Tracción preoperatoria para la fractura de cadera en adultos

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En los pacientes con fracturas de cadera la tracción incluye el uso de esparadrapos (tracción cutánea) o clavos (tracción esquelética) fijados en la pierna lesionada y conectados a pesas mediante una polea. Se considera que la aplicación de tracción antes de la cirugía alivia el dolor y facilita la cirugía posterior. Cuando no se utiliza tracción, la extremidad lesionada se coloca habitualmente sobre una almohada y se estimula al paciente a adoptar una posición más cómoda.

Esta revisión que resume las pruebas de ensayos controlados aleatorios incluyó 11 ensayos con 1654 participantes. En concordancia con la población general con fractura de cadera, la mayoría de los participantes del ensayo tenían cerca de 80 años de edad y eran mujeres. Diez ensayos compararon tracción versus ninguna tracción y dos ensayos, incluido uno de los diez ensayos anteriores, compararon tracción cutánea con esquelética. Además de las limitaciones en los métodos del ensayo, hubo datos muy limitados para el agrupamiento y falta de información acerca de las consecuencias a largo plazo de aplicar la tracción o no. Sin embargo, en diez ensayos no se encontraron de forma consistente pruebas que apoyaran las supuestas ventajas de la tracción descritas anteriormente. No hubo datos concluyentes sobre las úlceras por presión (úlceras cutáneas) ni otras complicaciones. Un ensayo informó tres efectos adversos (alteración sensorial y ampollas cutáneas) relacionados con la tracción cutánea; todos fueron leves.

Conclusiones de los autores: 

A partir de las pruebas disponibles, el uso rutinario de la tracción (cutánea o esquelética) antes de la cirugía de una fractura de cadera no parece ofrecer beneficio alguno. Sin embargo, las pruebas tampoco son suficientes para descartar las posibles ventajas de la tracción, en particular para tipos específicos de fractura, ni para confirmar complicaciones adicionales debidas al uso de la tracción.

Debido a la falta cada vez mayor de pruebas sobre el uso de la tracción preoperatoria, los médicos que aún la utilizan deben asumir la responsabilidad de interrumpir su uso o sólo utilizarla en el contexto de un ensayo controlado aleatorio bien diseñado.

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Antecedentes: 

Después de una fractura de cadera puede aplicarse tracción en la extremidad lesionada antes de la cirugía. Ésta es una actualización de una revisión Cochrane publicada por primera vez en 1997 y actualizada previamente en 2006.

Objetivos: 

Evaluar los efectos de la tracción aplicada en la extremidad lesionada antes de la cirugía para una fractura de cadera. Se consideraron métodos diferentes de aplicación de la tracción (cutánea o esquelética).

Métodos de búsqueda: 

Se buscó en el Registro especializado del Grupo Cochrane de Lesiones óseas, articulares y musculares (Cochrane Bone, Joint and Muscle Trauma Group) (abril de 2011), Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials) (en The Cochrane Library 2011, número 4), MEDLINE (1948 hasta abril, semana 2, 2011), EMBASE (1980 hasta 2011, semana 16) y en CINAHL (1982 hasta el 1 abril de 2011), en resúmenes de congresos, registros de ensayos y listas de referencias de artículos.

Criterios de selección: 

Todos los ensayos aleatorios o cuasialeatorios que compararon tracción cutánea o esquelética con ninguna tracción, o tracción cutánea con tracción esquelética antes de la cirugía en pacientes con fractura aguda de cadera.

Obtención y análisis de los datos: 

Al menos dos revisores evaluaron de forma independiente la calidad de los ensayos y extrajeron los datos. Se solicitó información adicional a todos los autores de los ensayos. Los datos se agruparon siempre que fue posible y adecuado.

Resultados principales: 

En esta actualización se incluyó un nuevo ensayo. La revisión incluyó 11 ensayos (seis aleatorios y cinco cuasialeatorios) con 1654 pacientes predominantemente de edad avanzada, con fractura de cadera. La mayoría de los ensayos tuvo riesgo de sesgo, lo que se debió en particular a la ocultación inadecuada de la asignación, la falta de cegamiento del evaluador de resultados y la evaluación incompleta de los resultados. Sólo fue posible el agrupamiento de datos muy limitados.

Diez ensayos compararon fundamentalmente tracción cutánea con ninguna tracción. Los datos disponibles no proporcionaron pruebas de un efecto beneficioso de la tracción sobre el alivio del dolor (dolor poco después de la inmovilización [puntuación en la escala analógica visual de 0: ninguno a 10: peor dolor]: diferencia de medias 0,11; IC del 95%: -0,27 a 0,50; tres ensayos), la facilidad para reducir la fractura ni la calidad de la reducción de la fractura al momento de la cirugía. No hubo datos concluyentes sobre las úlceras por presión ni otras complicaciones que incluyen la imposibilidad de la fijación de la fractura. Se informaron tres efectos adversos leves (alteración sensorial y ampollas cutáneas) relacionados con la tracción cutánea.

Uno de los ensayos anteriores incluyó grupos de tracción cutánea y esquelética. Este ensayo y otro que comparó tracción esquelética con tracción cutánea no encontraron diferencias importantes entre estos dos métodos, aunque se observó que la aplicación inicial de la tracción esquelética resultó más dolorosa y más costosa.