¿Los programas de promoción de la salud en el lugar de trabajo aumentan la actividad física de las personas si incluyen un podómetro?

Mensajes clave

En general, no hay suficiente evidencia que demuestre si los programas de promoción de la salud en el lugar de trabajo que utilizan un podómetro afectan a la actividad física de las personas, especialmente a largo plazo.

¿Qué es un podómetro?

Un podómetro es un pequeño dispositivo electrónico portátil que cuenta el número de pasos que da una persona, pero a diferencia de un acelerómetro, no hay registro de intensidad. El objetivo de los podómetros es animar a las personas a aumentar su actividad física dándoles retroalimentación sobre sus pasos diarios.

Por qué se hizo esta revisión

La mayoría de la gente no realiza suficiente actividad física. Según la Organización Mundial de la Salud, realizar al menos 30 minutos de actividad física moderadamente intensa la mayoría de los días puede reducir el riesgo de que una persona desarrolle enfermedades cardiovasculares, diabetes y algunos tipos de cáncer. Se quería averiguar si los programas de promoción de la salud en el lugar de trabajo que implican el uso de podómetros motivarían a las personas a aumentar su actividad física.

¿Qué se hizo?

Se buscaron estudios de programas en el lugar de trabajo que utilizaran podómetros para promover la salud de los empleados. Se buscaron estudios controlados aleatorizados, donde el tratamiento que recibía cada persona se decidía al azar.

Fecha de la búsqueda: Se incluyó evidencia publicada hasta diciembre de 2016.

Datos encontrados

Se encontraron 14 estudios que incluían a 4762 personas en diferentes lugares de trabajo, desde oficinas hasta obras de construcción, principalmente en países de altos ingresos. En todos los estudios, los podómetros formaban parte de un programa de salud que incluía otros componentes, como grupos de caminatas, asesoramiento o consejos dietéticos. Los estudios compararon los efectos de participar en programas de podómetros con:

- no recibir ningún programa de salud o un programa mínimo de salud, como el asesoramiento habitual sobre los beneficios de la actividad física; y

- participar en otros programas de salud, que no incluían un podómetro.

Los programas duraron de dos semanas a dos años; las evaluaciones continuaron durante tres a diez meses después.

Había mucho interés en ver si los podómetros tenían un efecto duradero en la actividad física y la salud. También interesaba conocer los efectos sobre el comportamiento sedentario (tiempo de permanencia sentado), los factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares y la diabetes (presión arterial, índice de masa corporal (IMC) y niveles de colesterol en la sangre), la calidad de vida (bienestar) y los efectos adversos (no deseados).

¿Cuáles son los resultados de la revisión?

En comparación con un programa de salud mínimo o ningún programa:

Es posible que los programas con podómetro no afecten a la actividad física al menos un mes después de la finalización del programa (seis estudios), pero pueden reducir el comportamiento sedentario y mejorar el bienestar de las personas (un estudio). Existe muy poca certeza sobre estos resultados.

Los programas con podómetro pueden reducir ligeramente el índice de masa corporal (tres estudios, certeza baja), pero probablemente logran poca o ninguna diferencia en la presión arterial (dos estudios, certeza moderada) y pueden reducir efectos no deseados como las lesiones (dos estudios, certeza baja).

Ningún estudio midió las puntuaciones de riesgo del colesterol o enfermedad al menos un mes después de la finalización del programa.

En comparación con otro programa de salud:

Los programas con podómetro pueden afectar a la actividad física después de al menos un mes desde el final del programa (un estudio), pero existe muy poca certeza sobre este resultado.

No se pudieron extraer conclusiones acerca de los efectos no deseados. La evidencia no era lo suficientemente buena como para tener seguridad acerca de los efectos sobre el comportamiento sedentario, el IMC, la presión arterial, el colesterol, el riesgo de enfermedades cardiovasculares y el bienestar. Se observaron algunos efectos, pero los hallazgos no fueron consistentes.

Conclusiones

Los programas de ejercicio pueden tener efectos positivos en la actividad física y la salud de un empleado, pero no se encontró suficiente evidencia fiable para saber con certeza si un programa con podómetro es mejor que otros tipos de programas de salud, especialmente para lograr cambios de comportamiento a largo plazo.

La evidencia no está clara porque solo un pequeño número de estudios (a veces sólo un estudio) informó sobre los resultados. En la mayoría de los estudios, las personas involucradas sabían en qué grupo de estudio estaban, lo que puede afectar los resultados. Muchas personas abandonaron los estudios antes de que estos concluyeran, por lo que no se recopilaron suficientes resultados. Algunos estudios no informaron de ningún resultado para algunas medidas de interés o no evaluaron si los beneficios se mantuvieron después de la finalización del programa.

Dado que los podómetros están siendo reemplazados en gran medida por dispositivos más sofisticados como acelerómetros y aplicaciones para Smartphone, no se actualizará esta revisión de nuevo.

Conclusiones de los autores: 

Las intervenciones de ejercicio pueden tener efectos positivos en la actividad física y la salud de los empleados, aunque la evidencia actual es insuficiente para sugerir que una intervención basada en un podómetro sería más efectiva que otras opciones. Es importante señalar que en la última década, los avances tecnológicos en materia de acelerómetros como productos comerciales, a menudo disponibles gratuitamente en los teléfonos inteligentes, han hecho que en muchos aspectos el uso de los podómetros quede obsoleto. En futuros estudios destinados a probar el impacto de los podómetros o acelerómetros, es probable que se encuentre muy contaminado cualquier brazo de control. Los encargados de tomar decisiones que consideren la posibilidad de asignar recursos a programas a gran escala de este tipo deben ser cautelosos en cuanto a los beneficios previstos de la incorporación de un podómetro, y deben tener en cuenta que estos efectos pueden no mantenerse a largo plazo.

En el futuro, se deberán realizar estudios para determinar los componentes efectivos de las intervenciones de componentes múltiples, aunque tal vez no se dé la máxima prioridad a los podómetros (especialmente teniendo en cuenta la mayor disponibilidad de acelerómetros). Deberían considerarse métodos para aumentar la sostenibilidad de los efectos de la intervención y los comportamientos a más largo plazo, así como medidas más coherentes de la actividad física y desenlaces de salud.

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Antecedentes: 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda realizar 150 minutos de actividad física de intensidad moderada a la semana, pero la mayoría de las personas no lo hace. Los lugares de trabajo ofrecen oportunidades para influir en el comportamiento y fomentar la actividad física, así como otros aspectos de un estilo de vida saludable. Un podómetro es un dispositivo asequible que fomenta la actividad física proporcionando información sobre los pasos diarios, aunque los podómetros están siendo sustituidos en gran medida por dispositivos más sofisticados, como acelerómetros y aplicaciones para teléfonos inteligentes. Por esta razón, esta es la última actualización de esta revisión.

Objetivos: 

Evaluar la efectividad de las intervenciones con podómetro en el lugar de trabajo para aumentar la actividad física y mejorar los resultados de salud a largo plazo.

Métodos de búsqueda: 

Se realizaron búsquedas en el Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials), MEDLINE, Embase, Cumulative Index to Nursing and Allied Health Literature (CINAHL), Occupational Safety and Health (OSH) UPDATE, Web of Science, ClinicalTrials.gov y en la Plataforma de registros internacionales de ensayos clínicos de la OMS, desde el registro más antiguo hasta diciembre de 2016. También se consultaron las listas de referencias de los estudios incluidos y se estableció contacto con los autores de los estudios para identificar registros adicionales. Se actualizó esta búsqueda en mayo de 2019, pero estos resultados aún no han sido incorporados. Un estudio más, previamente identificado como en curso, se incluyó en "Estudios en espera de clasificación".

Criterios de selección: 

Se incluyeron ensayos controlados aleatorizados (ECA) de intervenciones con podómetro en el lugar de trabajo para los adultos empleados, en comparación con ninguna intervención o intervenciones mínimas, o con intervenciones alternativas de actividad física. Se excluyeron atletas e intervenciones con acelerómetros. El desenlace primario fue la actividad física. Se excluyeron los estudios si no se medía la actividad física.

Obtención y análisis de los datos: 

Se utilizaron los procedimientos metodológicos estándares previstos por Cochrane. Cuando los estudios presentaron más de una medida de actividad física, se utilizó una lista preestablecida de medidas preferidas para seleccionar una medida y hasta tres puntos temporales para el análisis. Cuando fue posible, se adoptaron medidas de seguimiento una vez finalizada la intervención para identificar los efectos duraderos una vez que ésta había cesado. Dada la diversidad de medidas encontradas, se utilizó la razón de medias (RoM, por sus siglas en inglés) como medida de efecto estandarizada para la actividad física.

Resultados principales: 

Se incluyeron 14 estudios con un total de 4762 participantes. Esos estudios se realizaron en varios países de altos ingresos y en diversos lugares de trabajo (desde oficinas hasta lugares de trabajo físico). Entre los participantes, figuraban tanto poblaciones sanas como aquellas que corrían el riesgo de padecer enfermedades crónicas (por ejemplo, por inactividad o sobrepeso), con una edad media de 41 años. En todos los estudios se utilizaron intervenciones de promoción de la salud de componentes múltiples. Once estudios utilizaron controles de intervención mínima, y cuatro utilizaron intervenciones alternativas de actividad física. La duración de la intervención osciló entre una semana y dos años, y el seguimiento tras la finalización de la intervención osciló entre tres y diez meses.

La mayoría de los estudios y desenlaces se calificaron con un riesgo de sesgo general incierto o alto, y solo un estudio se calificó con un riesgo de sesgo bajo. Las preocupaciones más frecuentes fueron la ausencia de cegamiento y las altas tasas de desgaste.

Cuando se comparan las intervenciones de los podómetros con las intervenciones mínimas en los puntos de seguimiento al menos un mes después de la finalización de la intervención, es posible que los podómetros no tuvieran ningún efecto sobre la actividad física (seis estudios; evidencia de certeza muy baja); ningún metanálisis debido a la muy alta heterogeneidad), pero el efecto es muy incierto. Los podómetros pueden tener efectos en el comportamiento sedentario y en la calidad de vida (componente de salud mental), pero esos efectos fueron muy inciertos (un estudio; evidencia de certeza muy baja).

Las intervenciones con podómetro pueden reducir ligeramente la antropometría (índice de masa corporal (IMC) -0,64, intervalo de confianza (IC) del 95% -1,45 a 0,18; tres estudios; evidencia de baja certeza). Las intervenciones con podómetro probablemente tuvieron poco o ningún efecto sobre la presión arterial (sistólica: -0,08 mmHg, IC del 95%: -3,26 a 3,11; dos estudios; evidencia de certeza moderada) y pueden haber reducido los efectos adversos (como lesiones; de 24 a 10 de cada 100 personas en poblaciones que experimentan eventos relativamente frecuentes; odds-ratio (OR) 0,50, IC del 95%: 0,30 a 0,84; evidencia de certeza baja). Ningún estudio comparó las medidas bioquímicas o las puntuaciones de riesgo de enfermedad en el seguimiento después de la finalización de la intervención versus una intervención mínima.

La comparación de las intervenciones con podómetros con las intervenciones alternativas de actividad física en los puntos de seguimiento al menos un mes después de la finalización de la intervención, reveló que los podómetros pueden tener un efecto en la actividad física, pero el efecto es muy incierto (un estudio; evidencia de muy baja certeza). El comportamiento sedentario, la antropometría (IMC o circunferencia de la cintura), la presión arterial (sistólica o diastólica), la bioquímica (colesterol de lipoproteínas de baja densidad (LDL), colesterol total o triglicéridos), las puntuaciones de riesgo de enfermedad, la calidad de vida (componentes de salud mental o física) y los efectos adversos en el seguimiento después de la finalización de la intervención no se compararon con una intervención alternativa de actividad física.

Se observaron algunos efectos positivos inmediatamente después de la finalización de los períodos de intervención, pero esos efectos no fueron coherentes y la certeza general de la evidencia fue insuficiente para evaluar la efectividad de las intervenciones de los podómetros en el lugar de trabajo.

Notas de traducción: 

La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.

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