Rehabilitación pulmonar para la enfermedad pulmonar intersticial

Pregunta de la revisión: se revisó la evidencia disponible sobre los efectos de la rehabilitación pulmonar en la capacidad de ejercicio, la dificultad para respirar y la calidad de vida de las personas con enfermedad pulmonar intersticial (EPI).

Antecedentes: las personas con EPI (una enfermedad en la que se produce la cicatrización de tejido en los pulmones y en la que la respiración es cada vez más difícil) a menudo tienen poca capacidad de ejercicio y dificultad para respirar durante el mismo. La rehabilitación pulmonar puede mejorar el bienestar de las personas con otras enfermedades pulmonares crónicas, pero se sabe poco sobre su efectividad en la EPI. Se deseaba determinar si la rehabilitación pulmonar proporcionó ventajas sobre ninguna rehabilitación pulmonar para las personas con EPI y si puede realizarse de manera segura. También se examinó si las personas con fibrosis pulmonar idiopática (FPI), un tipo de EPI que puede progresar rápidamente, se podrían beneficiar de la rehabilitación pulmonar.

Estudios encontrados: se incluyeron 21 estudios con 909 personas con EPI. Se combinaron y compararon los resultados de 16 estudios (356 participantes que recibían rehabilitación pulmonar y 319 participantes que no recibían rehabilitación pulmonar). Nueve estudios incluyeron solo a personas con FPI, tres estudios incluyeron solo a aquellos con sarcoidosis (pequeñas manchas de tejido rojo e inflamado dentro de los pulmones), dos estudios incluyeron solo a aquellos con EPI relacionada con la exposición laboral al polvo, y los otros ocho estudios incluyeron a personas con varias EPI. La media de la edad de los participantes varió entre 36 a 72 años. Todos los programas de rehabilitación pulmonar consistían en un entrenamiento de resistencia (subir escalones, caminar, montar en bicicleta o una combinación de modalidades) y algunos también incluían ejercicios de entrenamiento de fuerza adicionales. La mayoría de programas de rehabilitación pulmonar duró ocho a 12 semanas y los participantes asistieron a dos o tres sesiones por semana.

Resultados clave: inmediatamente después de la rehabilitación pulmonar, los participantes podían caminar más que los que no habían realizado la rehabilitación pulmonar (en promedio, 40 metros más en seis minutos). Los participantes también mejoraron su capacidad máxima de ejercicio y comunicaron una menor dificultad para respirar y una mejor calidad de vida. Las personas con FPI también experimentaron mejoras en la capacidad de ejercicio, la dificultad para respirar y la calidad de vida después de la rehabilitación pulmonar. Seis a 12 meses después de la rehabilitación pulmonar, los participantes podían caminar más que los que no habían realizado la rehabilitación pulmonar (en promedio, 37 metros más en seis minutos) y mantenían ciertas mejoras en la dificultad para respirar y la calidad de vida. En las personas con FPI está menos claro si las mejoras se mantienen a los seis a 12 meses después de la rehabilitación pulmonar. Ningún estudio describió efectos no deseados de la rehabilitación pulmonar.

Calidad de la evidencia: por lo general, la calidad de la evidencia fue de baja a moderada. Esto se debió principalmente a una información insuficiente acerca de la metodología, a que los evaluadores sabían qué tratamiento se había administrado y a la variabilidad de algunos resultados.

Conclusión: la rehabilitación pulmonar probablemente mejora la capacidad de ejercicio, los síntomas y la calidad de vida, y se puede realizar de forma segura en personas con EPI, incluidas las que presentan FPI. Estos resultados apoyan la inclusión de la rehabilitación pulmonar como parte del tratamiento de las personas con EPI. Los estudios futuros deberían explorar formas de promover mejoras más duraderas tras el entrenamiento con ejercicios, en particular para aquellos con FPI y en los que la estrategia de entrenamiento con ejercicios produce el mayor beneficio.

Esta revisión está actualizada hasta junio de 2020.

Conclusiones de los autores: 

La rehabilitación pulmonar se puede realizar con seguridad en personas con EPI. Es probable que la rehabilitación pulmonar mejore la capacidad de ejercicio funcional, la disnea y la calidad de vida a corto plazo, con beneficios probables también en la FPI. Las mejorías en la capacidad de ejercicio funcional, la disnea y la calidad de vida se mantuvieron a más largo plazo. Las mejorías en la disnea y la calidad de vida se podrían mantener en las personas con FPI. La certeza de la evidencia fue de baja a moderada, debido a información insuficiente acerca de la metodología, la falta de cegamiento de la evaluación de los desenlaces y la heterogeneidad de algunos resultados. Se necesitan más ensayos aleatorizados bien diseñados para determinar la prescripción óptima de ejercicios y para investigar maneras de favorecer mejorías más duraderas, especialmente para las personas con FPI.

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Antecedentes: 

La enfermedad pulmonar intersticial (EPI) se caracteriza por la disminución de la capacidad funcional, la disnea y la hipoxia inducida por el ejercicio. La rehabilitación pulmonar se utiliza a menudo para mejorar los síntomas, la calidad de vida relacionada con la salud y el estado funcional en otras enfermedades pulmonares crónicas. Cada vez hay más evidencia de los efectos comparables de la rehabilitación pulmonar en personas con EPI. Sin embargo, se necesita más información para aclarar el beneficio a largo plazo y para reforzar el fundamento para incorporar la rehabilitación pulmonar en el tratamiento clínico estándar de las personas con EPI. Esta revisión actualiza los resultados publicados en 2014.

Objetivos: 

Determinar si la rehabilitación pulmonar en personas con EPI tiene efectos beneficiosos sobre la capacidad de ejercicio, los síntomas, la calidad de vida y la supervivencia, en comparación con ninguna rehabilitación pulmonar en personas con EPI.

Evaluar la seguridad de la rehabilitación pulmonar en personas con EPI.

Métodos de búsqueda: 

Se hicieron búsquedas en CENTRAL, MEDLINE (Ovid), EMBASE (Ovid), CINAHL (EBSCO) y PEDro desde su creación hasta abril de 2020. Se realizaron búsquedas en las listas de referencia de los estudios pertinentes, en registros de ensayos clínicos internacionales y resúmenes de congresos sobre salud respiratoria para buscar estudios aptos.

Criterios de selección: 

Se incluyeron los ensayos controlados aleatorizados y cuasialeatorizados en los que se comparó la rehabilitación pulmonar con ninguna rehabilitación pulmonar o con otro tratamiento en personas con EPI de cualquier origen.

Obtención y análisis de los datos: 

Dos autores de la revisión, de forma independiente, seleccionaron los ensayos para exclusión, extrajeron los datos y evaluaron el riesgo de sesgo. Se estableció contacto con los autores de los estudios para solicitar datos e información faltante sobre los efectos adversos. Se especificaron análisis de subgrupos a priori para los participantes con fibrosis pulmonar idiopática (FPI) y los participantes con enfermedad pulmonar grave (baja capacidad de difusión o desaturación durante el ejercicio). No hubo datos suficientes para realizar el análisis de subgrupos predefinido según la modalidad de entrenamiento con ejercicios.

Resultados principales: 

En esta actualización se incluyeron otros 12 estudios, lo cual dio un total de 21 estudios. Se incluyeron 16 estudios en el metanálisis (356 participantes realizaron la rehabilitación pulmonar y 319 fueron participantes control). La media de edad de los participantes osciló entre los 36 y los 72 años e incluyó a personas con EPI de distinta etiología, sarcoidosis o FPI (con un porcentaje del factor medio de transferencia de dióxido de carbono [TLCO] previsto que varió entre el 37% y el 63%). La mayoría de los programas de rehabilitación pulmonar se llevaron a cabo en un ámbito ambulatorio y un pequeño número de ellos se realizó en el domicilio, en ámbitos hospitalarios o por telerrehabilitación. La duración de la rehabilitación pulmonar varió de tres a 48 semanas. Hubo un riesgo moderado de sesgo debido a la ausencia de cegamiento de los evaluadores de desenlaces y análisis por intención de tratar, así como a la información insuficiente acerca de los procedimientos de aleatorización y asignación en el 60% de los estudios.

La rehabilitación pulmonar probablemente mejoró la distancia de caminata de seis minutos (six-minute walk distance [6MWD]) con una diferencia de medias (DM) de 40,07 metros; intervalo de confianza (IC) del 95%: 32,70 a 47,44; 585 participantes; evidencia de certeza moderada. Podría haber mejorías en la capacidad máxima de trabajo (DM 9,04 vatios; IC del 95%: 6,07 a 12,0; 159 participantes; evidencia de certeza baja), el consumo máximo de oxígeno (DM 1,28 ml/kg/minuto; IC del 95%: 0,51 a 2,05; 94 participantes; evidencia de certeza baja) y la ventilación máxima (DM 7,21 l/minuto; IC del 95%: 4,10 a 10,32; 94 participantes; evidencia de certeza baja). En el subgrupo de participantes con FPI, hubo mejorías comparables en la 6MWD (DM 37,25 metros; IC del 95%: 26,16 a 48,33; 278 participantes; evidencia de certeza moderada), el máximo de trabajo (DM 9,94 vatios; IC del 95%: 6,39 a 13,49; evidencia de certeza baja) el VO2 (consumo de oxígeno) máximo (DM 1,45 ml/kg/minuto; IC del 95%: 0,51 a 2,40; evidencia de certeza baja) y la ventilación máxima (DM 9,80 l/minuto; IC del 95%: 6,06 a 13,53; 62 participantes; evidencia de certeza baja). Se desconoce el efecto de la rehabilitación pulmonar sobre la frecuencia cardíaca máxima.

La rehabilitación pulmonar podría reducir la disnea en participantes con EPI (diferencia de medias estandarizada [DME] -0,36; IC del 95%: -0,58 a -0,14; 348 participantes; evidencia de certeza baja) y en el subgrupo de FPI (DME -0,41; IC del 95%: -0,74 a -0,09; 155 participantes, evidencia de certeza baja). Es probable que la rehabilitación pulmonar mejore la calidad de vida relacionada con la salud: hubo mejorías en los cuatro dominios del Chronic Respiratory Disease Questionnaire (CRQ) y el St George's Respiratory Questionnaire (SGRQ) en los participantes con EPI y en el subgrupo de personas con FPI. La mejoría en la puntuación total del SGRQ fue -9,29 en los participantes con EPI (IC del 95%: -11,06 a -7,52; 478 participantes; evidencia de certeza moderada) y -7,91 en los participantes con FPI (IC del 95%: -10,55 a -5,26; 194 participantes; evidencia de certeza moderada). Cinco estudios informaron desenlaces a más largo plazo y las mejorías en la capacidad de ejercicio, la disnea y la calidad de vida relacionada con la salud se mantuvieron a los seis a 12 meses después del período de intervención (6MWD: DM 32,43; IC del 95%: 15,58 a 49,28; 297 participantes; evidencia de certeza moderada; disnea: DM -0,29; IC del 95%: -0,49 a -0,10; 335 participantes; puntuación total del SGRQ: DM -4,93; IC del 95%: -7,81 a -2,06, 240 participantes, evidencia de certeza baja). En el subgrupo de participantes con FPI, hubo mejorías a los seis y 12 meses siguientes a la intervención en la disnea y la puntuación de impacto del SGRQ. Se desconoce el efecto de la rehabilitación pulmonar sobre la supervivencia en el seguimiento a largo plazo. No hubo datos suficientes para examinar la repercusión de la intensidad de la enfermedad o la modalidad de entrenamiento con ejercicios.

Diez estudios proporcionaron información sobre los eventos adversos; sin embargo, no se informaron eventos adversos durante la rehabilitación. Cuatro estudios informaron de la muerte de un participante en la rehabilitación pulmonar; sin embargo, los cuatro estudios indicaron que esta muerte no estaba relacionada con la intervención recibida.

Notas de traducción: 

La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.

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