La esquizofrenia es una enfermedad mental grave, crónica y recurrente con una prevalencia mundial durante la vida de alrededor el 1%.
Los antipsicóticos "típicos" de primera generación, como la clorpromazina y el haloperidol, han sido los pilares del tratamiento hasta la introducción de los antipsicóticos "atípicos" de segunda generación, como la risperidona y la olanzapina. Los antipsicóticos típicos y atípicos proporcionan un tratamiento de respuesta para la mayoría de las personas con esquizofrenia, independientemente de si se trata de una reducción de los episodios psicóticos o de una disminución de la gravedad de su enfermedad. Sin embargo, una proporción de personas aún no responde adecuadamente a la medicación antipsicótica. Además, los antipsicóticos atípicos, y especialmente los antipsicóticos típicos, se asocian con efectos adversos graves que a menudo pueden comprometer el cumplimiento con la medicación y por consiguiente, aumentar la incidencia de recaídas.
El aripiprazol puede ser efectivo para el tratamiento de la esquizofrenia, pero no tiene tantas diferencias con los antipsicóticos típicos y atípicos en cuanto a respuesta al tratamiento, eficacia o tolerabilidad. En comparación con los antipsicóticos típicos, el aripiprazol puede tener menor riesgo de acatisia, y en comparación con los antipsicóticos atípicos, menor riesgo de prolactina elevada y de prolongación del intervalo QTc. Deben realizarse ensayos controlados aleatorizados pragmáticos a corto, medio y largo plazo, claramente informados, para determinar su posición en la práctica clínica diaria.
El tratamiento de personas con esquizofrenia mediante fármacos antipsicóticos típicos, como el haloperidol, puede ser problemático. Muchos no logran responder a estos antipsicóticos anteriores y más personas presentan efectos adversos incapacitantes. Se dice que el aripiprazol es un antipsicótico atípico de nueva generación con buenas propiedades antipsicóticas y efectos adversos mínimos.
Evaluar los efectos del aripiprazol en personas con esquizofrenia y psicosis similares a la esquizofrenia.
Se buscó en el registro de ensayos del Grupo Cochrane de Esquizofrenia (Cochrane Schizophrenia Group) (septiembre de 2005), que se basa en búsquedas frecuentes en BIOSIS, CENTRAL, CINAHL, EMBASE, MEDLINE y PsycINFO. Se examinaron las referencias de todos los estudios identificados en busca de ensayos adicionales. Los autores establecieron contacto con las compañías farmacéuticas pertinentes, la FDA y los autores de los ensayos para obtener información adicional.
Todos los ensayos aleatorizados clínicos que comparaban aripiprazol con placebo, fármacos antipsicóticos típicos o atípicos para la esquizofrenia y las psicosis similares a la esquizofrenia.
Se obtuvieron los datos de forma independiente. Para los datos dicotómicos homogéneos, se calcularon los efectos aleatorios, el riesgo relativo (RR), los intervalos de confianza (IC) del 95% y, donde correspondía, el número necesario a tratar (NNT), sobre una base de intención de tratar (intention to treat). Para los datos continuos, se calcularon las diferencias de medias ponderadas (DMP).
A pesar de que 7110 personas participaron en 15 estudios aleatorizados de aripiprazol, no se pudieron extraer datos utilizables sobre la mortalidad, los resultados del servicio, el funcionamiento general, el comportamiento, la participación en los servicios, la satisfacción con el tratamiento, los resultados económicos o el funcionamiento cognitivo. El abandono del estudio fue muy grande y la notificación de los datos deficiente. Comparado con placebo, el aripiprazol redujo significativamente la recaída en el de corto y medio plazo (n = 300; 1 ECA; RR 0,66 IC 0,5 a 0,8; NNT 5 IC 4 a 8). También produjo mejor cumplimiento del protocolo de estudio (n = 2271; 8 ECA; RR 0,72 IC 0,5 a 0,97; NNT 26 IC 16 a 239). El aripiprazol puede reducir los niveles de prolactina debajo de los esperados del placebo (n = 305; 1 ECA; RR 0,32 IC 0,1 a 0,8; NNT 14 IC 11 a 50). Comparado con los antipsicóticos típicos no hubo beneficios significativos para el aripiprazol con respecto al estado global, el estado mental, la calidad de vida o el abandono temprano del estudio. Ambos grupos informaron tasas similares de efectos adversos, con la excepción de la acatisia (n = 955 RR 0,31; IC: 0,2 a 0,6; NNT 20; IC: 17 a 32) y la necesidad de medicación antiparkinsoniana (n = 1854; cuatro ECA; RR 0,45; IC: 0,3 a 0,6; NNT 4; IC: 3 a 5) que fueron inferiores en los pacientes que recibieron aripiprazol. Comparado con la olanzapina y la risperidona, el aripiprazol no fue mejor ni peor en los resultados del estado global y el abandono temprano del estudio. Las tasas de efectos adversos también fueron similares, con excepción de menos ascenso de prolactina (n = 301; 1 ECA; RR 0,04 IC 0,02 a 0,1; NNT 2 IC 1 a 2,5) y menos prolongación del QTc promedio (30 mg/día) (n = 200; 1 ECA; DMP -10,0; IC -16,99 a -3,0) en comparación con la risperidona. Cuando se comparó con la atención estándar (grupo mixto que recibía antipsicóticos típicos y atípico), un estudio de aripiprazol tuvo significativamente menos personas que no respondieron al tratamiento (n = 1599; RR 0,70; IC: 0,7 a 0,8; NNT 5; IC: 4 a 6), que no estaban satisfechas con la atención (n = 1599; RR 0,62; IC: 0,6 a 0,7; NNT 4; IC: 4 a 5) y menos personas que abandonaron temprano el estudio (n = 1599; 1 ECA; RR 0,81; IC: 0,7 a 0,9; NNT 13; IC: 8 a 39). Los resultados de los cinco trabajos nuevos identificados de la búsqueda de revisiones actualizada, no alteraron significativamente los resultados principales o las conclusiones de la revisión original.
La traducción y edición de las revisiones Cochrane han sido realizadas bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad del Gobierno español. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con Infoglobal Suport, cochrane@infoglobal-suport.com.