Temperatura y condiciones de almacenamiento de la insulina humana

¿Qué es la insulina?

La insulina es una hormona producida por el páncreas que ayuda al organismo a transformar los alimentos en energía y controla los niveles de azúcar en sangre. Las personas con diabetes no pueden producir suficiente insulina ni utilizarla eficazmente, por lo que algunos tienen que inyectársela ellos mismos.

¿Cómo debe conservarse la insulina?

Las autoridades sanitarias y los fabricantes farmacéuticos recomiendan mantener la insulina alejada de la luz solar, no congelarla y guardarla en el frigorífico. Los viales o frascos de insulina humana sin abrir y los cartuchos para plumas de insulina deben conservarse a temperaturas entre 2 °C y 8 °C, lo que requiere una refrigeración fiable. Una vez abiertos, los viales o cartuchos pueden conservarse a «temperatura ambiente» y utilizarse durante aproximadamente cuatro a seis semanas. Sin embargo, las recomendaciones difieren en cuanto al tiempo de uso y la temperatura máxima una vez abierto el envase (insulina empezada). Además, los consejos varían según el tipo de insulina, la marca, las concentraciones de insulina y el envase (vial, cartucho/bolígrafo, bomba de insulina). Las autoridades de registro sanitario orientan sobre cómo gestionar la temperatura de transporte y almacenamiento de la insulina («cadena de frío») desde el fabricante hasta su entrega a las personas con diabetes. Si se dispone de refrigeración fiable, las personas con diabetes deben almacenar la insulina siguiendo las recomendaciones oficiales. Sin embargo, no existe un consenso claro sobre cómo debe conservarse la insulina humana en el domicilio si no puede garantizarse una refrigeración fiable.

¿Qué problemas plantea el almacenamiento de insulina?

Muchas personas con diabetes viven en entornos con escaso acceso a instalaciones sanitarias y refrigeración. Los lugares complicados afectados por catástrofes naturales, periodos de calor extremo debido a la crisis climática o situaciones de conflicto bélico complican aún más el almacenamiento adecuado de la insulina.

¿Qué se quiso averiguar?

Se quisieron analizar los efectos de almacenar insulina humana por encima o por debajo de la temperatura recomendada por el fabricante o del tiempo de uso aconsejado, o ambos.

¿Qué se buscó?

Se realizaron búsquedas en las bases de datos médicas y se estableció contacto con los autores de dichos estudios y fabricantes farmacéuticos sobre estudios de personas con diabetes. También se buscaron estudios de laboratorio que investigaran los efectos de almacenar insulina humana por encima o por debajo del intervalo de temperatura de almacenamiento recomendado por el fabricante o del tiempo de uso aconsejado.

¿Qué se encontró?

Se encontró un estudio clínico. Nueve, tres y cuatro estudios de laboratorio investigaron las condiciones de almacenamiento de viales de insulina, cartuchos de insulina y jeringuillas de plástico precargadas de insulina, respectivamente.

Resultados clave

En el estudio clínico, los autores investigaron la insulina almacenada durante seis semanas en un recipiente de barro sin esmaltar o en un frigorífico. La temperatura exterior varió entre 34 °C y 43 °C, y la de los recipientes de barro, entre 25 °C y 27 °C. Los autores del estudio solo informaron sobre el nivel de glucosa en sangre de ocho voluntarios sanos tras inyectarse insulina almacenada en recipientes de barro o en frigoríficos. La insulina del recipiente de barro tuvo una actividad reductora de la glucosa similar a la de la insulina en el frigorífico.

Los estudios de laboratorio sobre jeringuillas precargadas almacenadas a entre 4 °C y 23 °C durante un máximo de 28 días no mostraron ninguna pérdida clínicamente relevante de la actividad de la insulina.

Nueve estudios de laboratorio examinaron viales y cartuchos sin abrir. En estudios sin pérdida clínicamente relevante de la actividad de la insulina, las temperaturas variaron entre 28,9 °C y 37 °C durante un máximo de cuatro meses. Dos estudios registraron una pérdida de actividad de la insulina más pronunciada tras entre una semana y 28 días a 37 °C. Cuatro estudios examinaron viales y cartuchos abiertos a una temperatura de hasta 37 °C durante un máximo de 12 semanas y mostraron que no hubo una reducción clínicamente relevante de la actividad de la insulina.

En dos estudios de laboratorio se analizaron las condiciones de almacenamiento para temperaturas que fueron variando entre 25 °C y 37 °C durante hasta 12 semanas, imitando las fluctuaciones diurnas y nocturnas de los países tropicales. No hubo pérdida de actividad de la insulina para la insulina de acción corta, de acción intermedia ni mixta (una combinación de insulina humana de acción corta e intermedia).

Cuatro estudios de laboratorio, dos sobre viales, uno de ellos sobre viales abiertos, y dos sobre jeringuillas precargadas, investigaron la esterilidad e informaron de que no hubo contaminación bacteriana.

Cuatro fabricantes facilitaron datos inéditos sobre temperatura y condiciones de almacenamiento. Almacenar viales o cartuchos de insulina humana sin abrir a una temperatura de hasta 25 °C durante un máximo de seis meses o a una temperatura de hasta 37 °C durante un máximo de dos meses, solo produjo pequeñas cantidades de pérdida de actividad de la insulina. No fue posible incluir los datos proporcionados por el fabricante Sanofi porque la empresa anunció el cese definitivo de la producción de sus insulinas humanas Insuman Rapid, Basal y Comb 25.

Cuando no es posible proporcionar una refrigeración fiable, la temperatura ambiental puede bajarse con dispositivos de refrigeración sencillos, como recipientes de barro para almacenar la insulina.

No hubo datos para condiciones ambientales frías ni para bombas de insulina.

¿Cuáles son las limitaciones de las pruebas?

Los datos sobre la calidad de la insulina humana en viales y cartuchos sin abrir parecieron fiables. Sin embargo, la mayoría de los datos procedían de estudios de laboratorio, y no fue posible evaluar la certeza de las pruebas porque actualmente no existen métodos validados para hacerlo. Más estudios deberían investigar el posible riesgo de contaminación bacteriana de los viales y cartuchos de insulina empezada. También se necesitan estudios clínicos en concreto para informar sobre la temperatura y las condiciones de almacenamiento de la insulina fuera de las recomendaciones oficiales.

¿Qué grado de actualización tiene esta revisión?

Esta evidencia está actualizada hasta el 12 de julio de 2023.

Conclusiones de los autores: 

En condiciones de vida difíciles, los datos de las compañías farmacéuticas indican que es posible almacenar viales y cartuchos de IAC e IAI sin abrir a una temperatura de hasta 25 °C durante un máximo de seis meses y a una temperatura de hasta 37 °C durante un máximo de dos meses sin que se produzca una pérdida clínicamente relevante de la potencia de la insulina. Asimismo, las temperaturas fluctuantes entre 25 °C y 37 °C durante un máximo de tres meses no provocan ninguna pérdida de actividad de la insulina en el caso de la IAC, la IAI y la IM. Además, la temperatura ambiental puede bajarse con dispositivos de refrigeración sencillos, como recipientes de barro para almacenar la insulina. Deben realizarse estudios clínicos en envases de insulina abiertos y sin abrir para medir la potencia y la estabilidad de la insulina tras variar las condiciones de almacenamiento. Además, se necesitan más datos sobre la IM, las bombas de insulina, la esterilidad y las condiciones climáticas frías.

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Antecedentes: 

Las autoridades sanitarias destacan la sensibilidad a la temperatura de la insulina humana, por lo que aconsejan protegerla del calor y la congelación. Los fabricantes recomiendan almacenar los viales íntegros a baja temperatura y, una vez abiertos, conservarlos a temperatura ambiente entre cuatro y seis semanas, aunque el tiempo de uso y las recomendaciones de temperatura máxima varían. Para la insulina humana, las recomendaciones de caducidad una vez empezada pueden ir de 10 a 45 días, y la temperatura máxima una vez empezada varía entre 25 °C y 37 °C. Siempre deberá mantenerse una gestión óptima de la cadena de frío de la insulina humana desde su fabricación hasta el punto de entrega a las personas con diabetes, y las personas con diabetes y acceso a una refrigeración fiable deberán seguir las recomendaciones del fabricante. Sin embargo, un segmento cada vez mayor de la población mundial con diabetes reside en entornos difíciles y se enfrenta a una exposición prolongada al calor extremo debido a la crisis climática, a la vez que su acceso a la refrigeración es limitado.

Objetivos: 

Analizar los efectos de almacenar insulina humana por encima o por debajo del intervalo de temperatura de almacenamiento recomendado por el fabricante o del tiempo de uso aconsejado, o ambos, tras dispensar insulina humana a personas con diabetes.

Métodos de búsqueda: 

Se utilizaron los métodos exhaustivos estándar de búsqueda de Cochrane. La última fecha de búsqueda fue el 12 de julio de 2023.

Criterios de selección: 

Se incluyeron estudios clínicos y de laboratorio que investigaran el almacenamiento de insulina humana por encima o por debajo del intervalo de temperatura de almacenamiento recomendado por el fabricante, el tiempo de uso aconsejado o ambos.

Obtención y análisis de los datos: 

Se utilizaron los métodos estándar de Cochrane. Se utilizó el método GRADE para evaluar la certeza de la evidencia de cada estudio clínico. La mayoría de la información procede de estudios in vitro, principalmente de empresas farmacéuticas. No existe una clasificación validada de riesgo de sesgo y certeza de la evidencia para los estudios in vitro. Por lo tanto se presentó un resumen narrativo de los resultados.

Resultados principales: 

Se incluyeron 17 estudios elegibles (22 artículos) e información adicional de las compañías farmacéuticas.

Estudio clínico piloto

Un estudio clínico piloto investigó las condiciones de temperatura de la insulina almacenada durante seis semanas en un recipiente de barro sin esmaltar con temperaturas que oscilaban entre 25 °C y 27 °C. El descenso medio de la glucosa plasmática en ocho voluntarios sanos tras una inyección de insulina almacenada en un recipiente de barro fue comparable a la inyección de insulina almacenada en un frigorífico (evidencia de certeza muy baja).

Estudios in vitro

Nueve, tres y cuatro estudios de laboratorio investigaron las condiciones de almacenamiento de viales de insulina, cartuchos/bolígrafos de insulina y jeringuillas de plástico precargadas, respectivamente. Los estudios incluidos informaron sobre varios métodos, mediciones de laboratorio y condiciones de almacenamiento.

Tres estudios sobre jeringuillas precargadas en los que se investigó la potencia de la insulina entre 4 °C y 23 °C durante un máximo de 28 días no mostraron ninguna pérdida clínicamente relevante de la actividad de la insulina.

Nueve estudios examinaron viales y cartuchos sin abrir. En estudios sin pérdida clínicamente relevante de la actividad de la insulina para la insulina humana de acción corta (IAC), la insulina de acción intermedia (IAI) y la insulina mixta (IM), las temperaturas fueron de 28,9 °C a 37 °C durante un máximo de cuatro meses. Dos estudios informaron de hasta un 18% de pérdida de actividad de la insulina tras entre una semana y 28 días a 37 °C. Cuatro estudios examinaron viales y cartuchos abiertos a una temperatura de hasta 37 °C durante un máximo de 12 semanas e indicaron que no hubo una reducción clínicamente relevante de la actividad de la insulina. Dos estudios analizaron las condiciones de almacenamiento a temperaturas fluctuantes que variaron entre 25 °C y 37 °C durante un máximo de 12 semanas y no observaron ninguna pérdida de actividad de la insulina para la IAC, la IAI ni la IM. Cuatro estudios, dos sobre viales (incluido uno sobre viales abiertos) y dos sobre jeringuillas precargadas, investigaron la esterilidad e informaron de que no hubo contaminación microbiana.

Datos de las compañías farmacéuticas

Cuatro fabricantes (BIOTON, Eli Lilly and Company, Novo Nordisk y Sanofi) facilitaron datos de termoestabilidad de la insulina humana inéditos, en su mayoría relativos a envases sin abrir (viales, cartuchos). No fue posible incluir los datos de Sanofi porque la empresa anunció el cese definitivo de la producción de las insulinas humanas Insuman Rapid, Basal y Comb 25.

BIOTON proporcionó datos sobre la IAC tras uno, tres y seis meses a 25 °C: todos los parámetros investigados estaban dentro de los valores de referencia, y, en comparación con su valor inicial, la pérdida de actividad de la insulina fue del 1,1%, 1,0% y 1,7%, respectivamente.

Eli Lilly and Company proporcionó datos resumidos: a menos de 25 °C o 30 °C, la IAC/IAI/IM podían almacenarse hasta 25 o 12 días, respectivamente. A partir de ese momento, el paciente podía seguir utilizándola hasta 28 días.

Novo Nordisk proporcionó datos exhaustivos: en comparación con el valor inicial, después de tres y seis meses a 25 °C, la pérdida de actividad de la IAC fue del 1,8% y del 3,2% al 3,5%, respectivamente. La pérdida de actividad de la IAI fue del 1,2% al 1,9% a los tres meses y del 2,0% al 2,3% a los seis meses. En comparación con el valor inicial, después de uno, dos y tres meses a 37 °C, la pérdida de actividad de la IAC fue del 2,2% al 2,8%, del 5,7% y del 8,3% al 8,6%, respectivamente. La pérdida de actividad de la IAI fue del 1,4% al 1,8%, del 3,0% al 3,8% y del 4,7% al 5,3%, respectivamente. No se observó un aumento relevante de los productos de degradación de la insulina. Las proteínas de alto peso molecular cumplían las especificaciones hasta seis meses a 25 °C y hasta dos meses a 37 °C. El aspecto, las partículas visibles o macroscópicas, las partículas, el zinc, el pH, el metacresol y el fenol cumplían las especificaciones.

No hubo datos para condiciones ambientales frías ni para bombas de insulina.

Notas de traducción: 

La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.

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