Antibióticos para el tratamiento de la vaginosis bacteriana en el embarazo

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Normalmente, las bacterias están presentes en el canal del parto y ayudan a mantener la salud de la vagina. Sin embargo, cuando aumenta la cantidad de algunas de las bacterias, esto se llama vaginosis bacteriana. Algunas pacientes no presentan síntomas, pero en otras puede producir un flujo desagradable y puede causar que algunos bebés nazcan de forma demasiado prematura. Estos recién nacidos pueden sufrir problemas relacionados con la inmadurez durante las semanas posteriores al parto como dificultad para respirar, infecciones y hemorragias dentro del cerebro además de trastornos del crecimiento como un crecimiento deficiente, enfermedad pulmonar crónica y retraso del desarrollo.

La revisión investigó si la administración de antibióticos en pacientes con vaginosis bacteriana redujo los síntomas en la paciente y si redujo la incidencia de los partos demasiado prematuros. Se identificaron 21 ensayos con 7.847 mujeres.  Se halló que los antibióticos administrados a embarazadas redujeron esta proliferación de bacterias, aunque no redujeron el número de nacimientos demasiado prematuros. Los efectos adversos fueron lo suficientemente graves como para interrumpir o cambiar el tratamiento cuando se usaron antibióticos y esto merece una mayor investigación. Las futuras investigaciones deberán evaluar el efecto de las pruebas de detección y el tratamiento de pacientes con flora anormal; además, el tratamiento de las infecciones vaginales comprobadas es el tema de otra revisión Cochrane.

Conclusiones de los autores: 

El tratamiento antibiótico puede erradicar la vaginosis bacteriana en el embarazo. No se redujo significativamente el riesgo de PP. Esta revisión aporta escasa evidencia de que las pruebas de detección y el tratamiento de todas las embarazadas con vaginosis bacteriana asintomática prevengan el parto prematuro y sus consecuencias. Cuando los criterios de las pruebas de detección se ampliaron para incluir a las pacientes con flora anormal, hubo una reducción del 47% en el parto prematuro; sin embargo, este dato se limitó a dos estudios incluidos.

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Antecedentes: 

La vaginosis bacteriana es un desequilibrio de la flora vaginal normal a causa de una proliferación de bacterias anaeróbicas y una ausencia de la flora lactobacilar normal. Las pacientes pueden presentar síntomas de un flujo vaginal característico, aunque suelen ser asintomáticas. La vaginosis bacteriana durante el embarazo se ha asociado con resultados perinatales deficientes y, en particular, con parto prematuro (PP). La identificación y el tratamiento pueden reducir el riesgo de parto prematuro y sus consecuencias.

Objetivos: 

Evaluar los efectos del tratamiento antibiótico de la vaginosis bacteriana en el embarazo.

Métodos de búsqueda: 

Se realizaron búsquedas en el Registro de Ensayos del Grupo Cochrane de Embarazo y Parto (Cochrane Pregnancy and Childbirth Group) (31 de mayo de 2012), se buscó en las referencias citadas de los artículos y los resúmenes recuperados, las cartas al director y los editoriales.

Criterios de selección: 

Ensayos aleatorios que compararan el tratamiento antibiótico con placebo o ningún tratamiento, o que compararan dos o más regímenes de antibióticos en embarazadas con vaginosis bacteriana o flora vaginal intermedia, sintomáticas o asintomáticas, identificadas mediante pruebas de detección.

Obtención y análisis de los datos: 

Dos autores de la revisión evaluaron de forma independiente los ensayos para su inclusión, su calidad y extrajeron los datos. Se contactó con los autores de los estudios para obtener información adicional.

Resultados principales: 

Se incluyeron 21 ensayos de buena calidad, con 7.847 mujeres diagnósticadas de vaginosis bacteriana o flora vaginal intermedia.

La antibioticoterapia demostró ser efectiva para erradicar la vaginosis bacteriana durante el embarazo (cociente de riesgos promedio [CR] 0,42; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,31 a 0,56; 10 ensayos, 4.403 mujeres; efectos aleatorios, T² = 0,19; I² = 91%). El tratamiento con antibióticos también redujo el riesgo de aborto espontáneo tardío (CR 0,20; IC del 95%: 0,05 a 0,76; dos ensayos, 1.270 pacientes, efectos fijos, I² = 0%).

El tratamiento no redujo el riesgo de PP antes de las 37 semanas (CR promedio 0,88; IC del 95%: 0,71 a 1,09; 13 ensayos, 6.491 mujeres; efectos aleatorios, T² = 0,06; I² = 48%), ni el riesgo de rotura prematura de membranas (CR 0,74; IC del 95%: 0,30 a 1,84; dos ensayos, 493 mujeres). Efectivamente aumentó el riesgo de efectos secundarios, en un grado suficiente para interrumpir o cambiar el tratamiento (CR 1,66; IC del 95%: 1,02 a 2,68; 4 ensayos, 2.323 pacientes, efectos fijos, I² = 0%).

En esta revisión actualizada, el tratamiento antes de las 20 semanas de gestación no redujo el riesgo de PP a menos de 37 semanas (CR promedio 0,85; IC del 95%: 0,62 a 1,17; cinco ensayos, 4.088 mujeres; efectos aleatorios, T² = 0,06; I² = 49%).

En las pacientes con un PP anterior, el tratamiento no afectó el riesgo de un posterior PP (CR promedio 0,78; IC del 95%: 0,42 a 1,48; tres ensayos, 421 mujeres; efectos aleatorios, T² = 0,19; I² = 72%).

En las pacientes con flora vaginal anormal (flora intermedia o vaginosis bacteriana), el tratamiento puede reducir el riesgo de PP antes de las 37 semanas (CR 0,53; IC del 95%: 0,34 a 0,84; dos ensayos, 894 mujeres).

Un ensayo pequeño con 156 pacientes comparó el metronidazol y la clindamicina, por vía oral o vaginal, y no se observaron diferencias significativas en ninguno de los resultados primarios preespecificados. Se observaron diferencias estadísticamente significativas en los resultados de prolongación de la edad gestacional (días) (diferencia de medias [DM] 1,00; IC del 95%: 0,26 a 1,74) y el peso al nacer (gramos) (DM 75,18; IC del 95%: 25,37 a 124,99); sin embargo, estos datos representan diferencias relativamente pequeñas en el contexto clínico.

Los antibióticos orales versus vaginales no redujeron el riesgo de PP (CR 1,09; IC del 95%: 0,78 a 1,52; dos ensayos, 264 mujeres). Los antibióticos orales tuvieron algunas ventajas respecto de los antibióticos vaginales (metronidazol o clindamicina) con relación al ingreso en la unidad neonatal (CR 0,63; IC del 95%: 0,42 a 0,92; un ensayo, 156 pacientes), la prolongación de la edad gestacional (días) (DM 9,00; IC del 95%: 8,20 a 9,80; 1 ensayo, 156 pacientes) y el peso al nacer (gramos) (DM 342,13; IC del 95%: 293,04 a 391,22; un ensayo, 156 mujeres).

Un ensayo pequeño evaluó diferentes frecuencias de dosis de los antibióticos y no halló diferencias significativas en ninguno de los resultados evaluados.