Ejercicio para la hemofilia

Pregunta de la revisión

Se revisaron las pruebas acerca de la seguridad y la utilidad del ejercicio para pacientes masculinos con hemofilia.

Antecedentes

La hemofilia es un grupo de trastornos en que las proteínas de la coagulación de la sangre no funcionan adecuadamente. Afecta principalmente a los hombres, aunque también pueden verse afectadas las mujeres. Los pacientes con hemofilia tienen sangrado en las articulaciones y los músculos, que pueden llevar a una artritis crónica dolorosa.

El ejercicio se usa con frecuencia durante la recuperación del sangrado muscular o articular y para mantener o mejorar la capacidad funcional del paciente y participar en las actividades cotidianas a pesar del daño articular.

Se deseaba saber si el ejercicio fue seguro (es decir, que no causara sangrado adicional) y si el ejercicio pudo mejorar la fuerza muscular, la movilidad articular, el dolor, el equilibrio, la marcha, el buen estado físico y la funcionalidad general.

Fecha de la búsqueda

Las pruebas están actualizadas hasta: 14 diciembre 2016.

Características de los estudios

Se incluyeron ocho estudios con 233 pacientes masculinos con hemofilia A o B (de cualquier gravedad), de ocho a 49 años de edad. La duración de los estudios varió de cuatro a 12 semanas.

Resultados clave

Se estudiaron varios tipos de programas de ejercicio, como el estiramiento, el fortalecimiento con pesas, el ejercicio en el agua, la caminata en cinta rodante y la bicicleta fija. Algunos estudios compararon a los participantes que hicieron un tipo de ejercicio con los que hicieron otro tipo de ejercicio; otros estudios compararon un grupo de ejercicio con un grupo de control que no hizo ejercicio.

No hubo datos en relación con los resultados primarios que indicaran si hubo algún cambio en la frecuencia de las hemorragias después que un programa de ejercicios. No se midieron ni informaron efectos adversos. No se midió la calidad de vida.

Con respecto a los resultados secundarios, se observó mejoría en el equilibrio, la salud articular y el dolor. La distancia de caminata fue el único estado funcional medido.

En un análisis adicional no planificado, se observó mejoría en la amplitud de movimiento, el perímetro del bíceps, la fuerza y la circunferencia de la rodilla.

Estos estudios pequeños revelaron una mayor mejoría en el dolor, la fuerza muscular y la amplitud de movimiento articular en los grupos de ejercicio en comparación con los grupos control. Los estudios que incluían la actividad funcional, como caminar en una cinta rodante, hallaron una mayor mejoría que el ejercicio solo. El ejercicio acuático parece ser más efectivo que el ejercicio terrestre para el alivio del dolor articular en adultos.

Calidad de la evidencia

Cuatro estudios incluyeron sólo a pacientes masculinos con hemofilia moderada. Tres estudios incluyeron todos los tipos de gravedad de la hemofilia, y en uno, los pacientes usaron un factor de la coagulación antes de participar. Dos estudios incluyeron a hombres con hemofilia A y B; tres estudios no especificaron el tipo. Sólo un estudio se limitó a los pacientes con hemofilia grave, quienes además presentaban osteoporosis. No está claro si se lograrían los mismos resultados al estudiar solamente a pacientes masculinos con hemofilia A grave.

Los resultados deben ser interpretados con precaución debido a la calidad de las pruebas; se consideró que, a excepción de uno, todos los resultados evaluados eran de calidad baja o muy baja por el reducido tamaño de la muestra y el sesgo potencial.

Conclusiones de los autores: 

Estos resultados deben considerarse con cuidado. Falta confiabilidad en los resultados por el reducido número de estudios incluidos y la imposibilidad de agruparlos a causa de la heterogeneidad de las medidas de resultado. La mayoría de las intervenciones con ejercicios resultaron en mejoría de uno o más de los resultados medidos, incluido el dolor, la amplitud de movimiento, la fuerza y la tolerancia a la caminata. La hidroterapia puede ser más efectiva que los ejercicios terrestres para el alivio del dolor en adultos. Los ejercicios funcionales como la caminata en cinta rodante y los ejercicios con pesas parciales parecen ser más efectivos que los ejercicios estáticos o de amplitud limitada para mejorar la fuerza muscular. Estos resultados son compatibles con los muchos informes de intervención no controlada en la bibliografía sobre hemofilia. No se informó ningún efecto adverso como resultado de las intervenciones. Sin embargo, algunos grupos utilizaron un factor profiláctico antes del ejercicio y otros estudiaron pacientes con hemofilia moderada únicamente. Por lo tanto, sigue sin poder precisarse la seguridad de estas técnicas para los pacientes con hemofilia grave.

Leer el resumen completo…
Antecedentes: 

La hemofilia es un trastorno hemorrágico asociado con hemorragias en las articulaciones y los músculos. El ejercicio se usa con frecuencia para ayudar a la recuperación después de la hemorragia, y a mejorar la función articular en presencia de la artropatía.

Objetivos: 

El objetivo fue revisar sistemáticamente las pruebas disponibles sobre la seguridad y la efectividad del ejercicio para los pacientes con hemofilia.

Métodos de búsqueda: 

Se buscó en el registro de ensayos de Coagulopatías del Grupo Cochrane de Fibrosis Quística y Enfermedades Genéticas (Cochrane Cystic Fibrosis and Genetic Disorders Group's Coagulopathies Trials Register) y en las bases de datos electrónicas PubMed, OVID-Embase y CINAHL. Se realizaron búsquedas en resúmenes de congresos de la World Federation of Hemophilia y de la European Hematology Association, en registros de ensayos y listas de referencias de artículos relevantes.

Fecha de la última búsqueda en el registro de ensayos de Coagulopatías del Grupo Cochrane de Fibrosis Quística y Enfermedades Genéticas: 14 diciembre 2016.

Criterios de selección: 

Estudios controlados aleatorios o cuasialeatorios que comparaban cualquier intervención de ejercicios considerada relevante para el tratamiento de la hemofilia, incluidos los programas de ejercicios de entrenamiento del equilibrio y propioceptivos, estiramiento, ejercicio aeróbico o cardiovascular, fortalecimiento muscular, ejercicios acuáticos, supervisados y no supervisados, en pacientes masculinos de cualquier edad con hemofilia A o B de cualquier gravedad (no se excluyeron los pacientes con otras enfermedades concomitantes).

Obtención y análisis de los datos: 

Dos autores de la revisión revisaron los resúmenes identificados para determinar su elegibilidad. Se obtuvo el artículo completo de los estudios que cumplían con los criterios de inclusión. Los dos autores extrajeron los datos y evaluaron el riesgo de sesgo. Cualquier discrepancia se resolvió mediante discusión. Los autores contactaron con los investigadores de los estudios para obtener los datos faltantes.

Resultados principales: 

Se incluyeron ocho estudios, con 233 hombres de ocho a 49 años edad, con hemofilia A y B de cualquier gravedad. La duración de los estudios varió de cuatro a 12 semanas. Hubo gran variación en las intervenciones de ejercicios y comprendieron ejercicios de resistencia e isométricos, bicicleta ergométrica, caminata en cinta rodante e hidroterapia; por lo tanto, fue difícil la comparación entre los estudios.

Ninguno de los estudios midió o informó efectos adversos de las intervenciones. Ninguno de los estudios informó resultados con respecto a la frecuencia de la hemorragia, la calidad de vida o la actividad aeróbica. El riesgo general de sesgo de todos los estudios se evaluó como poco claro.

Muy pocos estudios proporcionaron información suficiente para una comparación. Ninguno de los estudios informó datos que favorecieran el grupo de control. Un estudio informó que seis semanas de entrenamiento de resistencia mejoraron el estado de salud de las articulaciones (puntuación de Colorado) en comparación con los controles. El agregado de campos electromagnéticos pulsados también mejoró las puntuaciones del tobillo en comparación con los ejercicios solos, aunque esto no se observó en el codo ni en la rodilla.

Dos estudios informaron una mejoría estadísticamente significativa en la intensidad del dolor después de las intervenciones de ejercicios en comparación con los controles. Los ejercicios de hidroterapia resultaron en una disminución significativa del dolor en comparación con los grupos de control y los de ejercicio terrestre.

Dos estudios encontraron una mejoría en el movimiento articular en el grupo de ejercicio en comparación con los controles. Un estudio comparó los ejercicios acuáticos con los terrestres; no hubo diferencias en la amplitud de movimiento entre los dos grupos; sin embargo, el grupo de ejercicios acuáticos mostró una mejoría sobre el grupo de control.

Un estudio, que comparó la tracción articular y la facilitación neuromuscular propioceptiva para el codo con un grupo de control, no halló diferencias en la circunferencia ni en la fuerza del bíceps después de 12 semanas de intervención.

Algunos estudios informaron comparaciones entre las intervenciones. En un estudio, el entrenamiento en la cinta rodante mejoró significativamente el equilibrio en los niños comparados con la bicicleta ergométrica. Otro estudio agregó los ejercicios con pesas parciales a los ejercicios del cuádriceps y mostró una mejoría en la tolerancia a la caminata.

Cuatro estudios evaluaron la fuerza del cuádriceps o de los músculos isquiotibiales (o ambos). El agregado de la bicicleta ergométrica y los ejercicios con pesas fue más efectivo que los ejercicios estáticos y la caminata en cinta rodante para fortalecer los extensores y los flexores de la rodilla. Los ejercicios con levantamiento de pesas parciales en extensión fueron más efectivos en amplitud que los ejercicios estáticos y de amplitud limitada para mejorar la fuerza del extensor de la rodilla. El agregado de la caminata en cinta rodante a la ecografía, los ejercicios de estiramiento y de fortalecimiento mostraron un aumento en el torque máximo de los flexores y extensores de la rodilla y una disminución en el líquido articular de la rodilla.

Los resultados deben interpretarse con cuidado por la calidad de las pruebas (GRADE), como se señala en el resumen de las tablas de resultados, en la que se demuestra que, a excepción de uno, todos los resultados evaluados se consideraron como de calidad baja o muy baja debido al reducido tamaño de la muestra y al sesgo potencial.

Notas de traducción: 

La traducción y edición de las revisiones Cochrane han sido realizadas bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad del Gobierno español. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con Infoglobal Suport, cochrane@infoglobal-suport.com.

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