¿Los fumadores pueden recibir ayuda para reducir el daño causado por el consumo de cigarrillos al fumar menos cigarrillos o al usar diferentes productos de tabaco?

Antecedentes

Lo mejor para reducir los daños causados por el tabaco es dejar el hábito, aunque algunas personas pueden no desear hacerlo o pueden sentir que no pueden dejar de fumar completamente. La reducción del número de cigarrillos consumidos diariamente o el uso de diferentes productos de tabaco, como mascar tabaco o los cigarrillos de bajo contenido de alquitrán, pueden reducir algo del daño causado por el hábito de fumar. También puede ayudar a los pacientes a dejar de fumar completamente a largo plazo. Por otro lado, la reducción del hábito de fumar o el uso de otros productos de tabaco pueden no mejorar la salud y podría reducir la motivación de las personas para dejar de fumar completamente. Es importante que se examinen las pruebas para determinar si estos enfoques podrían ayudar a los fumadores que no quieren o no pueden dejar el hábito a reducir el daño causado por el hábito de fumar. El interés estuvo principalmente en si estos enfoques mejoraron la salud de los fumadores, aunque también se consideró la reducción del hábito de fumar y las tasas de abandono del hábito.

Características de los estudios

Se encontraron 20 ensayos controlados aleatorios que evaluaron formas de ayudar a los pacientes a reducir el número de cigarrillos consumidos. Algunos de los mismos sólo aconsejaban a los fumadores fumar menos, aunque la mayoría también les proporcionó un producto para ayudarlos a reducir el hábito: tratamiento de reemplazo de nicotina (TRN), vareniclina, bupropión, cigarrillos electrónicos (e-cigs) o snus (una forma de tabaco oral sin humo). También se encontraron cuatro ensayos controlados aleatorios que estudiaron los efectos del uso de cigarrillos diseñados para reducir el daño causado por el tabaco: cigarrillos con niveles reducidos de alquitrán, de carbono o de nicotina. La mayoría de los estudios utilizó el TRN para ayudar a los pacientes a reducir el hábito de fumar. Todos los estudios incluyeron a personas que no estaban planeando dejar de fumar a corto plazo. La investigación está actualizada hasta octubre 2015.

Resultados clave

Ocho estudios (con 3081 fumadores) encontraron que la administración de TRN duplicó aproximadamente la probabilidad de reducir a la mitad el número de cigarrillos consumidos cada día, en comparación con la administración de un placebo. La administración de TRN de esta manera también casi duplicó la probabilidad de dejar el hábito completamente. Cada uno de cuatro ensayos evaluó bupropión, vareniclina, e-cigs y snus para ayudar a reducir los daños causados por el tabaco y no hubo pruebas de que alguno de estos tratamientos ayudara a los fumadores a reducir el número de cigarrillos que estaban fumando por día. Lo anterior puede deberse a que todavía no ha habido suficiente investigación sobre estos métodos. Sólo uno de los ensayos que evaluaron los cigarrillos diseñados para reducir el riesgo midió el efecto sobre el número de personas que dejaron de fumar. Halló que los pacientes no tenían una mayor probabilidad de dejar de fumar cuando usaban cigarrillos con niveles reducidos de nicotina que si fumaban sus cigarrillos habituales. No se encontró ningún ensayo que informara los efectos sobre la salud a largo plazo de los tratamientos, por lo cual aún no se conoce qué beneficio se obtiene sobre la salud al reducir el número de cigarrillos consumidos cada día o al fumar cigarrillos diseñados para ser menos nocivos.

Calidad de la evidencia

La industria tabacalera financió tres de los estudios incluidos de los cigarrillos diseñados para reducir el riesgo. Ninguno de los estudios consideró si había habido un cambio a largo plazo en la salud de los usuarios. La calidad de las pruebas sobre cuántas personas dejaron de fumar se calificó como “baja” o “muy baja”, en general debido a que los hallazgos se basan en un número pequeño de estudios. Se necesitan más estudios para investigar los métodos de reducción del daño causado por el consumo continuo de tabaco. Los mismos deben medir la salud de los usuarios durante un período prolongado.

Conclusiones de los autores: 

Los pacientes que no desean abandonar el hábito pueden ser ayudados a reducir el número de cigarrillos que fuman y a dejar de fumar a largo plazo, mediante el TRN, a pesar de las intenciones originales de no hacerlo. Sin embargo, las pruebas que contribuyeron al resultado del abandono del hábito para el TRN se calificaron como de calidad “baja” mediante el estándar de GRADE. Hay una falta de pruebas para apoyar el uso de otras ayudas a la reducción del daño para disminuir el daño causado por el consumo continuo de tabaco. Lo anterior podría deberse simplemente a la falta de estudios de alta calidad (la confianza en los resultados del abandono del hábito para estas ayudas se considera “baja” o “muy baja” debido a la imprecisión según el estándar de GRADE), lo cual significa que es posible que se haya omitido un efecto valioso, o a la falta de efecto sobre las tasas de reducción o de abandono. Por lo tanto, es importante que se realicen más ECA de alta calidad, y que los mismos también midan los efectos sobre la salud a largo plazo de los tratamientos.

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Antecedentes: 

Aunque el abandono del hábito de fumar actualmente es la única forma garantizada de reducir el daño causado por el consumo de tabaco, un enfoque secundario razonable de control del consumo de tabaco puede ser tratar de reducir el daño del consumo continuo de tabaco entre los fumadores incapaces o renuentes a abandonar el hábito. Los enfoques posibles para reducir la exposición a las toxinas del tabaco incluyen la reducción de la cantidad de tabaco consumido, y el uso de productos menos tóxicos, como productos farmacéuticos, nicotina y productos de tabaco de exposición potencialmente reducida (PREP, por sus siglas en inglés), como una alternativa a los cigarrillos.

Objetivos: 

Para evaluar los efectos de las intervenciones dirigidas a reducir el daño a la salud del consumo continuo de tabaco, se consideraron las siguientes preguntas específicas: ¿Las intervenciones concebidas para reducir el daño tienen un efecto sobre el estado de salud a largo plazo?; ¿Dan lugar a una reducción del número de cigarrillos consumidos?; ¿Tienen un efecto sobre la abstinencia del tabaco?; ¿Tienen un efecto sobre los marcadores biológicos de la exposición al tabaco?; ¿Y tienen un efecto sobre los marcadores biológicos del daño causado por el tabaco?

Métodos de búsqueda: 

Se realizaron búsquedas en el Registro de Ensayos del Grupo Cochrane de Adicción al Tabaco (CRS) el 21 de octubre de 2015 mediante el uso de texto libre y de los términos MeSH para la reducción del daño, la reducción del hábito de fumar y la reducción de los cigarrillos consumidos.

Criterios de selección: 

Ensayos controlados aleatorios o cuasialeatorios de las intervenciones para reducir la cantidad de tabaco consumido, o para reducir el daño causado por el hábito de fumar por medios diferentes del abandono del hábito. Se incluyen estudios realizados en fumadores sin deseo inmediato de dejar completamente el consumo de tabaco. Los resultados primarios fueron el cambio en el consumo de cigarrillos, el abandono del hábito de fumar y cualquier marcador del daño o el beneficio en la salud, medido al menos a los seis meses desde el comienzo de la intervención.

Obtención y análisis de los datos: 

Se evaluó la elegibilidad de los estudios para su inclusión utilizando los métodos Cochrane estándar. Se agruparon los ensayos con intervenciones y resultados similares (reducción > 50% en los cigarrillos por día [CPD] y la abstinencia del tabaco a largo plazo), mediante los modelos de efectos fijos. Cuando no fue posible metanalizar los datos, los resultados se resumieron de forma narrativa.

Resultados principales: 

Veinticuatro ensayos evaluaron las intervenciones para ayudar a los que fuman a reducir la cantidad consumida o a reemplazar los cigarrillos regulares con PREP, en comparación con placebo, una intervención breve, o una intervención de comparación. Ninguno de estos ensayos analizó directamente si las estrategias de reducción del daño redujeron los daños a la salud causados por el tabaco. La mayoría de los ensayos (14/24) estudiaron el tratamiento de reemplazo de nicotina (TRN) como una intervención para ayudar en la reducción. En un análisis agrupado de ocho ensayos, el TRN aumentó significativamente la probabilidad de reducir los CPD en al menos un 50% para los pacientes que utilizaron chicle de nicotina o inhalador o una opción del producto en comparación con placebo (cociente de riesgos [CR] 1,75; intervalo de confianza [IC] del 95%: 1,44 a 2,13; 3081 participantes). Cuando se compararon los cambios promedio desde el inicio para diferentes medidas, el monóxido de carbono (CO) y la cotinina en general mostraron reducciones más pequeñas que los CPD. La administración de TRN versus placebo también aumentó significativamente la probabilidad de dejar de fumar en último término (CR 1,87; IC del 95%: 1,43 a 2,44;8 ensayos, 3081 participantes; calidad de la evidencia: baja). Dos ensayos que compararon TRN y apoyo conductual con el asesoramiento breve encontraron un efecto significativo sobre la reducción pero no un efecto significativo sobre el abandono del hábito. Se encontró un ensayo que investigó cada una de las siguientes ayudas de intervención para la reducción del daño: bupropión, vareniclina, cigarrillos electrónicos, snus, más otro de los parches de nicotina para facilitar la abstinencia temporal. Por lo tanto, las pruebas para los cinco tipos de intervención fueron imprecisas, y no está claro si estas ayudas aumentan la probabilidad de reducción del hábito de fumar o el abandono. Dos ensayos que investigaron dos tipos diferentes de asesoramiento conductual e instrucciones sobre la reducción de los CPD también aportaron pruebas imprecisas. Por lo tanto, la base de pruebas para esta comparación es insuficiente para apoyar el uso de este tipo de asesoramiento conductual para reducir el hábito de fumar. Cuatro estudios de los PREP (cigarrillos con niveles reducidos de alquitrán, carbono y nicotina y en un caso proporcionado mediante un sistema de consumo de cigarrillos que se calienta electrónicamente) revelaron alguna reducción de la exposición a algunas sustancias tóxicas, aunque no está claro si la misma alteraría el riesgo de daño de manera significativa. Los estudios incluidos en general se consideraron en riesgo bajo o incierto de sesgo; sin embargo, hubo algunas calificaciones de alto riesgo, debido a una falta de cegamiento y a la posibilidad de sesgo de detección. Mediante el sistema GRADE, la calidad general de las pruebas para los resultados del abandono del hábito se consideró “baja” o “muy baja”, debido a la imprecisión y a la imposibilidad para generalizar las pruebas. Una calificación "baja" significa que es probable que la realización de más investigaciones tenga una marcada repercusión sobre la confianza en la estimación del efecto y pueda cambiarla. Una calificación "muy baja" significa que hay muy poca certeza acerca de la estimación del efecto.

Notas de traducción: 

La traducción y edición de las revisiones Cochrane han sido realizadas bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad del Gobierno español. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con Infoglobal Suport, cochrane@infoglobal-suport.com.

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