Ejercicio para la depresión

¿Por qué es importante esta revisión?

La depresión es una enfermedad frecuente e incapacitante que afecta a más de 100 000 000 de personas en todo el mundo. La depresión puede tener una repercusión significativa sobre la salud física de los pacientes, y reducir su calidad de vida. Los estudios de investigación han demostrado que los tratamiento farmacológicos y las terapias psicológicas pueden ser efectivas para tratar la depresión. Sin embargo, muchos pacientes prefieren probar tratamientos alternativos. Algunas guías del NHS indican que el ejercicio se podría utilizar como una opción de tratamiento diferente. Sin embargo, no está claro si los estudios de investigación demuestran realmente que el ejercicio es un tratamiento efectivo para la depresión.

¿Quién puede estar interesado en esta revisión?

Pacientes y familias afectadas por la depresión.
Médicos generales.
Elaboradores de políticas de salud mental.
Profesionales que trabajan en servicios de salud mental.

¿Qué preguntas pretende contestar esta revisión?

Esta revisión es una actualización de una revisión Cochrane anterior de 2010 que indicó que el ejercicio puede reducir los síntomas de la depresión, pero el efecto fue pequeño y no pareció durar después de que los participantes dejaron de hacer ejercicio.

Se deseaba conocer si se han realizado más ensayos sobre el efecto del ejercicio como tratamiento para la depresión desde la última revisión, que permitan responder a las siguientes preguntas:

¿El ejercicio es más efectivo que ningún tratamiento para reducir los síntomas de la depresión?
¿El ejercicio es más efectivo que los antidepresivos para reducir los síntomas de la depresión?
¿El ejercicio es más efectivo que las terapias psicológicas u otros tratamientos no médicos para la depresión?
¿Qué tan aceptable es para los pacientes el ejercicio como tratamiento para la depresión?

¿Qué estudios se incluyeron en la revisión?

Se utilizaron las bases de datos de búsqueda para encontrar todos los ensayos controlados aleatorizados de alta calidad sobre la efectividad del ejercicio para tratar la depresión en adultos mayores de 18 años. Se buscaron los estudios publicados hasta marzo 2013. También se buscaron estudios en curso hasta marzo 2013. Todos los estudios debían incluir adultos con diagnóstico de depresión, y la actividad física realizada se debía ajustar a criterios para asegurar que cumpliera con una definición de "ejercicio".

En la revisión se incluyeron 39 estudios con 2326 participantes. Los autores de la revisión observaron que la calidad de algunos de los estudios fue baja, lo que limita la confianza en los resultados. Cuando solo se incluyeron ensayos de calidad alta, el ejercicio solo tuvo un efecto pequeño sobre el estado de ánimo, que no fue estadísticamente significativo.

¿Qué nos dice la evidencia de la revisión?

El ejercicio es moderadamente más efectivo que ningún tratamiento para reducir los síntomas de la depresión.
El ejercicio no es más efectivo que los antidepresivos para reducir los síntomas de la depresión, aunque esta conclusión se basa en un pequeño número de estudios.
El ejercicio no es más efectivo que las terapias psicológicas para reducir los síntomas de la depresión, aunque esta conclusión se basa en un pequeño número de estudios.
Los autores de la revisión también señalan que cuando solo se incluyeron los estudios de calidad alta, la diferencia entre el ejercicio y ningún tratamiento es menos concluyente.
Los índices de asistencia a los tratamientos de ejercicio variaron entre el 50% y el 100%.
La evidencia sobre si el ejercicio para la depresión mejora la calidad de vida no es concluyente.

¿Qué debe suceder a continuación?

Los autores de la revisión recomiendan que en los estudios de investigación futuros se estudie con más detalle qué tipos de ejercicio podrían beneficiar más a los pacientes con depresión, así como el número y duración de las sesiones que son más beneficiosos. Se necesitan ensayos adicionales más grandes para determinar si el ejercicio es tan efectivo como los antidepresivos o los tratamientos psicológicos.

Conclusiones de los autores: 

El ejercicio es moderadamente más efectivo que una intervención control para reducir los síntomas de la depresión, pero el análisis de los ensayos metodológicamente sólidos solo muestra un efecto menor a favor del ejercicio. En comparación con las terapias psicológicas o farmacológicas, el ejercicio no parece ser más efectivo, aunque esta conclusión se basa en pocos ensayos pequeños.

Leer el resumen completo…
Antecedentes: 

La depresión es una causa frecuente e importante de morbilidad y mortalidad en todo el mundo. Generalmente, la depresión se trata con antidepresivos y psicoterapia, pero es posible que algunos pacientes prefieran enfoques alternativos como hacer ejercicios. Hay numerosas razones teóricas para explicar por qué hacer ejercicios puede mejorar la depresión. Esta es una actualización de una revisión anterior publicada por primera vez en 2009.

Objetivos: 

Determinar la efectividad del ejercicio en el tratamiento de la depresión en adultos, en comparación con ningún tratamiento o una intervención de comparación.

Métodos de búsqueda: 

Se realizaron búsquedas en el Registro de Ensayos Controlados del Grupo de Revisión Cochrane de Depresión, Ansiedad y Neurosis (Cochrane Depression, Anxiety and Neurosis Review Group) (CCDANCTR) hasta el 13 de julio 2012. Este registro incluye ensayos controlados aleatorizados relevantes a partir de las siguientes bases de datos bibliográficas: The Cochrane Library (todos los años), MEDLINE (1950 hasta la fecha), EMBASE (1974 hasta la fecha) y PsycINFO (1967 hasta la fecha). También se buscó en www.controlled-trials.com, ClinicalTrials.gov y en la WHO International Clinical Trials Registry Platform. No se aplicaron restricciones de fecha o idioma en las búsquedas.

Se realizó una búsqueda adicional en el CCDANCTR hasta el 1 de marzo 2013 y cualquier ensayo potencialmente elegible que no esté ya incluido se enumera como "en espera de clasificación".

Criterios de selección: 

Ensayos controlados aleatorizados en los que se comparó el ejercicio (definido según los criterios del American College of Sports Medicine) con un tratamiento estándar, ningún tratamiento o un tratamiento placebo, un tratamiento farmacológico, un tratamiento psicológico u otro tratamiento activo en adultos (de 18 años o más) con depresión, según lo definido por los autores de los ensayos. Se incluyeron ensayos grupales y los que asignaron al azar a individuos. Se excluyeron los ensayos sobre depresión posnatal.

Obtención y análisis de los datos: 

Dos autores de la revisión extrajeron los datos sobre los resultados primarios y secundarios al final del ensayo y al final del seguimiento (cuando estuvieron disponibles). Se calcularon los tamaños del efecto para cada ensayo mediante el método g de Hedges y la diferencia de medias estandarizada (DME) para el efecto agrupado general, mediante el riesgo relativo con el modelo de efectos aleatorios para los datos dicotómicos. En los casos en los que los ensayos utilizaron herramientas diferentes para evaluar la depresión, solo se incluyó en el metanálisis la medida de resultado principal. En los casos en los que los ensayos proporcionaron varias "dosis" de ejercicio, se utilizaron los datos de la mayor "dosis" de ejercicio y se realizaron análisis de sensibilidad con la "dosis" más baja. Se realizaron análisis de subgrupos para explorar la influencia sobre los tamaños de los efectos del método de diagnóstico de la depresión (entrevista diagnóstica o punto de corte en una escala), la intensidad del ejercicio y el número de sesiones de ejercicio. Dos autores de la revisión evaluaron el "Riesgo de sesgo". Los análisis de sensibilidad exploraron la influencia de la calidad del estudio sobre el resultado.

Resultados principales: 

Treinta y nueve ensayos (2326 participantes) cumplieron los criterios de inclusión, y 37 proporcionaron datos para los metanálisis. Hubo múltiples fuentes de sesgo en muchos de los ensayos; la aleatorización se ocultó adecuadamente en 14 estudios, 15 utilizaron análisis del tipo intención de tratar (intention-to-treat analysis) y en 12 los evaluadores de resultados estaban cegados.

En los 35 ensayos (1356 participantes) que compararon el ejercicio con ningún tratamiento o una intervención control, la DME combinada para el resultado primario de la depresión al final del tratamiento fue -0,62 (intervalo de confianza [IC] del 95%: -0,81 a -0,42), lo que indica un efecto clínico moderado. Hubo heterogeneidad moderada (I²= 63%).

Cuando solo se incluyeron los seis ensayos (464 participantes) con ocultamiento adecuado de la asignación, el análisis del tipo intención de tratar y la evaluación cegada de los resultados, la DME agrupada para este resultado no fue estadísticamente significativa (-0,18; IC del 95%: -0,47 a 0,11). Los datos agrupados de los ocho ensayos (377 participantes) que proporcionaron datos de seguimiento a largo plazo sobre el estado de ánimo encontraron un efecto pequeño a favor del ejercicio (DME -0,33; IC del 95%: -0,63 a -0,03).

Veintinueve ensayos informaron sobre la aceptabilidad del tratamiento, tres ensayos informaron sobre la calidad de vida, ninguno informó sobre los costes y seis informaron sobre los eventos adversos.

En cuanto a la aceptabilidad del tratamiento (evaluada por el número de abandonos durante la intervención), el riesgo relativo fue 1,00 (IC del 95%: 0,97 a 1,04).

Siete ensayos compararon el ejercicio con la terapia psicológica (189 participantes) y no encontraron diferencias significativas (DME -0,03; IC del 95%: -0,32 a 0,26). Cuatro ensayos (n = 300) compararon el ejercicio con el tratamiento farmacológico y no encontraron diferencias significativas (DME -0,11, -0,34, 0,12). Un ensayo (n = 18) informó que el ejercicio fue más efectivo que la fototerapia de luz brillante (DM -6,40; IC del 95%: -10,20 a -2,60).

Para cada ensayo incluido, dos autores de la revisión evaluaron de forma independiente las fuentes de sesgo de acuerdo con la herramienta "Riesgo de sesgo" de la Colaboración Cochrane. En los ensayos de ejercicio existen dificultades inherentes para el cegamiento de los que reciben la intervención y los que la realizan. En muchos ensayos se utilizaron escalas de calificación autoinformada de los participantes como método de análisis posterior a la intervención, lo que también puede sesgar los resultados.

Notas de traducción: 

La traducción y edición de las revisiones Cochrane han sido realizadas bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad del Gobierno español. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con Infoglobal Suport, cochrane@infoglobal-suport.com.

Tools
Information