¿Qué tratamientos son las más eficaces para prevenir la progresión de la poliquistosis renal autosómica dominante?

La atención clínica actual de las personas que presentan poliquistosis renal autosómica dominante (PQRAD) se centra en el control de los riesgos futuros de necesidad de diálisis y en el tratamiento de los síntomas, principalmente el dolor y las hemorragias. El descubrimiento de nuevas moléculas que podrían frenar el crecimiento de los quistes renales ha hecho que la atención se desplace recientemente desde el cuidado y el tratamiento hacia la prevención de la progresión de la enfermedad y el control de los síntomas.

En esta revisión, el objetivo fue analizar los efectos beneficiosos y perjudiciales de las intervenciones dirigidas a prevenir la progresión de la PQRAD. Se buscó en la literatura hasta el 6 de junio de 2015. Se encontraron 30 estudios (con 2039 participantes) que probaron 11 tratamientos diferentes.

Los desenlaces informados se limitaron en su mayoría a la función y el volumen renal. En evidencia limitada en gran medida a los niños se determinó que los medicamentos IECA (inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina) reducían significativamente la presión arterial diastólica, pero no estaban claros sus efectos sobre los volúmenes renales y el funcionamiento de los riñones (comprobados mediante la medición de la tasa de filtración glomerular [TFG] y el nivel de creatinina sérica en la sangre de los pacientes). En los adultos, los IECA no mostraron efectos diferentes sobre la TFG ni la cantidad de una proteína llamada albúmina en la orina (albuminuria) en comparación con los betabloqueantes, ni sobre la creatinina sérica en comparación con los medicamentos conocidos como BRA (bloqueadores de los receptores de la angiotensina II). La evidencia de un único estudio no fue concluyente en cuanto a los efectos de los antagonistas del receptor 2 de la vasopresina sobre la función y los volúmenes renales; sin embargo, estos medicamentos provocaron sed y sequedad en la boca a los pacientes. En comparación con ningún tratamiento, el grupo de medicamentos conocidos como inhibidores de mTOR (inhibidores de la diana de la rapamicina en los mamíferos) no tuvo efectos claros sobre la función y el volumen de los riñones, pero provocó inflamación de los tejidos blandos, úlceras bucales, infecciones y diarrea. Los medicamentos conocidos como análogos de la somatostatina mejoraron ligeramente la creatinina sérica y el volumen renal total, pero no tuvieron efectos definitivos sobre la TFG y provocaron diarrea. Los datos de otros medicamentos fueron escasos y no concluyentes.

Actualmente no hay evidencia suficiente que demuestre que los medicamentos utilizados en las personas con PQRAD puedan proteger la función renal para retrasar la necesidad de diálisis o de un trasplante de riñón. Se necesita más evidencia procedente de estudios clínicos grandes y bien diseñados para fundamentar la toma de decisiones sanitarias antes de que estos medicamentos se puedan elegir de forma habitual para lograr mejores resultados de salud en las personas con PQRAD.

Conclusiones de los autores: 

Aunque existen varias intervenciones para los pacientes con PQRAD, en la actualidad hay poca o ninguna evidencia de que el tratamiento mejore los desenlaces de los pacientes en esta población y se asocia con efectos adversos frecuentes. Se necesitan más estudios aleatorizados de gran tamaño centrados en desenlaces centrados en el paciente.

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Antecedentes: 

La poliquistosis renal autosómica dominante (PQRAD) es el trastorno hereditario más común que causa enfermedades renales. El tratamiento clínico actual de la PQRAD se centra principalmente en el control de los síntomas y en la reducción de las complicaciones asociadas, especialmente la hipertensión. En los últimos años, la mejor comprensión de los mecanismos moleculares y celulares que intervienen en el crecimiento de los quistes renales y en la progresión de la enfermedad ha dado lugar a nuevos agentes farmacéuticos que se dirigen a la patogénesis de la enfermedad para prevenir su progresión.

Objetivos: 

El objetivo fue evaluar los efectos de las intervenciones para prevenir la progresión de la PQRAD sobre la función renal, los desenlaces renales, la estructura renal, los desenlaces centrados en el paciente (como los eventos cardiovasculares, la muerte súbita, la mortalidad por cualquier causa, las hospitalizaciones, el control de la PA, la calidad de vida y el dolor renal), así como los efectos adversos generales y específicos relacionados con su uso.

Métodos de búsqueda: 

Se realizaron búsquedas en el Registro especializado del Grupo Cochrane de Riñón (Cochrane Renal Group) hasta el 6 de junio de 2015 utilizando términos de búsqueda pertinentes.

Criterios de selección: 

Se consideraron para inclusión los ensayos controlados aleatorizados (ECA) que compararon cualquier intervención para prevenir la progresión de la PQRAD con otras intervenciones o con placebo, sin restricción de idioma.

Obtención y análisis de los datos: 

Dos autores, de forma independiente, evaluaron los riesgos de sesgo de los estudios y extrajeron los datos. Se resumieron los efectos del tratamiento sobre los desenlaces clínicos, la función y la estructura renal y los eventos adversos mediante un metanálisis de efectos aleatorios. La heterogeneidad en los efectos estimados del tratamiento se evaluó mediante la prueba Q de Cochran y la estadística I2. Las estimaciones generales del tratamiento se calcularon como una diferencia de medias (DM) o una diferencia de medias estandarizada (DME) para los desenlaces continuos y una razón de riesgos (RR) para los desenlaces dicotómicos, junto con sus intervalos de confianza del 95%.

Resultados principales: 

En esta revisión se incluyeron 30 estudios (2039 participantes) que investigaron 11 intervenciones farmacológicas (inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina [IECA], bloqueadores de los receptores de angiotensina [BRA], bloqueadores de los canales de calcio, betabloqueantes, antagonistas del receptor 2 de la vasopresina [RV2], inhibidores de la diana de la rapamicina en los mamíferos [mTOR], análogos de la somatostatina, agentes antiplaquetarios, ácidos eicosapentaenoicos, estatinas y compuestos de vitamina D).

Los IECA redujeron significativamente la presión arterial diastólica (nueve estudios, 278 participantes: DM -4,96 mmHg; IC del 95%: -8,88 a -1,04), pero no están claros sus efectos sobre los volúmenes renales (DM -42,50 ml; IC del 95%: -115,68 a 30,67), la TFG (DM -3,41 ml/min/1,73 m2; IC del 95%: -15,83 a 9,01) ni la CrS (DM -0,02 mg/dl; IC del 95%: -0,14 a 0,09), en datos limitados en gran medida a niños. Los IECA no mostraron efectos diferentes sobre la TFG (DM -8,19 ml/min/1,73 m2; IC del 95%: -29,46 a 13,07) ni la albuminuria (DME -0,19; IC del 95%: -1,77 a 1,39) en comparación con los betabloqueantes, ni sobre la CrS (DM 0,00 mg/dl; IC del 95%: -0,09 a 0,10) en comparación con los BRA.

Los datos sobre los efectos de los antagonistas RV2 en la función y los volúmenes renales en comparación con el placebo se limitaron a la información narrativa dentro de un estudio individual, aunque estos agentes aumentaron la sed (1444 participantes: RR 2,70; IC del 95%: 2,24 a 3,24) y la sequedad bucal (1455 participantes: RR 1,33; IC del 95%: 1,01 a 1,76).

En comparación con ningún tratamiento, los inhibidores de mTOR no tuvieron efectos claros sobre la función renal (dos estudios, 115 participantes: DM 4,45 ml/min/1,73 m2; IC del 95%: -3,20 a 12,11) ni el volumen renal (DM -0,08 l; IC del 95%: -0,75 a 0,59), pero en tres estudios (560 participantes) causó angioedema (RR 13,39; IC del 95%: 2,56 a 70,00), ulceración oral (RR 6,77; IC del 95%: 4,42 a 10,38), infecciones (RR 1,14; IC del 95%: 1,04 a 1,25) y diarrea (RR 1,70; IC del 95%: 1,26 a 2,29).

Los análogos de la somatostatina (seis estudios, 138 participantes) mejoraron ligeramente la CrS (DM -0,43 mg/dl; IC del 95%: -0,86 a -0,01) y el volumen renal total (DM -0,62 l; IC del 95%: -1,22 a -0,01), pero no tuvieron efectos definitivos sobre la TFG (DM 9,50 ml/min; IC del 95%: -4,45 a 23,44) y provocaron diarrea (RR 3,72; IC del 95%: 1,43 a 9,68).

Los datos sobre los bloqueadores de los canales de calcio, los ácidos eicosapentaenoicos, las estatinas, los compuestos de vitamina D y los agentes antiplaquetarios fueron escasos y no concluyentes.

La generación de la secuencia aleatoria fue adecuada en ocho estudios, y en casi la mitad de los estudios, el cegamiento no estuvo presente o no se especificó. La mayoría de los estudios no informaron adecuadamente los desenlaces, lo que afectó de forma negativa la capacidad de evaluar este sesgo. La tasa general de abandono fue superior al 10% en nueve estudios, y pocos se realizaron mediante análisis por intención de tratar.

Notas de traducción: 

La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.

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