Objetivos de presión arterial en personas con enfermedad cardiovascular

Mensajes clave

La evidencia identificada en esta revisión no respalda el uso de objetivos de presión arterial más bajos en lugar de los objetivos estándares en personas con presión arterial alta (hipertensión) y problemas cardiovasculares (del corazón, los vasos sanguíneos y el sistema circulatorio).

Se necesitan más ensayos nuevos para examinar esta cuestión.

¿Qué es la hipertensión?

La hipertensión (presión arterial alta) es una enfermedad crónica que aumenta el riesgo de padecer problemas de salud como el infarto, el ictus o enfermedades del riñón.

¿Cómo se trata la hipertensión?

Muchas personas con problemas cardiovasculares también tienen hipertensión. Algunas guías de práctica clínica recomiendan un objetivo de presión arterial más bajo (135/85 mmHg o menos) en aquellas personas con hipertensión y problemas cardiovasculares anteriores, en comparación con quienes no los presentan (los objetivos estándares de presión arterial son 140 a 160 mmHg o menos para la sistólica [presión cuando el corazón bombea sangre por el cuerpo] y 90 a 100 mmHg o menos para la diastólica [presión con el corazón en reposo entre latidos]). No está claro si los objetivos más bajos dan lugar a efectos beneficiosos globales para la salud.

¿Qué se quería averiguar?

Se quiso averiguar si los objetivos de presión arterial más bajos son mejores que los estándares para personas con hipertensión que también presentan problemas vasculares o del corazón.

¿Qué se hizo?

Se buscaron estudios que compararan objetivos de presión arterial más bajos con objetivos estándares de presión arterial en personas con hipertensión y antecedentes de enfermedades cardiovasculares (cardiopatía, angina, ictus, enfermedad vascular). Los estudios debían comunicar resultados como las muertes u otros episodios causados por enfermedades cardiovasculares (infarto, ictus o insuficiencia cardíaca). Los estudios también podían comunicar otro tipo de efectos secundarios relacionados con la salud. Solo se seleccionaron estudios aleatorizados (en los que las personas fueron asignadas al azar en uno de dos o más grupos de tratamiento) con al menos 50 personas en cada grupo y que duraron al menos seis meses.

¿Qué se encontró?

En esta actualización, se encontró un nuevo estudio, lo que da un total de siete estudios con 9595 personas incluidas en la revisión. Se observó poca o ninguna diferencia en el número total de muertes o muertes de causa cardíaca o vascular entre los objetivos de presión arterial más bajos y los estándares. También hubo poca o ninguna diferencia en el número total de problemas cardíacos o vasculares y efectos perjudiciales graves totales, pero la evidencia era menos clara.

¿Cuáles son las limitaciones de la evidencia?

Según información limitada e incierta, se observó que más personas abandonaron los ensayos por efectos perjudiciales relacionados con los medicamentos en el grupo del objetivo de presión arterial más bajo y ningún efecto beneficioso global para la salud entre las personas en dicho grupo.

¿Cuál es el grado de actualización de esta evidencia?

Esta es la tercera actualización de una revisión publicada por primera vez en 2017. La evidencia está actualizada hasta enero de 2022.

Conclusiones de los autores: 

Se observó que es probable que haya poca o ninguna diferencia en la mortalidad total y en la mortalidad cardiovascular entre las personas con hipertensión y enfermedad cardiovascular tratadas de acuerdo a un objetivo de presión arterial más bajo comparado con el estándar. También podría haber poca o ninguna diferencia en los episodios adversos graves o en los episodios cardiovasculares totales. Lo anterior indica que no se derivan efectos beneficiosos netos para la salud con un objetivo de presión arterial sistólica más bajo. La evidencia sobre los abandonos debido a efectos adversos fue muy limitada, lo que da lugar a una gran incertidumbre. La evidencia actual es insuficiente para justificar los objetivos de presión arterial más bajos (135/85 mmHg o menos) en los pacientes con hipertensión y enfermedad cardiovascular establecida. Varios ensayos están en curso, lo cual podría suponer una importante contribución a este tema en un futuro próximo.

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Antecedentes: 

Esta es la tercera actualización de una revisión publicada por primera vez en 2017.

La hipertensión es una destacada causa evitable de morbimortalidad prematura. Las personas con hipertensión y enfermedad cardiovascular confirmada presentan un riesgo especialmente alto, por lo que reducir su presión arterial por debajo de los objetivos estándares podría ser beneficioso. Esta estrategia podría reducir la morbimortalidad cardiovascular, aunque también podrían aumentar los eventos adversos. Todavía se desconoce cuál es el objetivo óptimo de presión arterial en personas con hipertensión y enfermedad cardiovascular confirmada.

Objetivos: 

Determinar si los objetivos de presión arterial más bajos (sistólica/diastólica hasta 135/85 mmHg) se asocian con una reducción de la morbimortalidad en comparación con los objetivos estándares de presión arterial (140 a 160/90 a 100 mmHg o menos) en el tratamiento de las personas con hipertensión y antecedentes de enfermedades cardiovasculares (infarto de miocardio, angina de pecho, accidente cerebrovascular, arteriopatía obstructiva periférica).

Métodos de búsqueda: 

Para actualizar esta revisión, se utilizaron los métodos exhaustivos estándares de búsqueda de Cochrane. La última fecha de búsqueda fue enero de 2022. No se aplicaron restricciones de idioma.

Criterios de selección: 

Se incluyeron ensayos controlados aleatorizados (ECA) con más de 50 participantes por grupo y al menos seis meses de seguimiento. Los informes de los ensayos debían presentar datos para al menos un desenlace principal (mortalidad total, eventos adversos graves, eventos cardiovasculares totales, mortalidad cardiovascular). Las intervenciones elegibles incluyeron objetivos más bajos de presión arterial sistólica/diastólica (135/85 mmHg o menos) en comparación con objetivos estándares de presión arterial (140 a 160/90 a 100 mmHg o menos).

Los participantes fueron adultos con hipertensión confirmada y adultos que recibían tratamiento para la hipertensión con antecedentes cardiovasculares de infarto de miocardio, accidente cerebrovascular, arteriopatía obstructiva periférica crónica o angina de pecho.

Obtención y análisis de los datos: 

Se utilizaron los métodos estándar de Cochrane. Para evaluar la certeza de la evidencia se utilizó el método GRADE.

Resultados principales: 

Se incluyeron siete ECA con 9595 participantes. El seguimiento medio fue de 3,7 años (intervalo de 1,0 a 4,7 años). Seis de los siete ECA aportaron datos individuales de los participantes. Ninguno de los estudios incluidos mantuvo oculta la asignación a los participantes ni a los profesionales sanitarios debido a la necesidad de ajustar el fármaco antihipertensivo para lograr una meta concreta de presión arterial. Sin embargo, un comité independiente al que se le ocultó la asignación de los grupos, evaluó todos los eventos clínicos en todos los ensayos. Por lo tanto, todos los ensayos se evaluaron como de riesgo de sesgo de realización alto y riesgo de sesgo de detección bajo. También se consideró que otras cuestiones, como la interrupción temprana de los estudios y los subgrupos de participantes no predefinidos, disminuyeron la certeza de la evidencia.

Se halló que probablemente haya poca o ninguna diferencia en la mortalidad total (razón de riesgos [RR] 1,05; intervalo de confianza [IC] del 95% 0,91 a 1,23; siete estudios; 9595 participantes; evidencia de certeza moderada) o en la mortalidad cardiovascular (RR 1,03; IC del 95%: 0,82 a 1,29; seis estudios; 9484 participantes; evidencia de certeza moderada). De igual manera, podría haber poca o ninguna diferencia en los eventos adversos graves (RR 1,01; IC del 95%: 0,94 a 1,08; siete estudios; 9595 participantes; evidencia de certeza baja) o en los eventos cardiovasculares totales (incluido el infarto de miocardio, el accidente cerebrovascular, la muerte súbita, la hospitalización o la muerte por insuficiencia cardíaca congestiva [ICC]) (RR 0,89; IC del 95%: 0,80 a 1,00; siete estudios; 9595 participantes; evidencia de certeza baja). La evidencia fue muy incierta en lo que respecta a los abandonos debido a efectos adversos. No obstante, los estudios sugieren que más participantes podrían abandonar el estudio por efectos adversos en el grupo de objetivos más bajos (RR 8,16; IC del 95%: 2,06 a 32,28; tres estudios; 801 participantes; evidencia de certeza muy baja). Las lecturas de la presión arterial sistólica y diastólica fueron menores en el grupo de objetivos más bajos (sistólica: diferencia de medias [DM] -8,77 mmHg, IC del 95%: -12,82 a -4,73; siete estudios, 8657 participantes; diastólica: DM -4,50 mmHg, IC del 95%: -6,35 a -2,65; seis estudios, 8546 participantes). Se necesitaron más fármacos en el grupo del objetivo más bajo (DM 0,56, IC del 95%: 0,16 a 0,96; cinco estudios, 7910 participantes), pero se lograron los objetivos de presión arterial con mayor frecuencia en el grupo del objetivo estándar (RR 1,20, IC del 95%: 1,17 a 1,23; siete estudios, 8699 participantes).

Notas de traducción: 

La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.

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