El efecto de la preparación psicológica sobre el dolor, la recuperación conductual, las emociones negativas y la estancia hospitalaria después de la intervención quirúrgica

Antecedentes

La manera en la que los pacientes piensan y sienten antes de la intervención quirúrgica puede afectar cómo sienten y lo que hacen después de la intervención quirúrgica. Por ejemplo, los estudios de investigación indican que los pacientes que se sienten más ansiosos antes de la intervención quirúrgica presentan posteriormente más dolor. Una revisión realizada en 1993 examinó la repercusión de la preparación psicológica sobre los resultados después de la intervención quirúrgica. El término "preparación psicológica" incluye varias técnicas que tienen como objetivo cambiar lo que los pacientes piensan, cómo se sienten o lo que hacen. Esta revisión de 1993 encontró que las técnicas de preparación psicológica redujeron el dolor después de la intervención quirúrgica, mejoraron la recuperación conductual (cuán rápido los pacientes retornan a sus actividades), redujeron la duración de la estancia hospitalaria y redujeron las emociones negativas (p.ej. los sentimientos de ansiedad o depresión). Se intentó realizar una revisión actualizada mediante la metodología Cochrane para saber si hay efectos útiles (o perjudiciales) de la preparación psicológica en los pacientes sometidos a intervención quirúrgica, y qué resultados (dolor después de la intervención quirúrgica, recuperación conductual, emociones negativas o estancia hospitalaria) mejoran.

Características de los estudios

Se incluyeron estudios de adultos que se sometieron a cirugía programada con anestesia general. Se consideraron siete técnicas de preparación psicológica: información sobre el procedimiento (información acerca de qué, cuándo y cómo sucederán los procesos); información sensorial (cómo se percibirán las experiencias y qué otras sensaciones pueden tener, p.ej. gusto, olfato); instrucción conductual (decirles a los pacientes lo que necesitan hacer); intervención cognitiva (técnicas que tienen como objetivo cambiar lo que piensan los pacientes); técnicas de relajación; hipnosis; e intervenciones centradas en las emociones (técnicas que tienen como objetivo ayudar a los pacientes a controlar sus sentimientos). La preparación psicológica tenía que brindarse antes de la intervención quirúrgica para que el estudio se incluyera en la revisión. Se incluyeron los estudios que examinaron el efecto de la preparación psicológica sobre el dolor, la recuperación conductual, la estancia hospitalaria y las emociones negativas después de la intervención quirúrgica (en el transcurso de un mes). Se incluyeron estudios en la revisión hasta la fecha de búsqueda del 4 de mayo 2014. Se actualizó la búsqueda el 7 de julio 2015 y se incorporarán los 38 estudios encontrados en esta búsqueda más tarde, cuando se actualice la revisión. Se incluyeron 105 estudios de 115 artículos, con 10 302 participantes. El resultado dolor se midió en 61 estudios, la recuperación conductual en 14, la estancia hospitalaria en 58 y las emociones negativas en 49. Según el protocolo de la revisión, no se registraron los detalles acerca de las fuentes de financiamiento.

Resultados clave

En esta revisión, se incluyeron 105 estudios, que se informaron en 115 artículos. En estos estudios se asignaron al azar 10 302 participantes. Para el dolor, la estancia hospitalaria y las emociones negativas se combinaron los resultados numéricos de los estudios. Se encontró que la preparación psicológica antes de la intervención quirúrgica pareció aliviar el dolor y las emociones negativas después de la cirugía y que puede reducir el tiempo de estancia hospitalaria en alrededor de medio día, pero la calidad de las pruebas fue baja. Además, los estudios utilizaron muchas técnicas diferentes de preparación psicológica (a menudo en diferentes combinaciones), por lo que no fue posible determinar qué técnicas fueron mejores. No fue posible combinar estadísticamente los hallazgos numéricos para la recuperación conductual porque pocos estudios aportaron suficientes detalles y los estudios utilizaron diferentes maneras de medir la rapidez con la que los pacientes retornaron a sus actividades habituales. Al examinar los estudios, se encontró que es posible que la preparación psicológica, en particular la instrucción conductual, mejore la recuperación conductual. Sin embargo, la calidad de estas pruebas fue muy baja. En esta revisión se examinó el efecto de la preparación psicológica sobre el dolor, la recuperación conductual, la estancia hospitalaria y las emociones negativas y no se encontraron pruebas que indicaran que la preparación psicológica pudiera dar lugar a efectos perjudiciales en estos resultados. Sin embargo, como no se examinaron otros resultados es posible que no se identificaran efectos perjudiciales potenciales.

Calidad de las pruebas

Muchos estudios se informaron de manera deficiente, por lo que no fue posible asegurar que los resultados fueran fiables. Por este motivo y debido a la gran variación en las técnicas psicológicas, los tipos de intervención quirúrgica y las medidas utilizadas, la calidad de las pruebas se calificó como "baja" para los resultados de dolor, emociones negativas y duración de la estancia hospitalaria; no fue posible asegurar que estas técnicas ayuden a los pacientes a recuperarse de la intervención quirúrgica. Para la recuperación conductual, la calidad de las pruebas se disminuyó de manera adicional a "muy baja" debido a problemas con la medición y el informe del resultado.

Conclusiones de los autores: 

Las pruebas indicaron que la preparación psicológica puede ser beneficiosa para los resultados de dolor postoperatorio, recuperación conductual, afecto negativo y estancia hospitalaria, y que es poco probable que tenga efectos perjudiciales. Sin embargo, actualmente la solidez de las pruebas no es suficiente para establecer conclusiones firmes sobre la función de la preparación psicológica para la intervención quirúrgica. Se necesitan análisis adicionales que exploren la heterogeneidad en los datos para identificar más específicamente cuando las técnicas de intervención tienen un efecto beneficioso. Como la calidad de las pruebas actuales es baja o muy baja, se necesitan estudios de investigación bien realizados e informados de manera clara.

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Antecedentes: 

En una revisión y metanálisis realizados en 1993, se encontró que la preparación psicológica fue beneficiosa para un rango de variables de resultado que incluyeron el dolor, la recuperación conductual, la estancia hospitalaria y el afecto negativo. Desde dicha revisión, ha sido posible realizar una búsqueda bibliográfica más detallada, se han completado estudios adicionales que prueban la preparación psicológica para la intervención quirúrgica y han cambiado los procedimientos hospitalarios. La presente revisión examina si la preparación psicológica (información sobre el procedimiento, información sensorial, intervención cognitiva, relajación, hipnosis e intervención centrada en las emociones) repercute sobre los resultados del dolor postoperatorio, la recuperación conductual, la duración de la estancia hospitalaria y el afecto negativo.

Objetivos: 

Examinar los efectos de la preparación psicológica sobre los resultados postoperatorios en adultos sometidos a intervención quirúrgica electiva bajo anestesia general.

Métodos de búsqueda: 

Se hicieron búsquedas en el Registro Cochrane de Ensayos Controlados (Cochrane Register of Controlled Trials) (CENTRAL 2014, número 5), MEDLINE (OVID SP) (1950 hasta mayo 2014), EMBASE (OVID SP) (1982 hasta mayo 2014), PsycINFO (OVID SP) (1982 hasta mayo 2014), CINAHL (EBESCOhost) (1980 hasta mayo 2014), Dissertation Abstracts (hasta mayo 2014) y en Web of Science (1946 hasta mayo 2014). Se realizaron búsquedas en las listas de referencias de los estudios relevantes y se contactó con los autores para identificar estudios no publicados. Las búsquedas se realizaron nuevamente en julio de 2015 y los 38 estudios de interés se colocaron en la sección "en espera de clasificación" de esta revisión.

Criterios de selección: 

Se incluyeron los ensayos controlados aleatorios en participantes adultos (16 años de edad o más) sometidos a intervención quirúrgica electiva bajo anestesia general. Se excluyeron los estudios que se centraron en grupos de pacientes con morbilidad psicológica diagnosticada clínicamente. La búsqueda no se limitó por el idioma o el estado de la publicación. Se incluyeron los estudios que evaluaron una intervención psicológica preoperatoria que incluyó al menos una de estas siete técnicas: información sobre el procedimiento; información sensorial; instrucción conductual; intervención cognitiva; técnicas de relajación; hipnosis; intervención centrada en las emociones. Se incluyeron los estudios que examinaron cualquiera de las medidas de resultado postoperatorias (dolor, recuperación conductual, estancia hospitalaria, afecto negativo) en el transcurso del mes posterior a la intervención quirúrgica.

Obtención y análisis de los datos: 

Uno de los autores verificó los títulos y resúmenes para excluir los estudios claramente no pertinentes. Se obtuvieron los informes completos de los estudios aparentemente relevantes; dos autores los examinaron completamente. Dos autores extrajeron los datos de forma independiente y las discrepancias se resolvieron mediante discusión.

Cuando fue posible se utilizaron los metanálisis de efectos aleatorios para combinar los resultados de los estudios individuales. Para la duración de la estancia hospitalaria se agruparon las diferencias de medias. Para el dolor y el afecto negativo se utilizó un tamaño estandarizado del efecto (la diferencia de medias estandarizada [DME], o la g de Hedges) para combinar los datos de diferentes medidas de resultado. Si los datos no estuvieron disponibles en una forma apropiada para el metanálisis se realizó una revisión narrativa.

Resultados principales: 

Las búsquedas identificaron 5116 artículos únicos; se recuperaron 827 para la revisión completa. En esta revisión se incluyeron 105 estudios de 115 artículos, en los que se asignaron al azar 10 302 participantes. Principalmente como resultado de la actualización de la búsqueda en julio de 2015, 38 artículos están en espera de clasificación. De los 105 estudios 61 midieron el resultado de dolor, 14 la recuperación conductual, 58 la estancia hospitalaria y 49 el afecto negativo. Los participantes fueron sometidos a una amplia variedad de procedimientos quirúrgicos, y se utilizaron varios componentes psicológicos en las intervenciones, con frecuencia en combinación. En los 105 estudios se proporcionaron datos apropiados para el metanálisis de 38 estudios que midieron el resultado de dolor postoperatorio (2713 participantes), 36 la duración de la estancia hospitalaria (3313 participantes) y 31 el afecto negativo (2496 participantes). Los estudios restantes se examinaron de manera narrativa (incluidos los 14 estudios con 1441 participantes que analizaron la recuperación conductual). Cuando se agruparon los resultados de todos los tipos de intervención hubo pruebas de baja calidad de que las técnicas de preparación psicológica se asociaron con menor dolor postoperatorio (DME -0,20; intervalo de confianza [IC] del 95%: -0,35 a -0,06), estancia hospitalaria (diferencia de medias -0,52 días, IC del 95%: -0,82 a -0,22) y afecto negativo (DME -0,35; IC del 95%: - 0,54 a -0,16) en comparación con los controles. Los resultados tendieron a ser similares para todas las categorías de intervención, aunque no hubo pruebas de que la instrucción conductual redujera el resultado de dolor. Sin embargo, se debe tener precaución al interpretar los resultados debido a la heterogeneidad en los tipos de intervención quirúrgica, las intervenciones y los resultados. Las pruebas del resultado recuperación conductual, revisadas de manera narrativa, proporcionaron pruebas de muy baja calidad de que la preparación psicológica, en particular la instrucción conductual, mejore los resultados de recuperación conductual, pero no fue posible establecer una conclusión clara.

En general, las pruebas tuvieron un informe deficiente, lo que significa que pocos estudios podrían clasificarse como con bajo riesgo de sesgo. En general, la calidad de las pruebas para cada resultado se valoró como "baja" debido al nivel alto de heterogeneidad en los estudios metanalizados y el riesgo incierto de sesgo. Además, para el resultado de recuperación conductual, muy pocos estudios utilizaron medidas consistentes e informaron datos apropiados para el metanálisis, por lo que la calidad de las pruebas se calificó como "muy baja".

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