Mejoras en la vivienda como inversión para mejorar la salud

La vivienda deficiente se asocia con un mal estado de salud. Este hecho indica que la mejora de las condiciones de vivienda podría dar lugar a una mejoría en la salud para los residentes. Esta revisión realizó búsquedas extensivas de estudios de cualquier lugar del mundo que hubiesen investigado si la inversión para mejorar las condiciones de vivienda está o no vinculada con una mejoría en la salud. Se ha publicado una gran cantidad de estudios de investigación sobre la vivienda y la salud, aunque pocos han investigado si las mejoras en las condiciones de vivienda repercuten en la salud de los residentes. Los programas de renovación de vecindarios a menudo incluyen mejoras de vivienda, aunque un objetivo clave de estos programas es mejorar el área atrayendo a nuevos residentes, a menudo los que están en mejor situación. En estos programas, las mejorías en las estadísticas sanitarias pueden reflejar sencillamente un cambio en la población que reside en un área, y la población original puede no beneficiarse de las mejoras en las condiciones de vida. Esta revisión sólo consideró los estudios en los que se investigaban los cambios en la salud para la población original en lugar de los cambios en el área.

Se identificaron 39 estudios que evaluaron los cambios en la salud después de las mejoras en la vivienda. Los estudios cubrieron una amplia gama de mejoras en la vivienda. Las mejoras en la vivienda en los países de ingresos altos, y realizadas en los últimos 30 años, incluyeron restauración, realojamiento, reubicación, instalación de calefacción central y aislamiento. Los estudios de países en desarrollo incluyeron provisión de letrinas. Los estudios más antiguos (antes de 1965) examinaron los cambios en la salud después del realojamiento de los barrios marginados. En términos generales, parecería que las mejoras en las condiciones de vivienda pueden dar lugar a mejorías en la salud. Es muy probable observar una mejoría en la salud cuando las mejoras de vivienda se dirigen a los pacientes con un mal estado de salud y en condiciones de vivienda inadecuadas, en particular con calefacción inadecuada. Los programas de mejoras en la vivienda basados en el área, por ejemplo, los programas de renovación de viviendas de vecindarios, que mejoran la vivienda de forma independiente de la necesidad individual pueden no dar lugar a mejoras claras en las condiciones de vivienda para todas las casas de un vecindario. Lo anterior puede explicar por qué las mejorías en la salud después de estos programas no siempre son obvias.

Las mejoras en la calefacción y una calefacción económica pueden ser una razón importante de una mejoría en la salud. Las mejorías en la salud también pueden dar lugar a una reducción en el ausentismo escolar o laboral. Las mejoras en el rendimiento energético y la provisión de calefacción económica pueden permitir a los residentes calentar más habitaciones de la casa y aumentar la cantidad de espacio utilizable en el hogar. El mayor espacio utilizable en la vivienda puede dar lugar a un mayor uso del hogar, permitir mayores niveles de privacidad y ayudar a las relaciones dentro del hogar. Un resumen de la mejor evidencia de investigación disponible indica que la vivienda que promueve la buena salud debe ser de un tamaño apropiado para satisfacer las necesidades del grupo familiar y ser económica para mantener una temperatura interior confortable.

Conclusiones de los autores: 

La inversión en viviendas para mejorar el bienestar relacionado con la calefacción en el hogar puede dar lugar a mejorías en la salud, especialmente, cuando las mejoras se dirigen a los pacientes con calefacción inadecuada y a los que presentan enfermedades respiratorias crónicas. El impacto en la salud de los programas que proporcionan mejoras en áreas y no se enfocan según los niveles de necesidad individual fue menos claro, aunque el impacto informado a nivel del área puede ocultar las mejorías en la salud para los que tienen más posibilidades de obtener beneficios. La mejor evidencia disponible indica que la vivienda de un tamaño apropiado para los residentes y cuya calefacción es económica está vinculada a una mejoría en la salud y puede promover mejores relaciones sociales dentro y más allá de la vivienda. Además, hay algunas sugerencias de que la provisión de calefacción adecuada y económica puede reducir el ausentismo escolar o laboral.

Si bien muchas de las intervenciones se dirigieron a grupos de bajos ingresos, la casi inexistencia de información sobre los efectos diferenciales impidió que se analizara la posibilidad de que las mejoras de la vivienda repercutieran en las desigualdades sociales y económicas.

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Antecedentes: 

Las conexiones bien establecidas entre la vivienda deficiente y un mal estado de salud indican que las mejoras en la vivienda pueden ser un mecanismo importante mediante el cual la inversión pública puede dar lugar a una mejoría en la salud. Los estudios de intervención que han evaluado el impacto de las mejoras en la vivienda en la salud son un recurso importante de datos para probar las suposiciones acerca de la posibilidad de mejorías en la salud. Las evaluaciones pueden no detectar el impacto a largo plazo en la salud debido a los períodos de seguimiento limitados. Los efectos en los determinantes socioeconómicos de la salud pueden ser una indicación indirecta valiosa de las posibles repercusiones a largo plazo en la salud.

Objetivos: 

Evaluar el impacto social y en la salud de los residentes después de las mejoras en la estructura física de la vivienda.

Métodos de búsqueda: 

Se realizaron búsquedas en 27 bases de datos académicas y bibliográficas de literatura gris para estudios de intervención en viviendas desde 1887 hasta julio de 2012 (ASSIA; Avery Index; CAB Abstracts; The Campbell Library; CINAHL; The Cochrane Library; COPAC; DH-DATA: Health Admin; EMBASE; Geobase; Global Health; IBSS; ICONDA; MEDLINE; MEDLINE In-Process & Other Non-Indexed Citations; NTIS; PAIS; PLANEX; PsycINFO; RIBA; SCIE; Sociological Abstracts; Social Science Citations Index; Science Citations Index expanded; SIGLE; SPECTR). Se hicieron búsquedas en 12 bases de datos escandinavas de literatura gris y política (Libris; SveMed+; Libris uppsök; DIVA; Artikelsök; NORART; DEFF; AKF; DSI; SBI; Statens Institut for Folkesundhed; Social.dk) y en 23 sitios web pertinentes. Además, se solicitaron detalles de estudios relevantes a expertos en el tema. En las búsquedas, no hubo restricciones de idioma o de estado de publicación.

Criterios de selección: 

Se incluyeron estudios que evaluaron el cambio en cualquier resultado de salud después de las mejoras en la vivienda. Los mismos incluyeron estudios experimentales y estudios no controlados. Los estudios transversales fueron excluidos debido a que no es posible que las correlaciones aclaren los cambios en los resultados. Se excluyeron los estudios que informaron sólo los resultados socioeconómicos o las medidas indirectas de salud, como el uso de servicios sanitarios. Se incluyeron todas las mejoras de vivienda que implicaran una mejora física en la estructura de la casa. Las intervenciones excluidas fueron las mejoras en las casas móviles; las modificaciones por motivos de movilidad o médicos; la calidad del aire; la eliminación del plomo; la reducción de la exposición al radón; la reducción o eliminación de alérgenos; y el mobiliario o equipo. Cuando una mejora incluyó uno de estos elementos además de una intervención del estudio, se incluyó en la revisión. Los estudios no fueron excluidos sobre la base de la fecha, la ubicación o el idioma.

Obtención y análisis de los datos: 

Dos autores de la revisión seleccionaron los estudios y los evaluaron críticamente de forma independiente. La calidad del estudio se evaluó mediante la herramienta del riesgo de sesgo y la herramienta de Hamilton para adaptar los estudios no experimentales y no controlados. Los datos del impacto socioeconómico y en salud fueron extraídos por un autor de la revisión y examinados por un segundo autor. Los estudios se agruparon de acuerdo a categorías amplias de intervención, la fecha y el ámbito antes de la síntesis. Cuando fue posible, se calcularon las estimaciones estandarizadas del efecto y se agruparon estadísticamente. Cuando no fue apropiado realizar el metanálisis, los datos se tabularon y se resumieron de forma narrativa después de una revisión cruzada de los impactos informados y las características del estudio. Se resumieron los datos cualitativos mediante un modelo lógico para representar los impactos informados y las conexiones con los impactos en la salud; los datos cuantitativos se incorporaron al modelo.

Resultados principales: 

Treinta y nueve estudios que informaron datos cuantitativos o cualitativos, o ambos, fueron incluidos en la revisión. Se identificaron 33 estudios cuantitativos. Estos incluían cinco ensayos controlados aleatorizados (ECA) y diez estudios no experimentales de las mejoras en la calefacción, 12 estudios no experimentales del realojamiento o la rehabilitación, tres estudios no experimentales de la provisión de mejoras básicas en países de ingresos bajos o medios (PIBM) y tres estudios históricos no experimentales del realojamiento de los barrios marginales. Se evaluaron 14 estudios cuantitativos (42,4%) como de mala calidad y no se incluyeron en la síntesis. Se identificaron 12 estudios que informaban datos cualitativos. Estos eran estudios de mejoras en la calefacción (n = 7) y de realojamiento (n = 5). Se excluyeron tres estudios cualitativos de la síntesis debido a la poca claridad en los métodos. Seis de los estudios cualitativos incluidos también aportaron datos cuantitativos, los cuales se incluyeron en la revisión.

Fue posible realizar una síntesis cuantitativa muy pequeña debido a que los datos no fueron apropiados para el metanálisis. Ello se debió en gran medida a la extrema heterogeneidad, tanto metodológica como de las variaciones en la intervención, las muestras, el contexto y el resultado; estas variaciones se mantuvieron incluso después de la agrupación de las intervenciones y los resultados. Además, pocos estudios informaron datos apropiados para el cálculo de los tamaños estandarizados del efecto. Los datos se resumieron de forma narrativa.

Los datos de los estudios de las intervenciones de calefacción y el rendimiento energético indicaron que es posible encontrar mejorías en la salud general, la salud respiratoria y la salud mental. Los estudios dirigidos a los pacientes con calefacción inadecuada y enfermedades respiratorias crónicas tuvieron más probabilidades de informar mejorías en la salud. Los impactos después de la renovación del vecindario liderado por la vivienda fueron menos claros; estas intervenciones se dirigieron a las zonas y no a los hogares individuales más necesitados. Dos estudios de calidad más deficiente en PIBM informaron mejorías pequeñas o poco claras en la salud. Un estudio de mejor calidad del realojamiento de los barrios marginados (antes de 1960) informó algunas mejorías en la salud mental. Hubo pocos informes de los efectos sanitarios adversos después de las mejoras de vivienda. Un número pequeño de estudios obtuvo datos sobre el impacto social y socioeconómico asociado con las mejoras de vivienda. Las mejoras en la calefacción se asociaron con mayor espacio utilizable, mayor privacidad y mejores relaciones sociales; también se redujeron las ausencias del trabajo o la escuela por enfermedad.

Muy pocos estudios informaron impactos diferenciales relevantes a temas de equidad, y cuando se informaron datos, no fueron apropiados para la síntesis.

Notas de traducción: 

La traducción y edición de las revisiones Cochrane han sido realizadas bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad del Gobierno español. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con Infoglobal Suport, cochrane@infoglobal-suport.com.

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