Esta revisión compara la seguridad y la efectividad de dos de los tratamientos más populares para las hemorroides, la ligadura con banda elástica (LBE) y la hemorroidectomía por escisión (HE).

Cuando los tratamientos conservadores, como el cambio en la dieta o las pomadas, no ayudan, se suele acudir al médico para la extirpación de las hemorroides. La LBE consiste en colocar bandas elásticas alrededor de las hemorroides hasta que acaban cayendo. Existen otros tratamientos no quirúrgicos para las hemorroides, pero la LBE se suele considerar la mejor. En el caso de las hemorroides más graves, puede ser necesaria la extirpación quirúrgica (HE) de las mismas. Aunque es muy eficaz, es más dolorosa e invasiva.
Esta revisión se basa en tres ensayos controlados aleatorizados que compararon la LBE con la HE, con un total de 216 pacientes. Los ensayos demostraron que con la HE, las hemorroides no reaparecían con tanta frecuencia como con la LBE. La HE fue mejor para las hemorroides avanzadas, conocidas como hemorroides de grado III. Para las hemorroides menos graves grado II, la LBE y la HE fueron igualmente eficaces. La HE provocó más dolor después del procedimiento, más complicaciones leves y requirió más tiempo de baja laboral. La satisfacción de los pacientes fue similar con ambos tratamientos.

Esta revisión se ha actualizado a partir de octubre de 2010 y la búsqueda se realizó con la estrategia de búsqueda utilizada anteriormente para identificar cualquier posible estudio controlado aleatorizado nuevo para incluir en las estadísticas. Sólo se identificó un artículo adicional con posibilidad de ser incluido en el estudio (Ali 2005). Sin embargo, tras una decisión común de todos los autores, se decidió excluir el artículo de las estadísticas debido a la presentación deficiente de los datos y el método de asignación al azar.
Tras la búsqueda actualizada, la conclusión no ha cambiado y los autores de la revisión concluyen que la LBE debe ser el tratamiento principal utilizado para las hemorroides grado II, y la HE se reserva para los pacientes que han fracasado tras la LBE repetida o para las hemorroides grado III. También recomiendan que se realicen más estudios de investigación en los que se comparen estas técnicas con las más nuevas, especialmente la hemorroidopexia con engrapadora, para determinar cuál es el mejor tratamiento.

Conclusiones de los autores: 

Esta revisión sistemática confirma la eficacia a largo plazo de la HE, al menos para las hemorroides grado III, en comparación con la técnica menos invasiva de LBE, pero a expensas de mayor dolor, mayores complicaciones y más tiempo de ausencia al trabajo. Sin embargo, a pesar de estas desventajas de la HE, la satisfacción de los pacientes y la aceptación de las modalidades de tratamiento por éstos parecen ser similares con ambas técnicas, lo que implica la preferencia de los pacientes por la curación completa de los síntomas a largo plazo y posiblemente menos inquietud por las complicaciones leves. Por lo tanto, la LBE se puede adoptar como tratamiento de elección para las hemorroides grado II, con resultados similares pero sin los efectos secundarios de la HE, mientras que esta última se reserva para las hemorroides grado III o la recurrencia después de la LBE. Se necesita realizar un estudio más sólido para establecer conclusiones definitivas.

Se identificó un estudio adicional a partir de la búsqueda actualizada (Ali 2005). Sin embargo, tras una cuidadosa revisión y debate entre los autores, se decidió que este estudio no cumplía los criterios necesarios para ser incluido en el análisis. Por lo tanto, los resultados y la conclusión siguen siendo los mismos.

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Antecedentes: 

Los métodos tradicionales de tratamiento de las hemorroides se dividen en dos grandes grupos: las técnicas menos invasivas, como la ligadura con banda elástica (LBE), que suelen producir un dolor mínimo, y las técnicas más radicales, como la hemorroidectomía por escisión (HE), que son intrínsecamente más dolorosas. Durante décadas, las innovaciones en el campo del tratamiento hemorroidal se han centrado en modificar los métodos tradicionales para conseguir un procedimiento mínimamente invasivo, menos doloroso y con un resultado más sostenible. La disponibilidad de nuevas técnicas ha reanudado el debate sobre las funciones de las opciones de tratamiento tradicionales para las hemorroides.

Objetivos: 

Revisar la eficacia y seguridad de los dos métodos convencionales más populares de tratamiento hemorroidal: la ligadura con banda elástica y la hemorroidectomía por escisión. El estudio original se ha actualizado utilizando la misma estrategia de búsqueda.

Métodos de búsqueda: 

Se realizaron búsquedas en MEDLINE, EMBASE, CENTRAL y CINAHL en octubre de 2010

Criterios de selección: 

Se incluyeron los ensayos controlados aleatorizados que compararon la ligadura con banda elástica con la hemorroidectomía por escisión para las hemorroides sintomáticas en pacientes adultos.

Obtención y análisis de los datos: 

Los datos se extrajeron en una hoja de obtención de datos previamente diseñada. Los datos dicotómicos se presentaron como riesgo relativo (RR) e intervalos de confianza (IC) del 95%, y los desenlaces continuos como diferencia de medias ponderada (DMP) e intervalos de confianza del 95%.

Resultados principales: 

Tres ensayos (de calidad metodológica baja) cumplieron los criterios de inclusión. La remisión completa del síntoma hemorroidal fue mejor con la hemorroidectomía por escisión (HE) (tres estudios, 202 pacientes, RR 1,68; IC del 95%: 1,00 a 2,83). Hubo heterogeneidad significativa entre los estudios (I2 = 90,5%; p = 0,0001). Un análisis similar basado en la clasificación de las hemorroides mostró la superioridad de la HE sobre la LBE para las hemorroides grado III (prolapso que necesita reducción manual) (dos ensayos, 116 pacientes, RR 1,23; IC: 1,04 a 1,45; p = 0,01). Sin embargo, no se observaron diferencias significativas en las hemorroides grado II (prolapso con resolución espontánea con el cese del esfuerzo defecatorio) (un ensayo, 32 pacientes, RR 1,07; IC: 0,94 a 1,21; p = 0,32). Menos pacientes requirieron un nuevo tratamiento después de la HE (tres ensayos, RR 0,20; IC: 0,09 a 0,40; p < 0,00001). Los pacientes sometidos a HE tuvieron un riesgo significativamente mayor de dolor posoperatorio (tres ensayos, efectos fijos; 212 pacientes, RR 1,94; IC del 95%: 1,62 a 2,33; p < 0,00001). La tasa general de complicaciones tardías mostró una diferencia significativa (p = 0,03) (tres ensayos, 204 pacientes, RR 6,32; IC: 1,15 a 34,89) entre las dos intervenciones.

Notas de traducción: 

La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.

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