Intervenciones para el logro de un peso saludable para mejorar las habilidades de pensamiento y el rendimiento escolar en niños y adolescentes con obesidad

¿Cuál es el objetivo de esta revisión?

El objetivo de esta revisión Cochrane fue determinar si las intervenciones para el logro de un peso saludable pueden mejorar las habilidades de pensamiento y el rendimiento escolar en niños y adolescentes con obesidad. Los investigadores Cochrane recopilaron y analizaron todos los estudios relevantes para responder esta pregunta.

¿Cuáles son los mensajes clave?

Esta revisión actualizada aporta alguna evidencia de que los programas escolares que alientan un peso más saludable en los niños también pueden proporcionar “cobeneficios” relacionados con las habilidades de pensamiento y el rendimiento escolar. Sin embargo, se necesitan más intervenciones para el logro de un peso saludable de alta calidad que evalúen las habilidades de pensamiento y el rendimiento escolar, así como los resultados de salud.

¿Qué se estudió en esta revisión?

El número de niños y adolescentes con obesidad es alto en todo el mundo. Algunos niños y adolescentes con obesidad presentan problemas de salud o son hostigados debido a su peso corporal. Estas experiencias han estado vinculadas a problemas con el rendimiento en la escuela, donde se tiende a un rendimiento peor en las tareas que involucran el pensamiento como la solución de problemas. La actividad física y la alimentación saludable benefician un peso corporal saludable y mejoran las habilidades de pensamiento y el rendimiento escolar en los niños con un peso saludable. Los estudios encontraron que las intervenciones para el logro de un peso saludable pueden reducir la obesidad en los niños y los adolescentes, aunque no se conoce si las intervenciones para el logro de un peso saludable pueden mejorar las habilidades de pensamiento y el rendimiento escolar en los niños y los adolescentes con obesidad ni cómo lo logran.

¿Cuáles son los principales resultados de esta revisión?

Los autores de la revisión encontraron 18 estudios que incluyeron un total de 2384 niños y adolescentes con obesidad. Cinco estudios asignaron a los niños individuales a la intervención o a los grupos de control. Trece estudios asignaron a las clases, la escuela o los distritos escolares completos a la intervención o a los grupos de control. De los 18 estudios, 11 incluyeron a niños en la escuela primaria. Ocho estudios ofrecieron intervenciones de actividad física, siete estudios combinaron programas de actividad física con educación en el modo de vida saludable, y tres estudios ofrecieron cambios alimentarios. Los estudios se realizaron en 10 países diferentes. Diecisiete estudios tuvieron al menos un fallo en la realización del estudio. Esto reduce el nivel de confianza que se puede tener en los hallazgos.

Pocos estudios compartieron el mismo tipo de rendimiento escolar o de habilidades de pensamiento. Sólo tres estudios informaron el mismo resultado. Ninguno de los estudios informó sobre la necesidad de apoyo educacional adicional y los eventos perjudiciales. Se encontró que, en comparación con la práctica habitual, las intervenciones relacionadas con la actividad física pueden dar lugar a mejorías pequeñas en las aptitudes de solución de problemas. Este hallazgo se basó en evidencia de alta calidad. Los resultados de calidad moderada indicaron que las intervenciones relacionadas con la actividad física no mejoran el logro en matemáticas ni en lectura en los niños con obesidad. La evidencia de muy baja calidad tampoco indicó ningún beneficio de las intervenciones de actividad física para mejorar las respuestas conductuales no controladas. El rendimiento escolar general no se informó en los estudios que comparaban las intervenciones de actividad física con la práctica estándar.

Los estudios que compararon las intervenciones de actividad física más educación en el modo de vida saludable con la práctica estándar fueron de calidad baja a muy baja. No mostraron ninguna mejoría en el rendimiento escolar ni las respuestas conductuales no controladas en el grupo de intervención comparado con el grupo de control. Las aptitudes de solución de problemas no se informaron en los estudios que comparaban la actividad física más educación en el modo de vida saludable con la práctica estándar.

Los resultados indican que el cambio en el conocimiento acerca de la nutrición y el cambio en los alimentos ofrecidos en las escuelas pueden dar lugar a mejorías moderadas en el rendimiento escolar general en los adolescentes con obesidad, en comparación con la práctica escolar estándar. El reemplazo del almuerzo escolar envasado con una dieta rica en nutrientes más la educación nutricional no mejoraron el logro en las matemáticas y la lectura en los niños con obesidad. Sin embargo, la calidad de la evidencia para el rendimiento escolar general, las matemáticas y la lectura fue baja. Este hecho significa que es muy probable que la investigación futura cambie los resultados, debido a que los estudios incluidos revelaron algunos defectos metodológicos (p.ej., números escasos de niños y un abandono alto de niños de los estudios). Las aptitudes de solución de problemas y las respuestas conductuales no controladas no se informaron para los estudios de la intervención alimentaria.

¿Cuál es el grado de actualización de esta revisión?

Los autores de la revisión buscaron estudios relevantes en la literatura científica en febrero de 2017.

Conclusiones de los autores: 

A pesar del gran número de ensayos del tratamiento de la obesidad en la niñez y la adolescencia, sólo fue posible evaluar parcialmente la repercusión de las intervenciones de tratamiento de la obesidad en el rendimiento escolar y las capacidades cognitivas. Las intervenciones de actividad física basadas en la escuela y la comunidad como parte de un programa de prevención o tratamiento de la obesidad pueden beneficiar las funciones ejecutivas de los niños con obesidad o sobrepeso específicamente. De igual manera, las intervenciones alimentarias basadas en la escuela pueden beneficiar el rendimiento escolar general en los niños con obesidad. Estos resultados podrían ayudar a los profesionales de la salud y de la educación a tomar decisiones relacionadas con la promoción de la actividad física y la alimentación saludable en las escuelas. Los estudios futuros del tratamiento y la prevención de la obesidad en el ámbito clínico, escolar y de la comunidad deben considerar la posibilidad de evaluar los resultados académicos y cognitivos así como los resultados físicos.

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Antecedentes: 

La prevalencia global de la obesidad en la niñez y la adolescencia es alta. Se recomiendan cambios en el modo de vida hacia una dieta saludable, un aumento de la actividad física y una reducción en las actividades sedentarias para prevenir y tratar la obesidad. La evidencia indica que el cambio de estos comportamientos de salud puede beneficiar la función cognitiva y el rendimiento escolar en los niños y adolescentes en general. Hay diversos mecanismos teóricos que indican que los niños y adolescentes con un exceso de tejidos grasos pueden beneficiarse en particular con estas intervenciones.

Objetivos: 

Evaluar si las intervenciones relacionadas con el modo de vida (en las áreas de la dieta, la actividad física, el comportamiento sedentario y la terapia conductual) mejoran el rendimiento escolar, la función cognitiva (p.ej., funciones ejecutivas) o el éxito futuro en niños y adolescentes con obesidad o sobrepeso, en comparación con la atención estándar, el control en lista de espera, ningún tratamiento, o un grupo de control de atención de placebo.

Métodos de búsqueda: 

En febrero 2017, se hicieron búsquedas en CENTRAL, MEDLINE y en otras 15 bases de datos. También se buscó en dos registros de ensayos, listas de referencias y búsquedas manuales en una revista desde el inicio. También se contactó con investigadores en el tema para obtener datos no publicados.

Criterios de selección: 

Se incluyeron ensayos controlados aleatorizados (ECA) y cuasialeatorizados de las intervenciones conductuales para el control del peso en niños y adolescentes con obesidad o sobrepeso. Se excluyeron los estudios en niños y adolescentes con trastornos médicos que afectan el estado del peso, el rendimiento escolar y la función cognitiva. También se excluyeron los resultados autoinformados e informados por los padres.

Obtención y análisis de los datos: 

Cuatro autores de la revisión seleccionaron de forma independiente los estudios para la inclusión. Dos autores de la revisión extrajeron los datos, evaluaron la calidad y los riesgos de sesgo, y evaluaron la calidad de la evidencia mediante el enfoque GRADE. Se contactó con los autores de los estudios para obtener información adicional. Se utilizaron los procedimientos metodológicos estándar previstos por Cochrane. Cuando el mismo resultado se evaluó a través de diferentes tipos de intervención, se informaron los tamaños estandarizados del efecto para los resultados de los análisis de estudios únicos y de estudios múltiples para permitir la comparación de los efectos de la intervención a través de los tipos de intervención. Para facilitar la interpretación del tamaño del efecto, también se informó la diferencia de medias de los tamaños del efecto para los resultados de los estudios únicos.

Resultados principales: 

Se incluyeron 18 estudios (59 registros) de 2384 niños y adolescentes con obesidad o sobrepeso. Ocho estudios administraron intervenciones de actividad física, siete estudios combinaron programas de actividad física con educación en el modo de vida saludable, y tres estudios administraron intervenciones alimentarias. Se incluyeron cinco ECA y 13 ECA con asignación al azar grupal. Los estudios se realizaron en 10 países diferentes. Dos se realizaron en niños que asistían al nivel preescolar, 11 se realizaron en niños de la escuela primaria, cuatro estudios se dirigieron a adolescentes de la escuela secundaria y un estudio incluyó a niños de la escuela primaria y de la escuela secundaria. El número de estudios incluidos para cada resultado fue bajo, con hasta sólo tres estudios por resultado. La calidad de la evidencia varió de alta a muy baja y 17 estudios tuvieron un riesgo alto de sesgo para al menos un ítem. Ninguno de los estudios informó datos sobre la necesidad de apoyo educacional adicional ni los eventos adversos.

En comparación con la práctica generalizada, los análisis de las intervenciones de actividad física solo sugirieron evidencia de alta calidad de una mejoría en las puntuaciones medias de la función ejecutiva cognitiva. La diferencia de medias (DM) fue de 5,00 puntos más en la escala en un grupo de ejercicio después de la escuela en comparación con la práctica estándar (intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,68 a 9,32; media de la escala 100, desviación estándar 15; 116 niños, un estudio). No hubo ningún efecto beneficioso estadísticamente significativo a favor de la intervención para las matemáticas, la lectura ni el control de la inhibición. La diferencia de medias estandarizada (DME) para las matemáticas fue de 0,49 (IC del 95%: -0,04 a 1,01; dos estudios, 255 niños, evidencia de calidad moderada) y para la lectura fue de 0,10 (IC del 95%: -0,30 a 0,49; dos estudios, 308 niños, evidencia de calidad moderada). La DM para el control de la inhibición fue de -1,55 puntos de escala (IC del 95%: -5,85 a 2,75; rango de escala de cero a 100; DME -0,15, IC del 95%: -0,58 a 0,28; un estudio, 84 niños, evidencia de muy baja calidad). No hubo datos disponibles para el logro promedio entre los sujetos que recibieron enseñanza en la escuela.

No hubo evidencia de un efecto beneficioso de las intervenciones de actividad física combinadas con educación en el modo de vida saludable en el logro promedio entre los sujetos que recibieron enseñanza en la escuela, el logro en las matemáticas, el logro en la lectura o el control de la inhibición. La DM para el logro promedio entre los sujetos que recibieron enseñanza en la escuela fue de 6,37 puntos inferior en el grupo de intervención en comparación con la práctica generalizada (IC del 95%: -36,83 a 24,09; media de la escala 500, escala DS 70; DME -0,18, IC del 95%: -0,93 a 0,58; un estudio, 31 niños, evidencia de baja calidad). La estimación del efecto para el logro de las matemáticas fue DME 0,02 (IC del 95%: -0,19 a 0,22; tres estudios, 384 niños, evidencia de muy baja calidad), para el logro de la lectura DME 0,00 (IC del 95%: -0,24 a 0,24; dos estudios, 284 niños, evidencia de baja calidad) y para el control de la inhibición DME -0,67 (IC del 95%: -1,50 a 0,16; dos estudios, 110 niños, evidencia de muy baja calidad). No hubo datos disponibles para el efecto de la combinación de actividad física y educación en el modo de vida saludable sobre las funciones ejecutivas cognitivas.

Hubo una diferencia moderada en el logro promedio entre los sujetos que recibieron enseñanza en la escuela a favor de las intervenciones dirigidas a la mejoría del ambiente alimentario escolar en comparación con la práctica estándar en los adolescentes con obesidad (DME 0,46; IC del 95%: 0,25 a 0,66; dos estudios, 382 adolescentes, evidencia de baja calidad), pero no con sobrepeso. La sustitución del almuerzo escolar envasado por una dieta rica en nutrientes, además de la educación nutricional, no mejoró las matemáticas (DM -2,18; IC del 95%: -5,83 a 1,47; rango de escala cero a 69; DME -0,26; IC del 95%: -0,72 a 0,20; un estudio, 76 niños, evidencia de baja calidad) ni el rendimiento en lectura (DM 1,17; IC del 95%: -4,40 a 6,73; rango de escala cero a 108; DME 0,13; IC del 95%: -0,35 a 0,61; un estudio, 67 niños, evidencia de baja calidad).

Notas de traducción: 

La traducción y edición de las revisiones Cochrane han sido realizadas bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad del Gobierno español. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con Infoglobal Suport, cochrane@infoglobal-suport.com.

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