La coordinación de consultas en la atención primaria parece mejorar la práctica de salud mental y los desenlaces de las personas con un trastorno mental

A pesar de la prevalencia y los impactos negativos de los trastornos mentales, muchos personas no son diagnosticadas o no reciben el tratamiento adecuado. La coordinación de consultas es una forma de proporcionar atención en salud mental a las personas en atención primaria. En la coordinación de consultas, un especialista en salud mental trabaja con el profesional de atención primaria para proporcionar la atención apropiada a las personas con necesidades de salud mental. En esta revisión de los estudios publicados hasta marzo de 2014 se comparó la efectividad de la coordinación de consultas con la atención primaria estándar y otros tipos de atención en salud mental. Se incluyeron 12 ensayos con 2605 pacientes y más de 905 profesionales de atención primaria. La coordinación de consultas se comparó con la atención estándar en 11 ensayos y se comparó con la atención colaborativa en un ensayo. La atención colaborativa es la atención en salud mental coordinada por un gestor de casos de atención primaria. Había evidencia de que la coordinación de consultas mejora la salud mental, la satisfacción con la atención y la adherencia al tratamiento de personas con algunos trastornos mentales, en particular las que presentan depresión, y mejoró la atención en salud mental por parte de los profesionales de atención primaria. También había evidencia de que la coordinación de consultas puede no ser igual de efectiva que la atención colaborativa. Sin embargo, debido a que la calidad general de los ensayos era baja, puede haberse sobrestimado la efectividad de estas formas de proporcionar atención. No es posible sacar conclusiones con respecto a la coordinación de consultas con personas que tienen otros trastornos mentales como esquizofrenia o trastorno bipolar. Tampoco había datos que permitieran informar la práctica con grupos específicos de personas como niños y adolescentes y de edad avanzada. Se necesitan más ensayos de alta calidad sobre la coordinación de consultas.

Conclusiones de los autores: 

Hay evidencia de que la coordinación de consultas mejora la salud mental hasta los tres meses, y en la satisfacción y la adherencia hasta los 12 meses en personas con trastornos mentales especialmente en aquellas que tienen depresión. Los profesionales de atención primaria también tuvieron más probabilidades de proporcionar el tratamiento adecuado y de prescribir tratamiento farmacológico hasta 12 meses. También había evidencia de que la coordinación de consultas puede no ser tan efectiva como la atención colaborativa en cuanto a los síntomas del trastorno mental, la discapacidad, el estado de salud general y la administración de tratamiento. Sin embargo, la calidad general de los ensayos fue baja, en particular en cuanto al sesgo de realización y de desgaste, y puede haber dado lugar a una sobrestimación de la efectividad. Se necesita más evidencia para determinar la efectividad de la coordinación de consultas para personas con trastornos mentales, en particular los que presentan trastornos mentales diferentes de la depresión.

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Antecedentes: 

Aproximadamente el 25% de las personas presentará un trastorno mental en algún momento de la vida. A pesar de la prevalencia y los impactos negativos de los trastornos mentales, muchos personas no son diagnosticadas o no reciben el tratamiento adecuado. Por lo tanto, se ha identificado que la atención sanitaria primaria es fundamental para mejorar la prestación de atención en salud mental. La coordinación de consultas es un modelo de atención en salud mental en que el médico de atención primaria mantiene la función central en la prestación de la atención en salud mental y un especialista en salud mental proporciona apoyo consultivo. La coordinación de consultas tiene el potencial de mejorar la prestación de atención en salud mental en ámbitos de atención primaria y a la vez mejorar los desenlaces de las personas con un trastorno mental.

Objetivos: 

Identificar si la coordinación de consultas puede tener efectos beneficiosos para las personas con un trastorno mental mejorando la capacidad de los profesionales de atención primaria de proporcionar atención en salud mental.

Métodos de búsqueda: 

Se hicieron búsquedas en el registro especializado del Grupo Cochrane para una Práctica y Organización Sanitaria Efectivas (Cochrane Effective Practice and Organization of Care Group, EPOC), Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials) (CENTRAL), y en bases de datos bibliográficas: MEDLINE, EMBASE, CINAHL and PsycINFO, en marzo de 2014. También se buscó en las listas de referencias de estudios y revisiones relevantes para identificar cualquier estudio potencialmente pertinente.

Criterios de selección: 

Se incluyeron los ensayos controlados aleatorizados (ECA) que compararon la coordinación de consultas con la atención estándar u otros modelos de servicio de atención en salud mental de la atención primaria. Los participantes incluidos fueron personas que asistían a consultorios de atención primaria y que requerían atención en salud mental o presentaban un trastorno mental, y los profesionales de atención primaria que tenían contacto directo con personas que necesitaban atención en salud mental.

Obtención y análisis de los datos: 

Dos autores de la revisión de forma independiente seleccionaron los títulos y los resúmenes de los estudios identificados según los criterios de inclusión y extrajeron los detalles incluidos el diseño del estudio, los participantes y el contexto, la intervención, los desenlaces y cualquier riesgo de sesgo. Los desacuerdos se resolvieron mediante discusión o remisión a un tercer autor. Se contactó con los autores de los ensayos para obtener cualquier información que faltara.

Se recogieron y analizaron los datos de todos los periodos de seguimiento: hasta e incluyendo los tres meses siguientes al inicio del tratamiento, entre tres y 12 meses, y más de 12 meses después del inicio de la terapia.

Se utilizó un modelo de efectos aleatorios para calcular la diferencia de riesgos (DR) para los datos binarios y el número necesario a tratar para lograr un resultado beneficioso adicional (NNTB), cuando las diferencias entre los grupos eran significativas. Para los datos continuos se calculó la diferencia de medias (DM) o la diferencia de medias estandarizada (DME).

Resultados principales: 

Se identificaron 8203 citas a partir de búsquedas en bases de datos y listas de referencias. Se incluyeron 12 ensayos con 2605 participantes pacientes y más de 905 participantes profesionales de la atención primaria. Once ensayos compararon la coordinación de consultas con la atención estándar y uno comparó la coordinación de consultas con la atención colaborativa, en que un gestor de casos coordinó la atención en salud mental. Se incluyeron personas con depresión en ocho ensayos, y en un ensayo se incluyeron personas con diversos trastornos: depresión, ansiedad y trastornos somatomorfos; síntomas médicamente inexplicables; y problemas de consumo de alcohol. Ninguno de los ensayos incluidos informó datos por separado para niños o personas de edad avanzada.

Había evidencia de que la coordinación de consultas mejoró la salud mental hasta tres meses después del comienzo del tratamiento (dos ensayos, n = 445; NNTB 8; IC del 95%: 5 a 25), aunque no había evidencia de su efectividad entre tres y 12 meses. La coordinación de consultas también pareció mejorar la satisfacción de los participantes pacientes (hasta tres meses: un ensayo, n = 228, NNTB 3, IC del 95%: 3 a 5; tres a 12 meses: dos ensayos, n = 445, NNTB 8, IC del 95%: 5 a 17) y la adherencia (tres a 12 meses: siete ensayos, n = 1251, NNTB 6, IC del 95%: 4 a 13) hasta 12 meses. También se observó una mejore de los desenlaces del profesional de la atención primaria en cuanto a la administración del tratamiento adecuado entre tres a 12 meses (tres ensayos, n = 797; NNTB 7; IC del 95%: 4 a 17) y la prescripción de tratamiento farmacológico hasta 12 meses (cuatro ensayos, n = 796; NNTB 13; IC del 95%: 7 a 50). Asimismo, había evidencia de que la coordinación de consultas puede no presentar la misma efectividad que la atención colaborativa en cuanto a los síntomas del trastorno mental, la discapacidad, el estado de salud general y la administración del tratamiento.

Sin embargo, la calidad de estos hallazgos era baja en todos los desenlaces, excepto en la adherencia al tratamiento de los pacientes de tres a 12 meses, que fue de calidad moderada. Ocho ensayos se consideraron con riesgo de sesgo de realización alto debido a que era probable que los participantes pacientes supieran si habían sido asignados al grupo de intervención y en su mayoría los desenlaces fueron autoinformados. El sesgo de desgaste se consideró alto en ocho ensayos y el sesgo de informe se consideró alto en seis.

Notas de traducción: 

La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.

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