Se recomiendan ampliamente los planes de autocuidado y de educación para tratar el asma crónica; sin embargo, a pesar del apoyo generalizado de esta intervención, el asma aguda todavía afecta a un gran número de adultos a nivel mundial. Se examinaron las pruebas provenientes de los ensayos aleatorios que evaluaron una intervención educativa impartida a adultos de más de 17 años de edad después de la visita al servicio de urgencias. Se incluyeron 13 ensayos con 2157 personas. Los estudios indicaron que después de la intervención, hubo una reducción de la frecuencia de los ingresos futuros al hospital; sin embargo, el efecto sobre las visitas al servicio de urgencias fue impreciso y los resultados del análisis indican que este hallazgo fue resultado del azar. La educación puede ser una estrategia efectiva de reforzamiento que disminuye la repetición de las visitas y el ingreso al hospital después de acudir a un servicio de urgencias, pero hubo pocas pruebas para sugerir que mejora otros indicadores de la gravedad de la enfermedad crónica como la función pulmonar y la calidad de vida.
Los hallazgos apoyan las intervenciones educacionales aplicadas en el servicio de urgencias como un medio para reducir los ingresos posteriores al hospital debido al asma. Aunque la dirección del efecto sobre las visitas al SU fue compatible con la reducción del riesgo de ingresos, los resultados no fueron definitivos. Los resultados se midieron en promedio a los seis meses después de las visitas índice al SU. La repercusión de la intervención educativa en este contexto sobre los resultados a más largo plazo en relación con la morbilidad por asma es incierta. Las prioridades para la investigación adicional en esta área incluyen la evaluación de la calidad de vida relacionada con la salud, la evaluación de la función pulmonar, la exploración de la relación entre el nivel socioeconómico y la morbilidad por asma y una mejor descripción de la intervención evaluada.
El uso de intervenciones educativas y conductuales en el tratamiento del asma crónica tiene una sólida base de pruebas. Las intervenciones educativas pueden tener una función en los adultos después de acudir a un servicio de urgencias.
Evaluar la efectividad de las intervenciones educativas administradas después de una exacerbación aguda del asma que causa una visita al servicio de urgencias (SU).
Se hicieron búsquedas en el registro de ensayos del Grupo Cochrane de Vías Respiratorias (Cochrane Airways Group). Se contactó con los autores de los estudios para obtener información adicional. Las búsquedas se actualizaron hasta noviembre de 2009.
Se seleccionaron los ensayos con diseño de grupos paralelos aleatorios que reclutaron adultos (> 17 años) que habían acudido a un servicio de urgencias con una exacerbación aguda del asma. La intervención de interés era cualquier intervención educativa (por ejemplo, un plan escrito para el tratamiento del asma).
Dos revisores evaluaron de forma independiente la calidad de los ensayos y extrajeron los datos. Se evaluó la calidad de las pruebas mediante el uso de las recomendaciones desarrolladas por el grupo de trabajo de GRADE.
Trece estudios cumplieron los criterios de elegibilidad de la revisión, asignando al azar a 2157 adultos. La educación redujo significativamente los ingresos futuros al hospital (CR 0,50; IC del 95%: 0,27 a 0,91; pruebas de calidad alta); sin embargo, la reducción calculada del riesgo de una nueva visita al SU tras la intervención fue imprecisa y no alcanzó significación estadística (CR 0,72; IC del 95%: 0,47 a 1,11, pruebas de baja calidad). El control de los síntomas mejoró después de la educación. Debido al bajo número de estudios que contribuyeron a estos resultados y a la variación estadística entre los resultados de los estudios, fue difícil interpretar la ausencia de diferencias estadísticamente significativas entre los grupos con educación para el asma y los grupos de control en el flujo máximo, la calidad de vida, los retiros del estudio y los días perdidos. Dos estudios de los EE.UU. midieron los costos: un estudio a principios de los años noventa midió el costo y no encontró ninguna diferencia en los costos totales y en los costos relacionados con las visitas al médico y los ingresos al hospital. Si los datos se restringen al tratamiento en el servicio de urgencias, la educación tiene más bajos costos que el control. Un estudio de 2009 reveló que los costos asociados de las visitas al SU y las hospitalizaciones fueron inferiores después de la intervención educacional.