¿Las intervenciones escolares de actividad física aumentan la actividad física moderada a intensa y mejoran la forma física de niños y adolescentes?

Mensajes clave

Las intervenciones escolares podrían mejorar la forma física, pero podrían tener poco o ningún efecto en el índice de masa corporal (que se utiliza para evaluar si el peso corporal está en una franja saludable), aunque no se tiene confianza en la evidencia.

Muy pocos estudios informaron de posibles efectos perjudiciales.

Se debe considerar cuidadosamente el tipo de programa escolar de actividad física que debe aplicarse, y los estudios futuros deben tratar de identificar los mejores tipos de intervenciones de actividad física para entornos escolares.

¿Por qué es importante promover la actividad física en los niños?

Se estima que hasta 5 300 000 muertes en el mundo están causadas por la falta de ejercicio (inactividad física), además de tratarse de un gran factor de riesgo clave en la aparición de la mayoría de enfermedades crónicas y cánceres. Estos datos son preocupantes, particularmente porque se sabe que los hábitos de actividad física de la infancia pueden conllevar hábitos similares en la edad adulta. Se cree que los programas que animan a los niños a hacer ejercicio en la escuela son una forma de aumentar los niveles de actividad de todos los niños, independientemente de otros factores como la conducta de los padres y los factores socioeconómicos de los primeros años de vida del niño.

¿Qué se encontró?

Se hallaron 89 estudios que observaron los efectos de los programas escolares centrados en aumentar la actividad física e incluyeron 66 752 niños y adolescentes (de entre seis y 18 años) de todo el mundo. La duración del programa varió de 12 semanas a seis años. No hubo dos programas escolares de actividades físicas que utilizaran la misma combinación de intervenciones. La frecuencia y la duración de cada parte del programa variaron mucho entre los estudios.

En todos los estudios incluidos, sólo se observaron cambios muy pequeños en el número de estudiantes que realizaron actividad física o en los minutos diarios de actividad física moderada a intensa o en el tiempo de sedentarismo, aunque se comprobó que estos programas mejoraban la forma física de los estudiantes. Se ha observado que estos programas tienen poca o ninguna repercusión en las mediciones utilizadas para evaluar si el peso corporal se encuentra en una franja saludable. Pocos estudios comunicaron posibles efectos perjudiciales, como las lesiones o el daño psicológico.

¿Cuáles son las limitaciones de la evidencia?

Existe poca confianza en la evidencia porque los estudios se hicieron de diferentes maneras y las intervenciones se administraron y evaluaron de diferentes formas. Además, es posible que los participantes de los estudios supieran qué intervenciones estaban recibiendo, lo que a veces puede afectar los efectos comunicados. Además, no todos los estudios proporcionaron datos sobre todo lo que interesaba en esta revisión.

¿Cuál es el grado de actualización de esta evidencia?

La evidencia está actualizada hasta junio de 2020 (aunque se realizó una nueva búsqueda de estudios en febrero de 2021 y se encontraron estudios que podrían incluirse en una futura actualización y que ahora se describen en la tabla "Estudios pendientes de clasificación").

Conclusiones de los autores: 

Dada la variabilidad de los resultados y los ligeros efectos generales, el personal escolar y los profesionales de la salud pública deben reflexionar mucho sobre este asunto antes de poner en marcha intervenciones de actividad física en la escuela. Dada la heterogeneidad de los efectos, el riesgo de sesgo y los hallazgos de que la magnitud del efecto es generalmente pequeña, estos resultados deberían interpretarse con precaución.

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Antecedentes: 

La actividad física entre los niños y los adolescentes se asocia con una menor adiposidad, una mejor salud cardiometabólica y una mejor forma física. En todo el mundo, menos del 30% de los niños y adolescentes cumplen las recomendaciones mundiales de actividad física de al menos 60 minutos de actividad física moderada a intensa al día. Las escuelas podrían ser lugares ideales para las intervenciones, dado que los niños y adolescentes en la mayoría de sitios del mundo pasan una cantidad considerable de tiempo en el trayecto a la escuela o asistiendo a ella.

Objetivos: 

El propósito de esta actualización de la revisión es resumir la evidencia sobre la efectividad de las intervenciones escolares para aumentar la actividad física moderada a intensa y mejorar la forma física en niños y adolescentes de seis a 18 años de edad.

Los objetivos específicos son:

• evaluar los efectos de las intervenciones escolares en el aumento de la actividad física y la mejora de la forma física de niños y adolescentes;

• evaluar los efectos de las intervenciones escolares sobre la composición corporal; y

• determinar si ciertas combinaciones o componentes (o ambos) de las intervenciones escolares son más efectivos que otros para promover la actividad física y la buena forma física en esta población destinataria.

Métodos de búsqueda: 

Se realizaron búsquedas en CENTRAL, MEDLINE, Embase, CINAHL y PsycINFO, BIOSIS, SPORTDiscus y Sociological Abstracts hasta el 1 de junio de 2020, sin restricciones de idioma. Se examinaron listas de referencias de los artículos incluidos y las revisiones sistemáticas relevantes. Se estableció contacto con los autores principales de los estudios para obtener información adicional.

Criterios de selección: 

Las intervenciones elegibles fueron aquellas relevantes para la práctica de la salud pública (es decir, no realizadas en ámbitos clínicos), se implementaron en el contexto escolar y tuvieron como objetivo aumentar la actividad física de todos los niños y adolescentes que asisten a la escuela (de seis a 18 años) durante al menos 12 semanas. La revisión se limitó a los ensayos controlados aleatorizados. En esta actualización se han añadido dos nuevos criterios: que el objetivo principal del estudio fuera aumentar la actividad física o la forma física, y que el estudio utilizara una medida objetiva de la actividad física o la forma física. Los desenlaces principales incluyeron la proporción de participantes que cumplieron las recomendaciones de actividad física y la duración de la actividad física moderada a intensa y del tiempo de sedentarismo (nuevo en esta actualización). Los desenlaces secundarios incluyeron índice de masa corporal (IMC) medido, forma física, calidad de vida relacionada con la salud (nuevo en esta actualización) y eventos adversos (nuevo en esta actualización). El tiempo dedicado a ver televisión, el colesterol en sangre y la presión arterial se han eliminado de esta actualización.

Obtención y análisis de los datos: 

Dos autores de la revisión independientes utilizaron instrumentos normalizados para evaluar la relevancia de cada estudio, extraer los datos y evaluar el riesgo de sesgo. Se discutieron las discrepancias que surgieron hasta que se alcanzó un consenso. La certeza de la evidencia se evaluó con el método GRADE. Cuando se presentaron datos suficientes se realizó un metanálisis de efectos aleatorios basado en el método de la varianza inversa con los participantes estratificados por edad (niños versus adolescentes). Los efectos por tipo de intervención se exploraron mediante análisis de subgrupos.

Resultados principales: 

Siguiendo los tres nuevos criterios de inclusión, se excluyeron 16 de los 44 estudios incluidos en la anterior versión de esta revisión. Se examinaron otros 9968 títulos (búsqueda de octubre de 2011 a junio de 2020), de los cuales 978 estudios únicos fueron potencialmente pertinentes y 61 cumplieron todos los criterios de esta actualización. Esta actualización incluye 89 estudios que representan los datos completos de 66 752 participantes de los estudios. La mayoría de los estudios incluyeron solo niños (n = 56), seguidos de solo adolescentes (n = 22), y ambos (n = 10); un estudio no informó sobre la edad de los estudiantes. Las intervenciones con varios componentes fueron las más frecuentes (n = 40), seguidas de la actividad física en la escuela (n = 19), la educación física mejorada (n = 15) y los programas extraescolares (n = 14); un estudio exploró tanto la educación física mejorada como un programa extraescolar. La ausencia de cegamiento de los participantes, del personal y de los evaluadores de desenlaces, así como las pérdidas de contacto con los participantes fueron las fuentes de sesgo más habituales.

Los resultados muestran que las intervenciones de actividad física en la escuela probablemente producen un aumento escaso o nulo del tiempo dedicado a la actividad física moderada a intensa (diferencia de medias [DM] 0,73 minutos/d; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,16 a 1,30; 33 estudios; evidencia de certeza moderada) y podrían conllevar una disminución escasa o nula del tiempo de sedentarismo (DM -3,78 minutos/d; IC del 95%: -7,80 a 0,24; 16 estudios; evidencia de certeza baja). Las intervenciones de actividad física en la escuela podrían mejorar la forma física representada como el consumo máximo de oxígeno (VO₂max) (DM 1,19 ml/kg/min; IC del 95%: 0,57 a 1,82; 13 estudios; evidencia de certeza baja). Las intervenciones de actividad física en la escuela podrían suponer una disminución muy pequeña en las puntuaciones del IMC (DM -0,06; IC del 95%: -0,09 a -0,02; 21 estudios; evidencia de certeza baja) y podrían no tener efectos en el IMC expresado en kg/m² (DM -0,07; IC del 95%: -0,15 a 0,01; 50 estudios; evidencia de certeza baja). Se desconoce el efecto de las intervenciones escolares de actividad física sobre la calidad de vida relacionada con la salud o sobre los eventos adversos.

Notas de traducción: 

La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.

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