el estudio debido a los eventos adversos (evidencia de calidad baja). No se informaron eventos adversos (evidencia de calidad baja).

No se encontraron estudios relevantes con otros antipsicóticos diferentes de la quetiapina para la fibromialgia.

Notas de traducción: 

La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.

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