Inyección intracitoplasmática de espermatozoides frente a técnicas convencionales para la inseminación de ovocitos durante la fecundación in vitro en parejas con subfertilidad no masculina

Título

Inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI) frente a fecundación in vitro (FIV) convencional para la inseminación de ovocitos durante la fecundación in vitro (FIV) en parejas con varones que presentan un recuento total de espermatozoides y una motilidad normales.

Pregunta de la revisión

Los autores Cochrane revisaron la evidencia sobre el efecto de la ICSI frente a la FIV convencional en parejas con varones que presentaban un recuento total de espermatozoides y una motilidad normales.

Antecedentes

Desde su inicio hace más de 40 años, la FIV se ha convertido en la piedra angular del tratamiento de la fertilidad. El proceso de FIV implica la sobreestimulación de los ovarios para producir múltiples óvulos para su recolección. En la FIV convencional, los óvulos se incuban con espermatozoides en el laboratorio, con la esperanza de que se produzca la fecundación. Descubierta en 1992, la inyección intracitoplasmática (ICSI) se introdujo como técnica de fecundación para superar el bajo recuento de espermatozoides. En la actualidad, la ICSI se utiliza también a modo complementario de la FIV y se emplea en casos con antecedentes de fecundación baja o fallo total de la fecundación con la FIV convencional, y con infertilidad masculina leve o incluso inexplicada. Se comparó si la ICSI brinda desenlaces más favorables en comparación con la FIV convencional.

Características de los estudios

Esta revisión incluye tres ensayos controlados aleatorizados (ECA) que compararon la ICSI con la FIV convencional en un total de 1539 parejas en tratamiento de fertilidad. La evidencia está actualizada hasta febrero de 2023.

Resultados clave

Se incluyeron en el análisis tres estudios bien diseñados que compararon la ICSI y la FIV convencional. Dos estudios informaron sobre los nacidos vivos, y no está claro el efecto de la ICSI en comparación con la FIV convencional en las tasas de nacidos vivos. La evidencia sugiere que si se supone que la probabilidad de nacidos vivos tras una FIV convencional es del 32%, la probabilidad de nacidos vivos con ICSI sería del 30% al 41%. Los episodios adversos, incluidos el embarazo múltiple, el embarazo ectópico, la preeclampsia y la prematuridad, mostraron probablemente poca o ninguna diferencia entre las dos técnicas. Ningún estudio informó sobre el desenlace principal del bebé nacido muerto.

Dos estudios informaron sobre el embarazo intrauterino viable con la ICSI y la FIV convencional, lo que indica que si se supone que la probabilidad de embarazo intrauterino viable tras la FIV convencional es del 33%, la probabilidad de embarazo intrauterino viable con la ICSI estaría entre el 28% y el 38%. Los resultados muestran que probablemente haya poca o ninguna diferencia en el embarazo intrauterino viable en el caso de la ICSI en comparación con la FIV convencional.

Las tasas clínicas de embarazo y aborto también muestran probablemente poca o ninguna diferencia entre las técnicas.

Certeza de la evidencia

Debido a la falta de estudios disponibles, todavía no está claro si la ICSI comparada con la FIV convencional aumenta la tasa de nacidos vivos. La certeza de la evidencia se consideró baja a moderada. Esto se debe a que algunos de los estudios incluidos en esta revisión no fueron claros con respecto a la metodología, incluido el proceso de asignación al azar. Esto significa que los resultados se deben tratar con cautela y que se necesitan más estudios para confirmarlos.

Conclusiones de los autores: 

Los estudios actuales disponibles que comparan la ICSI y la FIV convencional en parejas con varones que presentan un recuento total de espermatozoides y una motilidad normales, muestran que ninguno de los dos métodos fue superior al otro, ni en cuanto a los desenlaces principales: nacidos vivos, eventos adversos (embarazo múltiple, embarazo ectópico, preeclampsia y prematuridad), ni en cuanto a los desenlaces secundarios: embarazo clínico, embarazo intrauterino viable o aborto espontáneo.

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Antecedentes: 

Desde hace más de 40 años, la fecundación in vitro (FIV) se ha convertido en la piedra angular del tratamiento de la fertilidad. Desde entonces, en 1992, Palermo y sus colegas aplicaron con éxito la técnica de inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI por sus siglas en inglés) para beneficiar a parejas en las que la fecundación in vitro (FIV) convencional y la inseminación subzonal (SUZI por sus siglas en inglés) resultaron infructuosas. Tras este caso clínico, la ICSI se ha convertido en el tratamiento de elección para las parejas con subfertilidad masculina grave. Con el tiempo, la ICSI se ha utilizado en el tratamiento de parejas con infertilidad masculina leve e incluso inexplicada. Esta revisión es una actualización de la publicada por primera vez en 1999, que comparaba la ICSI con la FIV convencional para parejas con varones que presentaban recuento total de espermatozoides y una motilidad normales.

Objetivos: 

Evaluar la eficacia y la seguridad de la ICSI en relación con la FIV convencional en parejas con varones que presentan un recuento total de espermatozoides y una motilidad normales.

Métodos de búsqueda: 

Se realizaron búsquedas en las siguientes bases de datos y registros de ensayos: Registro Cochrane central de ensayos controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials; CENTRAL), Embase (excerpta Medica Database), MEDLINE (Medical Literature Analysis and Retrieval System Online) y PsycINFO (Psychological literature database) de artículos entre enero de 2010 y el 22 de febrero de 2023.

Criterios de selección: 

Se incluyeron ensayos controlados aleatorizados (ECA) que compararon ICSI con FIV convencional en parejas con varones que presentaban recuento total de espermatozoides y una motilidad normales.

Obtención y análisis de los datos: 

Se utilizaron los procedimientos metodológicos estándar recomendados por Cochrane. Los desenlaces principales de la revisión fueron nacidos vivos y eventos adversos. Los desenlaces secundarios incluyeron el embarazo clínico, el embarazo intrauterino viable y el aborto espontáneo.

Resultados principales: 

La revisión original publicada en 2003 incluyó un ECA. En esta actualización de 2023, se identificaron dos ECA adicionales con una cohorte total de 1539 parejas, que compararon la ICSI con técnicas convencionales de FIV. Dos estudios informaron sobre los nacidos vivos. Mediante el método GRADE se evaluó la certeza de la evidencia y se informó que la evidencia para los nacidos vivos fue de certeza baja.

No está claro el efecto de la ICSI versus la FIV convencional en las tasas de nacidos vivos (razón de riesgos [RR] 1,11; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,94 a 1,30; I 2 = 0%; dos estudios, n = 1124; evidencia de certeza baja). La evidencia sugiere que si se supone que la probabilidad de nacidos vivos tras una FIV convencional es del 32%, la probabilidad de nacidos vivos con ICSI sería del 30% al 41%. En cuanto a los eventos adversos (embarazo múltiple, embarazo ectópico, preeclampsia y prematuridad), probablemente hubo poca o ninguna diferencia entre las dos técnicas. Ningún estudio informó sobre el desenlace principal bebé nacido muerto.

Con respecto a los desenlaces secundarios no está claro el efecto de la ICSI versus la FIV convencional sobre las tasas de embarazo clínico (RR 1,00; IC del 95%: 0,88 a 1,13; I 2 = 45%; tres estudios; n = 1539; evidencia de certeza baja). La comparación de las tasas de embarazo intrauterino viable mostró probablemente poca o ninguna diferencia entre la ICSI y la FIV convencional (RR 1,00; IC del 95%: 0,86 a 1,16; I 2 = 75%; dos estudios; n = 1479 parejas; evidencia de certeza moderada). La elevada heterogeneidad podría deberse a un estudio más antiguo realizado cuando los protocolos eran menos rigurosos. La evidencia sugiere que si se supone que la probabilidad de embarazo intrauterino viable tras la FIV convencional es del 33%, la probabilidad de embarazo intrauterino viable con ICSI estaría entre el 28% y el 38%.

Las tasas de aborto espontáneo también mostraron probablemente poca o ninguna diferencia entre las dos técnicas.

Notas de traducción: 

La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.

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